Sr. Granero.- Buenos días a las autoridades, diputados y compañeros presentes. La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa ha luchado desde el año 1986 por una ley que democratice los medios de comunicación, que reemplace a la ley de la dictadura y que por sobre todas las cosas ponga a los medios al servicio del pueblo y no de las corporaciones. En este trayecto, donde ya vemos un sueño para el gremio de prensa que el proyecto se debata en la Cámara de Diputados, observamos a todos ustedes que velan por los trabajadores de los medios de comunicación y por los habitantes de nuestro suelo patrio y no por las corporaciones. Claro está que sabemos que hay intereses económicos de por medio, pero también intereses de distribución del poder mediático en más voces, más radios, más canales, más diversidad ideológica. Cuando trabajamos en los veintiún puntos de la Coalición por una Radiodifusión Democrática fue un debate profundo entre aquellos que originamos esta posibilidad de que un Poder Ejecutivo nacional ponga en su agenda una ley de medios de la democracia, que no es un proyecto que fue escrito con intencionalidades sino que fue en base al pedido de más de una centena de organizaciones, entre ellas la que represento con orgullo, porque es la que agremia también a los periodistas de la República Argentina, de ese país federal que a veces no se ve con una mirada real. En el armado del proyecto de ley del Poder Ejecutivo, dirigentes de los sindicatos de base que componen esta Federación han participado en todos los foros en los que se pudo debatir la propuesta, que –repito- este gremio como otras organizaciones plantearon necesidades para conformar el anteproyecto y recomendar cambios al texto, que ahora son presentados acá. Esto fue invisible para los medios de comunicación, a los que se les modificará su estructura de poder, como fue invisible la pelea de los pueblos originarios, como es invisible la sojización del campo, como es invisible la pelea por la distribución de la riqueza. También son invisibles para esos medios de comunicación los conflictos gremiales de muchos de los compañeros que en este lugar, en este momento, están difundiendo lo que está pasando acá. Es una falta a la verdad desconocer que se realizaron foros en todas las provincias, que se debatió con altura. Foros donde estuvieron los empresarios, diputados del oficialismo y la oposición. Un ejemplo de debate fue el que se realizó en la Universidad de Buenos Aires, donde estuvieron presentes legisladores de diferentes extracciones partidarias, cámaras empresariales, sindicatos y especialistas. Y también es una falta a la verdad que este proyecto tenga una intencionalidad contra un grupo económico, porque pensarlo siquiera sería una falta de respeto a los que militamos durante décadas por lograr esta ley de medios audiovisuales, y a todos aquellos que de buena fe aportamos de puño y letra fundamentos a este texto propuesto por el Poder Ejecutivo. Por ello, pasaré a leer el pronunciamiento del congreso de Fatpren que se sancionó en San Juan el 21 de marzo de 2009, donde congresales de todos los gremios que componen esta entidad, de las más diversas ideologías políticas y gremiales, votaron a mano alzada lo que pasaré a reflejar. Reivindicamos nuestro compromiso con los valores de libertad y democracia, en contraposición con el miedo que pretenden instalar algunos adictos a procesos políticos totalitarios. No nos asustan algunos pícaros que insisten con la libertad de prensa pero sus críticas nunca mencionan a la evasión fiscal en los aportes a la seguridad social en que incurren muchas de las empresas periodísticas, porque lo que realmente buscan es impunidad empresaria para poder licuar sus pasivos. Tenemos claro que son eternos intereses avaros y egoístas, que quieren crecer solo ellos por encima de cualquier expresión u opinión, practican la censura previa encubierta, disfrazada de línea editorial e impiden a trabajadores de prensa ejercer el derecho a la información. Rechazamos los intentos de dominación que se sirven de la corrupción y connivencia de algunos empresarios en procura de mantener el control de los medios de comunicación, dividiendo a la población en grupos antagónicos, incitando la discusión sobre asuntos sociales, destruyendo la confianza del pueblo en sus representantes y potenciando los lock out patronales en producciones vitales del país. No confiamos en aquellos que hoy hablan de democracia y Estado de derecho pero cuando tuvieron la oportunidad y algún beneficio de por medio no dudaron en ser amigos de los golpistas de turno. Por todo lo expresado -decíamos en aquel momentolos trabajadores de prensa reunidos en el congreso nacional extraordinario de Fatpren en la ciudad de San Juan, por unanimidad manifestamos: 1) Nuestro apoyo pleno al proyecto de comunicaciones audiovisuales presentado por el Poder Ejecutivo nacional con especial referencia a los veintiún puntos que, como principios básicos, sostienen al nuevo instrumento, porque garantizan a la sociedad el derecho a la información, la libertad de expresión, el pluralismo y a poner un cerco a los monopolios informativos, a la vez que defienden la producción local y propia, en resguardo de nuestra identidad cultural. 2) No puede existir libertad de expresión si los trabajadores de prensa ejercen su profesión en un entorno de corrupción, pobreza y temor. ¿Por qué apoyamos esta ley? Porque garantiza el ejercicio universal para todos los ciudadanos del derecho de recibir, difundir e investigar informaciones y opiniones. Porque constituye un verdadero pilar de la democracia, asegurando la pluralidad, diversidad y una efectiva libertad de expresión, porque el COMFER sustituye un viejo esquema de gobierno, a través de un Comité militar por otro nuevo, de plena representación y origen democrático. Porque pone límites a los monopolios, con normas que evitan la concentración de los medios en pocas manos. La democratización de la propiedad de los medios abre la puerta de la pluralidad y diversidad al tiempo que favorece un federalismo real. También lo apoyamos porque protege nuestros bienes culturales y defiende a los trabajadores de las comunicaciones, a los creadores, productores, y en general a los que construyen dinámicamente nuestra identidad cultural. Porque el proyecto sigue un proceso verdaderamente democrático, con una construcción de abajo hacia arriba, y viceversa, lo cual en muchos medios de comunicación fue invisible. Así se fue gestando la Coalición por una Radiodifusión Democrática, con participación de más de cien organizaciones sindicales, académicas, sociales y comunicacionales. El Poder Ejecutivo hizo lo suyo, lo bajó nuevamente para que se siga debatiendo en los foros, donde cada ciudadano interesado podía aportar y puede aportar libremente. Porque en su articulado presenta un trabajo serio, medular, con estudio de legislación comparada con la de otros países, como Estados Unidos, Australia, India, España y Canadá. Porque establece cuotas que garantizan contenidos de producciones locales, nacionales y propias, lo que implica el trabajo para periodistas, actores, músicos, directores, artistas, investigadores y técnicos argentinos. Pero este ley. El reflejo que dará la Argentina impulsará en los países hermanos que se incluya también en su agenda la ley de medios. La Federación de Periodistas de América Latina, que integra Fatpren, se expresó a favor de la iniciativa y también la Federación Internacional de Periodistas. Esta federación agremia a 600 mil periodistas en el mundo e hizo un estudio del anteproyecto original y también expresó su apoyo en una reunión de consejo directivo que se hizo en Oslo. Sintamos que todos estamos elevando al debate a punto tal que se hará tangible en el pueblo una modificación de una política de Estado; claro está que gran daño, tanto a la fuente de trabajo como a la cultura e identidad de nuestro pueblo, ya se ha realizado con este proceso de concentración. En centenas de ciudades se conocen más los problemas del tránsito en Buenos Aires que las ordenanzas que emite un concejo deliberante local. Es mucho más fácil transmitir en cadena que enfrentar el hecho de que los medios de comunicación tienen su rol social. La monopolización de los canales de cable en pocas manos generó que se eliminen noticieros, que cientos de compañeros queden en la calle, que en la actualidad, por ejemplo, un canal de aire en San Juan pretenda fusionarse con un cable para eliminar puestos de trabajo y uniformar la información. Pero claro, algunos dirán -sobre todo los multimedios- que a grandes escalas esto no tiene impacto, pero la realidad es que si esta nueva ley estuviera vigente podríamos revisar si esa empresa está cumpliendo con la legislación vigente. Ahora quieren trabajar en un mismo edificio, como lo hacen muchos de los monopolios que en este momento son los que se erigen bajo la libertad de expresión, que eliminaron puestos de trabajo y que tienen a toda la gente trabajando en el mismo edificio. Con esta ley se crearán miles de puestos de trabajo. Habrá más música nacional, más actores realizando obras, más locutores, más periodistas, más técnicos, más programas, en definitiva, más opciones, más voces y más legalidad. Se llenan la boca hablando de legalidad en pos de la libertad de prensa y expresión, pero muchos de los medios de comunicación, demasiados ya, no cumplen con las leyes fiscales y convenciones, como la de seguridad social, y menos aún con la ley de radiodifusión. Hace varios años que estamos peleando por salarios dignos para la radio y la televisión por aire y por cable. Los empresarios dilatan los tiempos, son renuentes y piensan que un mundo de concentración de riqueza los beneficia, pero en realidad -y como dice nuestro documento final en el congreso nacional de Fatprennos llama la atención la falta de veracidad de algunos informes mediáticos sobre salarios, crisis global y fuentes de trabajo, en los cuales nunca se menciona la evasión fiscal en los aportes a la seguridad y la violación de los convenios colectivos de los periodistas. Muchas gracias. (Aplausos)
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