La Càmara de Diputados aprobó esta madrugada, con 130 votos a favor, la reforma del Consejo de la Magistratura, que serà tratada en Senado la próxima semana.
Tambièn se conviertieron en Leyes, el proyecto de regulación de medidas cautelares y la Creaciòn de Camaras de Casaciòn, con 126 votos positivos.
Consejo de la Magistratura: Discurso del Diputado Rossi.
Sr. Rossi.- Señor presidente: empezamos a tomar conciencia de este debate a partir de una serie de reflexiones públicas de la señora presidenta de la Nación. Quizás la más importante, clara y contundente fue la expresada al otro día de haberse conocido el fallo de la Justicia tucumana en el caso de Marita Verón.
Todos nos sentimos consternados por ese fallo, la presidenta así lo expresó y convocó a los argentinos a llevar adelante un debate sobre qué Justicia queríamos, qué tipo de jueces queremos y qué Poder Judicial necesita la Argentina.
Estamos por cumplir treinta años de democracia, y en este lapso la Argentina ha tenido diferentes debates en los que, en mayor o menor medida, todos los sectores políticos y sociales fueron sujetos de ser interpelados. De este modo, fueron interpelados los políticos, los legisladores, los funcionarios del Poder Ejecutivo, los empresarios, los dirigentes, los gremialistas, y últimamente, por una fuerte decisión de nuestra presidenta, también fueron interpelados los periodistas.
De lo único que no se ha hablado durante estos años fue del Poder Judicial. Cada vez que se quería hablar del Poder Judicial, interpelarlo o insistir en alguna mirada, el autor de la iniciativa era estigmatizado por tener intenciones de limar o delimitar la independencia de dicho poder.
Detrás de la independencia del Poder Judicial, de manera totémica, abortaron todos los intentos anteriores de discutir sobre su rol. Por suerte, estamos acompañando este fuerte impulso que esta vez dio la presidenta a través de estas seis iniciativas que, a mi criterio, recogen seis valores nobles: transparencia, tres de ellas; agilidad, otras dos, y legitimidad popular, la que estamos discutiendo en este momento en la Cámara de Diputados.
Todos los señores diputados han dicho que estamos discutiendo de qué manera podemos mejorar, a partir del diseño de la forma de elección de los consejeros, el grado de legitimidad popular del Consejo de la Magistratura, órgano que fue introducido en la reforma de 1994.
A veces me causa gracia que todos hablan de la reforma de 1994 como si la política no hubiese existido, y la verdad es que la reforma de 1994 fue consecuencia de una gran negociación política entre dos dirigentes políticos predominantes de la época: Menem, que buscaba la reelección, y Raúl Alfonsín, que buscaba en teoría atenuar algunos efectos no deseados. En ese concepto de atenuar determinadas circunstancias surgió la idea de introducir el Consejo de la Magistratura para mejorar la selección de los jueces y la vigilia sobre su comportamiento y el Poder Judicial. Esta fue la génesis. Es decir que pasamos –como decía el otro día el ministro de Justicia de tener un Poder Judicial que era designado por dos poderes elegidos democráticamente, con votación popular, como el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo en interacción, a tener un Poder Judicial en donde además de esa interacción aparecía como filtro o como intermediación el Consejo de la Magistratura.
No fue un debate fácil el del Consejo de la Magistratura. Había una decisión política de dos dirigentes políticos de imponerlo; por eso estaba en el Núcleo de Coincidencias Básicas.
Yo he dicho en el debate de 2006, y lo ratifico ahora, que los documentos preliminares del Consejo de Consolidación de la Democracia, que presidía Carlos Nino, desaconsejaban la introducción del Consejo de la Magistratura para el esquema jurídico que tenía la Argentina. Hubo una decisión política a la cual se acomodó nada más y nada menos que la Constitución Nacional. Estas cosas también hay que decirlas, porque si no parece que la Constitución del 94 surgió de algún otro lugar. No: surgió de un acuerdo político, de una decisión política que se impuso y después se consolidó electoralmente en forma definitiva.
En el propio debate llevado a cabo en la Convención Constituyente del 94 se encontraron las diferencias. Por algo no quedó plasmado en el texto constitucional ni la forma de elección ni la cantidad de miembros que debía tener el Consejo de la Magistratura. Se hizo referencia al equilibrio y a los distintos estamentos. Nada se decía de ninguna de las cuestiones a las que hacía referencia anteriormente.
Se delegó en el Congreso, que tardó tres años, si no me equivoco desde 1994 hasta 1997 , para sancionar la primera ley constitutiva del Consejo de la Magistratura, ley que como todos saben tuvo una reforma en el año 2006. O sea que el debate no fue fácil ni en el origen ni en el tiempo que les llevó a los legisladores ponerse de acuerdo para sancionar una ley constitutiva del Consejo de la Magistratura en el año 1997.
Con respecto al diseño de aquel objetivo que perseguía fundamentalmente mejorar la selección de los jueces habida cuenta de que la Justicia federal había crecido de manera importante, que se necesitaban mecanismos más especializados para llevar adelante una tarea cotidiana y que no tenía que quedar solamente en cabeza del Poder Ejecutivo ni del Poder Legislativo –siendo el Poder Legislativo solamente el Senado , recuerdo que hasta el 94 los senadores eran mayoritariamente elegidos en forma indirecta por las Legislaturas de cada una de las provincias. Recuerdo también que hasta el 94 no había minorías en cada una de las provincias, o sea que cada provincia tenía la representación de dos senadores exclusivamente por la mayoría.
Se diseñó el Consejo de la Magistratura y en esa búsqueda del diseño lo que se terminó haciendo fue fortalecer los rasgos más corporativos del Poder Judicial. Nosotros no queremos que el Poder Judicial sea una corporación, pero no podemos negar los rasgos corporativos que tiene.
¿Qué acentuó esos rasgos corporativos? Al respecto podemos decir que el carácter endogámico del Poder Judicial se vio fortalecido por la aplicación del instituto del Consejo de la Magistratura.
Con el objetivo de atenuar esos efectos, si se quiere no deseados, la presidenta de la Nación, entonces senadora, planteó en diciembre de 2005 una modificación del Consejo con el mismo espíritu que hoy perseguimos acá. El espíritu presente en esa modificación impulsada en 2005 que se terminó aprobando en esta Cámara en 2006, apuntaba a dar preeminencia a la legitimidad popular sobre la legalidad corporativa. Así, constituimos un Consejo de la Magistratura en el que había siete miembros que contaban con legitimidad popular -seis del Parlamento y uno del Poder Ejecutivo- y seis que tenían legalidad corporativa.
También es cierto que se estableció una mayoría agravada de dos tercios. En este sentido, debemos reconocer -de lo contrario no estaríamos diciendo la verdad- que las mayorías agravadas -como la que implica la exigencia de los dos tercios- genera minorías privilegiadas. Digo esto porque un tercio de los miembros de determinado cuerpo colegiado puede inhabilitar su funcionamiento.
Los dos tercios obligan al consenso, pero el tercio bloquea. Cuando ese bloqueo se convierte en una práctica continua y consuetudinaria, inmoviliza el funcionamiento del cuerpo colegiado.
Por lo tanto, lo que hoy queremos hacer es seguir el camino que iniciamos en 2006. Queremos profundizarlo tratando de eliminar, atenuar, disminuir o aminorar los rasgos corporativos del Poder Judicial.
Por esa razón, hemos decidido que los consejeros magistrados, los consejeros abogados y los consejeros académicos sean elegidos por la voluntad popular.
Huelga decir que resulta incomprensible que un político democrático defienda el voto calificado antes que el voto popular. Es incomprensible que algunos vengan acá a defender el voto de setecientos, de trescientos o el de diez mil por sobre el voto de veinte millones de argentinos. (Aplausos.)
Sr. Rossi.- Señor presidente: decía que tal como lo expresó el señor ministro en su brillante, excelso, maravilloso y contundente informe... (Risas y aplausos.) ...en la reunión plenaria presidida brillantemente por la diputada Diana Conti... (Aplausos.) ...esa es la tendencia que están persiguiendo todos los consejos de la Magistratura europeos, que es el modelo en el que nos fijamos para crear nuestro propio Consejo. La tendencia es exactamente la misma: limitar el poder corporativo y darle mayor injerencia a la voluntad popular.
Hoy alguien preguntó cuáles son los beneficios de esta reforma. Lo cierto es que tendremos un beneficio directo, porque el pueblo argentino va a conocer quiénes son los consejeros que integran el Consejo de la Magistratura, porque estarán obligados a buscar legitimidad.
Estar obligados a buscar legitimidad popular significa que tendrán que decir qué fallos tuvieron, cuál es la jurisprudencia que sentaron y cuál es su trayectoria profesional, como cada uno de nosotros hace cuando se presenta en una elección.
Salvo los especialistas en el tema, si hoy pidiera a los diputados que reciten de memoria los nombres de los trece integrantes del Consejo de la Magistratura seguramente ninguno llegaría a mencionar cinco. Ni nosotros sabemos los nombres de quienes integran el Consejo de la Magistratura. Por eso el primer beneficio directo será el conocimiento.
Quiero destacar además otro beneficio que en realidad es un derecho que trae esta modificación. Me refiero a aquella que permite que la elección de los consejeros jueces y los consejeros abogados incluya la obligatoriedad de cumplir con el cupo femenino. (Aplausos.) En todos estos años de existencia del Consejo de la Magistratura hubo una sola mujer jueza; las únicas mujeres que lo han integrado han sido las que propusimos desde el Poder Legislativo. Por medio de esta modificación en el Consejo de la Magistratura obligatoriamente habrá mujeres juezas y abogadas administrando y tomando decisiones en ese organismo. (Aplausos.)
Como la elección es similar a la de los senadores tampoco entiendo por qué tanta crítica o exigencia de proporcionalidad. ¿Por qué no piden proporcionalidad en la elección de los senadores, en la que también hay mayoría y minoría? Hay una mayoría que saca el 95 por ciento y una minoría con el 5 por ciento, que se distribuye en dos y uno. Es exactamente lo mismo que estamos planteando para la elección de consejeros; obligará a tener uno y uno.
La crítica sobre la politización y la partidización sólo la puede realizar quien desconoce cómo funcionan hoy las elecciones de los abogados y los magistrados, que están totalmente partidizadas y politizadas, con acuerdos entre partidos políticos que llevan candidatos de abogados y magistrados que finalmente terminan presentándose en las elecciones con partidos políticos que las reivindican.
La única diferencia que nosotros estamos planteando ahora es que en lugar de que los consejeros abogados sean elegidos por 10 mil abogados, los elijan 20 millones de argentinos, y que en lugar de que los consejeros jueces sean elegidos por 700 jueces, los elijan 20 millones de argentinos. Es mentira que la elección de los consejeros del Consejo de la Magistratura no esté partidizada.
Quiero utilizar mis últimos minutos –me extendí demasiado en esta primera parte para hacer una última reflexión política respecto a cómo llegamos a este debate.
Creo que el clima que generaron previo al debate fue horrible, y fue generado por los principales medios de comunicación opositores a este gobierno, por los principales partidos políticos opositores y por las ONGs, que merecen un capítulo aparte.
Vaya mi absoluta solidaridad hacia los doce que en realidad son trece, porque cambiaron a Ibarra por Fortuna diputados que fueron expuestos por esa campaña de las ONGs. (Aplausos.)
Esa campaña es de connotación fascista porque miente. Primero, esos doce diputados no son responsables de ninguna votación.
Segundo, los responsables de esa votación somos los 257 diputados. Además, es mentira que les preguntaban qué iban a votar; estaban presionándolos para que votaran en contra.
Tercero, lo hacían estigmatizando, si votaban en contra eran salvadores de la República, si votaban a favor eran traidores a la patria.
Cuarto, ya lo vivimos; el tema de las caritas lo vivimos con la 125, con la nacionalización de las AFJP, y también con la ley de medios.
Me extraña y critico fuertemente que ningún dirigente de la oposición haya salido a solidarizarse con estos doce diputados que fueron expuestos maliciosamente por esas ONGs. (Aplausos.) Ustedes también fueron cómplices de esa maniobra.
Y digo más, crearon un clima que yo creo que ni siquiera está dirigido a nosotros. Lo que más tristeza me da es que generan un clima tan horrible que inoculan odio al pueblo argentino para un lado o para el otro. (Aplausos.) Son profetas del odio, profetas del odio, (Aplausos.) adláteres del desánimo, correos de malas noticias. (Aplausos.) Tienen que dedicare a construir una propuesta política en base al amor, en base al respeto y en base a la paz. Dejen de agredir, dejen de insultar, dejen de descalificar. (Aplausos.)
Se pasan la vida hablando de la República y de las instituciones y cuando llega el momento en que la República o las instituciones van a tomar una decisión que no les conviene se sacan la bandera, la estrujan y la pisotean. (Aplausos.) Respeten a las instituciones, respeten a la República, respeten al Congreso, respeten a la democracia, respeten a la patria. Hay que construir la patria entre todos. (Aplausos prolongados. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.)
Consejo de la Magistratura: Discurso de la Diputada Stella Maris Còrdoba
Sra. Córdoba.- Señor presidente: se habla mucho de la necesidad de consenso, pero si hay algo que está en claro y nadie niega es cómo están las cosas hoy en el Poder Judicial. Todos reconocemos que los argentinos nos quejamos de que los delincuentes entran por una puerta y salen por otra; ya sabemos lo que pasó con el caso Marita Verón: la Justicia lenta no es justicia. Miles de expedientes duermen durante años en cajones, salvo que se tenga alguna influencia para moverlos. También sabemos que una parte importante del Poder Judicial defiende intereses corporativos y, por esa razón, desconocemos cuánto ganan, cuántas horas trabajan y cuál es su patrimonio real.
Hablamos de un Poder Judicial que nunca ha sido reformado en doscientos años; un Poder del que no se puede ser parte si no se es amigo de un juez.
Es cierto que venimos a cambiar el paradigma de la Justicia argentina. Quienes no quieren el cambio son aquellos que pretenden que todo siga igual.
Hoy venimos a cumplir con el mandato del artículo 114 de la Constitución Nacional. Me pregunto por qué algunos resisten estos cambios. Digo esto porque por primera vez, proponiendo la ampliación de los miembros y la elección popular de los integrantes del Consejo de la Magistratura, estamos abriendo las puertas de ese poder oscurantista a toda la sociedad argentina, para que pase, opine y decida sobre lo que es suyo.
Como ya lo saben quienes tienen algún tema vinculado con la Justicia, ella no es patrimonio sólo de los jueces y los abogados.
La oposición menosprecia a nuestra sociedad. Digo esto porque la elección popular y la participación democrática nunca pueden ser perjudiciales para las instituciones de la Nación. Tampoco lo es la participación de quienes están en contra de este proyecto.
Pareciera que la oposición le tiene miedo al pueblo. Le tiene miedo a la participación de los ciudadanos en las instituciones; tiene miedo de que el bienestar de la sociedad prime sobre los intereses corporativos de unos cuantos.
Me da vergüenza que militantes de partidos otrora populares se sumen al discurso antidemocrático de quienes demonizan a los partidos políticos, cuando según el artículo 38 de la Constitución Nacional, son instituciones fundamentales de la República. ¿Desde dónde se discuten las ideas si no es a través de los partidos políticos?
Representantes de partidos políticos que fueron gobierno en la Argentina hoy le temen a las mayorías populares y tratan de instalar la desconfianza. A ellos les quiero recordar que así como hoy traemos a este recinto la reforma judicial, la mayoría circunstancial la hemos utilizado para renovar la Corte Suprema de Justicia, para anular las leyes de obediencia debida y punto final, para promover la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad, para incorporar más de 2.500.000 de personas excluidas del sistema previsional, para amparar a cientos de miles de argentinos con la asignación universal, para sancionar la ley de matrimonio igualitario y de trata de personas, para recuperar el patrimonio nacional con la estatización del correo, Aerolíneas Argentinas e YPF, para promover el trabajo y la industria nacional, crear viviendas y universidades.
¿Entonces qué tanto miedo les tienen a las mayorías populares y al Frente para la Victoria? Creo que aquí hay algunos caraduras que fueron gobierno y sacaron el 13 por ciento a los jubilados, promovieron la Banelco y la flexibilización laboral, y ahora le mienten al pueblo argentino.
Fueron mayoría en esta Cámara entre 2009 y 2011, y no recuerdo que hayan sancionado una ley que cambiara la vida a los argentinos.
Aunque a los gorilas no les guste, el pueblo son los militantes que bajan de los colectivos comiendo un choripán. El pueblo son las madres que cobran la asignación universal. El pueblo son los científicos repatriados. El pueblo son las abuelas y los hijos que recuperaron su identidad. El pueblo son Susana Trimarco y todas las mujeres que luchan contra la trata y la explotación. El pueblo son los compañeros de las fábricas recuperadas y los que hoy tienen viviendas dignas. Todos ellos apoyan esta reforma judicial y también a nuestra presidenta.
Pido a los argentinos que no se dejen engañar, que hagan memoria. Algunas caras que hoy estaban en la carpa son las del ajuste, el corralito y el fracaso.
A algunos caraduras que hablan de impunidad y llaman inmoralidad política a la participación popular les digo que dan vergüenza defendiendo los privilegios de algunos jueces y las corporaciones para ver si no los meten presos. Sé que el diputado Aguad, que se opone a que se nombren los jueces naturales de la Nación, tiene 600 millones de razones para bancar a las corporaciones y votar en contra de esta reforma. Le quiero decir que prefiero mil veces comerme un choripán con los compañeros que bajan del colectivo antes que aparecer en una foto tomando champán con Menéndez. (Aplausos.)
Como decía el general Perón, las decisiones las toma el gobierno en beneficio del pueblo, o las corporaciones en beneficio propio. (Aplausos.)