Tragedia y farsa.

Minicacerolazo en Santa Fe y Callao, piquetes oportunos y cierre con desfile de Felipe Solá, Agrupaciones piqueteras y Luis Zamora en el programa progre de TN.

SCA: En el Senado. Las Comisiones, primer escollo.

La media sanción de Diputados de la ley de Servicios de comunicación audiovisual tuvo ingreso en la Cámara de Senadores. El Senador Pampero, presidente en ejercicio del Senado giró el proyecto a dos comisiones: “Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión” y “Presupuesto y Hacienda”

El miércoles seguramente se realizará la sesión de Labor Parlamentaria, allí la oposición intentará ampliar el número de comisiones, ampliando el giro a las comisiones de “Educación y Cultura”, “Derechos y Garantías” y “Asuntos Constitucionales.” Si la oposición lograra su objetivo, se transformaría en un hecho sin antecedentes. Leyes importantes han tenido tratamiento en sólo dos comisiones: Pesificación, Derogación de las leyes de impunidad, reestatización de las AFJP, movilidad jubilatoria y Bienes Culturales entre otras.
Incluso la ley que dispuso la necesidad de reforma de la Constitución nacional fue girada a una sola comisión.

Por otra parte, las comisiones a las que busca enviar el proyecto el oficialismo están compuestas, sumando ambas, por 28 senadores. Poco menos que la mitad de la Cámara, por lo cual resulta lo suficientemente representativo en cuanto a la cantidad de miembros, partidos y distritos. En este sentido, hay que destacar que si el proyecto fuera girado a todas las comisiones que propone la oposición, el plenario de las mismas estaría integrado por 50 senadores, es decir, casi el número suficiente para constituir toda la Cámara en Comisión.

Hay que tener presente que la cantidad de comisiones que tratan el proyecto no garantiza un mejor debate. Las comisiónes permanentes cumplen el rol de asesoramiento y ámbito de construcción de consensos para el tratamiento de la ley en el recinto. El verdadero debate se da en la sesión plenaria.

Lo que busca la oposición con esta evidente maniobra es buscar prolongar el tratamiento de la ley, tal como lo intentó hacer en Diputados e incorporar una comisión para el tratamiento, cuyo presidente pertenece a la UCR y que jugaría el mismo rol que la Giudici en la Cámara de Diputados.

Miercoles: Al parecer el oficialismo aceptó enviar el proyecto a dos comisiones más. Asuntos Constitucionales e Industria y Comercio. Ahora vamos a la discusión de fondo.

Servicios de Comunicación Audiovisual: Media Sanción

Texto del proyecto sancionado en la Cámara de Diputados el 16 de septiembre

SCA. Debate. Intervención del Dip. Rossi

Sr. Rossi (A.O.).- Gracias por los aplausos. A veces es bueno recibirlos, pero la verdad es que no todas las sesiones son iguales.
Señor presidente: había ordenado mi discurso en base a muchas de las cosas que tan brillantemente expuso mi compañera Patricia Vaca Narvaja en relación con los cuestionamientos que aquí se han hecho sobre la metodología de trabajo implementada para el tratamiento de este proyecto de ley.
Recién señaló correctamente el señor diputado Macaluse –también lo manifestó la señora diputada Vázquez‑ que este proyecto empezó a discutirse el 11 de diciembre de 1983, es decir, al día siguiente de la asunción como primer presidente de esta nueva etapa democrática del doctor Raúl Alfonsín. La verdad es que todos los argentinos sabíamos que en algún momento la democracia iba a tener que debatir la implementación de un nuevo sistema de radiodifusión y de comunicación audiovisual.
Podríamos decir que esta es una de las leyes de la transición democrática. Esas normas son aquellas respecto de las cuales todos sabemos que en algún momento van a reformarse. Algunas se modificaron en un plazo cercano a la recuperación de la democracia, pero otras insumieron mucho más tiempo. La que hoy estamos tratando demandó veintinueve años. Digo esto porque ayer, 15 de septiembre, es decir, el día en que firmamos el despacho de comisión –que es perfectamente legal y legítimo porque fue suscripto en un plenario de tres comisiones que contaban con la mayoría de sus miembros presentes‑, se cumplieron veintinueve años de la sanción del decreto ley.
En todo ese tiempo ocurrieron muchas cosas. Todos los presidentes de la democracia presentaron algún tipo de iniciativa para reformar la ley vigente. Muchos legisladores también impulsaron dentro del Parlamento diversos proyectos en el mismo sentido; según escuché decir hoy fueron más de setenta iniciativas. Hubo un proyecto de Alfonsín, otro de Menem, y también uno de de la Rúa. Pero debo decir con absoluta honestidad que lo que puso este gobierno –que nos enorgullece integrar‑ y esta presidenta de la Nación al enviar su propuesta a la Cámara de Diputados de la Nación es una enorme convicción política… (Aplausos en las bancas y en las galerías.)… que como todas las cosas que se hacen en base a energía y a decisión propia tienen todos los condimentos de lo que significa el volumen. A las anteriores iniciativas les faltó volumen. No les faltó convicción, les faltó decisión. No les faltó argumentación, les faltaron las cosas que se necesitan para modificar una situación que durante veintiséis años no pudimos modificar
Reconocemos el enorme aporte militante, con la convicción de mantener ideas durante todos estos años, de los compañeros de la Coalición. Se lo reconocemos...
- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Rossi (A.O.).- …porque lo han sostenido y llevado adelante a veces en muchísima soledad.
Hemos dicho que nuestra ley intentó respetar lo más fielmente posible esos 21 puntos de la Coalición. Es cierto que una vez venida al Parlamento muchísimos bloques hicieron aportes que no estaban incluidos en el proyecto.
Quiero aquí detenerme en dos situaciones: la primera de ellas es que como bloque oficialista pudimos trabajar con muchísima libertad a la hora de poder incorporar cada una de las miradas y de las visiones de los distintos bloques que fueron enriqueciendo el proyecto de ley que hoy estamos tratando.
Pero también quiero hacer un reconocimiento explícito por la sabia decisión tomada por la presidenta de la Nación al anunciar...
- Manifestaciones en las galerías.
Sr. Rossi (A.O.).- …la eliminación de las telefónicas de la posibilidad de ser cableoperadores. Más allá de la discusión sobre los aspectos técnicos, la decisión fue sabia porque habían intentado montarnos una operación parar desvirtuar el objetivo de la ley.
Nosotros no estamos detrás de ningún negociado. Lo que dijeron durante quince días lo tienen que empezar a borrar desde el mismo momento en que la presidenta de la Nación anunció la eliminación del negocio de la radiodifusión a las telefónicas.
- Aplausos y manifestaciones en las galerías.
Sr. Rossi (A.O.).- Durante quince días intentaron deslegitimar los objetivos nobles de esta ley, buscando algún artilugio o la construcción de algún tipo de escenario que realmente resultó absolutamente falso.
También quiero decir que todo este esfuerzo previo, terminamos consolidándolo en lo que fue el tratamiento durante este año del proyecto de ley de radiodifusión.
Nadie puede decir que por más que haya sido oficialista u opositor no conocía que la presidenta de la Nación el 1º de marzo había anunciado la voluntad de tratar este proyecto de ley en el Congreso de la Nación durante este año.
Si alguno no lo había leído en ese mensaje del 1º de marzo, el 18 de marzo lo estuvimos presentando en la ciudad de La Plata. Si alguno no se enteró, realizamos una serie de foros ciudadanos. En el caso de mi provincia y de mi ciudad participaron legisladores del oficialismo y de la oposición.
Además de todo eso, después de haber sistematizado cada una de las propuestas que se hicieron en cada uno de esos foros, anunciamos el envío del proyecto al Congreso de la Nación.
Propusimos la realización de audiencias públicas y también hay que ser sinceros: las propusimos, las llevamos adelante y nos acompañaron los bloques que hoy están aquí, pero los bloques de la oposición boicotearon en una primera instancia las audiencias públicas que se realizaban en este Congreso de la Nación. Intentaron, como hicieron durante todo el transcurso del debate, llevar la discusión allá lejos, tarde, lo que quiere decir nunca. Primero era después del 10 de diciembre porque no éramos legítimos; después, porque no había tiempo; pedían audiencias públicas en cada uno de los rincones de las provincias, tratando de poner un barniz federal, cuando todos sabemos que la intención era ocupar la mayor cantidad de tiempo para que esta norma no se tratara en el Parlamento.
Hicimos las audiencias públicas, pero no las legitimamos nosotros sino la cantidad de organismos y personalidades que vinieron y participaron. (Aplausos.) Estuvieron presentes desde representantes de los pueblos originarios hasta de algunas organizaciones que agrupan a medios de comunicación –lo que ocurrió en los últimos días‑, así como también personas que le dieron volumen y contundencia a lo que estábamos haciendo, tales como Pérez Esquivel, monseñor Radrizzani en representación de la Iglesia Católica, el director de cine Campanella y Víctor Hugo Morales. Esto hay que decirlo, porque de ello también se nutren las decisiones políticas.
El 95 por ciento de las ponencias presentadas en las audiencias públicas fueron en el sentido de acompañar la aprobación de esta ley de radiodifusión. (Aplausos.) No aparecieron ni prestigiosas personalidades, salvo alguna perdida por ahí, ni prestigiosos académicos, dirigentes sociales, gremialistas o empresarios que propiciaran el no tratamiento de la ley. Los que hablaron en representación legítima desde algún lugar lo hicieron con conocimiento y avalando el tratamiento y debate de esta iniciativa.
Teníamos planificado desarrollar las audiencias públicas durante tres días, y nos pidieron un día más porque la lista de anotados era realmente extensa. Las audiencias fueron grabadas por la Cámara de Diputados y aparecieron inmediatamente en la página web para que cualquiera, desde cualquier lugar del país pudiera leer lo allí se había dicho. Se tomó versión taquigráfica de dichas audiencias, que están a disposición de cada uno de los señores diputados. Además, tuvieron como exigencia la presentación por escrito de cada una de las ponencias, y se consideró un reglamento elaborado por la Comisión de Comunicaciones e Informática, sancionado en el año 2000, cuando una vez más se frustró la posibilidad de debatir la ley de radiodifusión en el Congreso de la Nación. Todo esto se hizo para que quede absolutamente en claro la transparencia y la forma en que hemos trabajado en el trámite de esta norma.
El día martes incorporamos una serie de modificaciones propuestas por cada uno de los bloques. Si los bloques de la oposición hubiesen tenido una actitud política distinta, quizás hubiéramos logrado una ley con mayor nivel de consenso y de modificaciones; pero nunca quisieron tratarla, por eso nunca plantearon seriamente ninguna modificación. Nunca lo hicieron; nunca nos acercaron propuestas de modificación a ningún artículo en un sentido determinado. Lo que siempre hicieron fue pararse en el lugar de decir que no era el tiempo, que era demasiado rápido, pronto, que estábamos apurados, que no servía, que los negocios, los negociados...
Esa fue la situación que vivimos durante todos estos días. Después de la reunión conjunta de las comisiones, en la que leímos cada una de las modificaciones acordadas y a sugerencia de los distintos bloques, se debatió hasta medianoche y pasamos a la firma del dictamen.Hoy venimos a debatirlo aquí en el pleno del recinto, como lo hemos hecho en infinidad de oportunidades.
Como lo decía recién algún señor diputado e incluso la diputada Vaca Narvaja, que lo hacía con mucha claridad y contundencia, cuando muchas veces la oposición pide sesiones especiales lo hace como una forma de saltear el tratamiento en la comisión, porque los expedientes que deben ser tratados no cuentan con el respectivo dictamen de comisión.
Si alguien puede pedir una sesión especial para tratar un proyecto que no cuenta con despacho de comisión, ¿cómo nosotros no vamos a poder pedir una sesión especial para tratar un proyecto que tiene despacho de comisión legal y legítimamente obtenido en el pleno de las comisiones? (Aplausos.) Esto es lo que hoy vinimos a hacer acá, con absoluta legalidad de cada uno de nuestros actos.
Yo creo que fue un gran error de parte de la oposición levantarse e irse, además de haber hecho un uso chicanero y abusivo del reglamento haciéndonos soportar el planteamiento de veinte cuestiones de privilegio, todas en el mismo sentido, con el único sentido de aletargar nuevamente el inicio de la sesión. (Aplausos.) Eso ha sido exactamente así.
Les aconsejo que no pierdan el tiempo yendo a la Justicia, porque cada vez que lo hacen les termina yendo mal. Cuando se trató la ley de la estatización de las AFJP nos preanunciaban una avalancha de juicios y nos decían que el Estado iba a tener que pagar y que nos íbamos a fundir por eso. La verdad es que hoy también la Justicia me ha hecho un favor, y “Página 12” otro, ya que publicó que la Justicia ratificó la estatización de las AFJP. (Aplausos.)
Las decisiones de este Parlamento son legales, legítimas, y la Corte tendrá la responsabilidad que le da la Constitución para encontrar, si lo hay, algún vicio de inconstitucionalidad, pero nosotros estamos absolutamente convencidos de que no hay ningún vicio de inconstitucionalidad.
Y lo digo simplemente por esto. A algunos se les ocurrirá acusar a esta ley de no ser constitucional, cuando es una ley que viene a suplantar un decreto ley firmado durante la dictadura el 15 de septiembre de 1980. (Aplausos.)
Quiero confesar algo. Yo sé que para muchos de los bloques que hoy están sentados acá, y también para muchos de nuestros compañeros, quizás uno o dos días más, la semana que viene como planteó alguno, hubiese sido lo más prolijo. No es que a nosotros no nos preocupen las formas, porque siempre tratamos de cuidarlas.
Pero lo que nadie puede dejar de entender o de reconocer es que el debate de esta ley no fue un debate aséptico, no fue un debate que se dio solamente entre diputados que pensábamos de forma distinta. Hubo presiones, descalificaciones, amenazas y mal uso de los medios de comunicación. Muchas audiencias públicas desaparecieron durante varias horas de los canales de noticias. Hubo operaciones de prensa, hay operaciones y van a seguir habiéndolas. (Aplausos.)
El tiempo no era un valor inocuo. A más tiempo, las presiones que se ejercían seguramente tendrían mayores posibilidades, y esto también hay que decirlo. Por eso yo pido disculpas si violentamos algunas formas. Nosotros sabemos este tipo de cosas y también, créanme, las meritamos.
Nos parecía que lo más apropiado era no perder la oportunidad de tener sanción de esta Cámara en el día de hoy, y la verdad es que teníamos elementos para pensar así. Porque, como lo decía anteriormente, hubo muchas oportunidades en muchos momentos de la democracia argentina en los que las posibilidades de tratamiento se abortaron, ‑como explicaba la señora diputada Vázquez‑, como cuando un día a una reunión de comisión solamente bajaron dos diputados.
Yo estoy más que orgulloso de los diputados, inclusive aunque haya un grupo que se ha ido. Estoy más que orgulloso de que la mayoría de los diputados de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación hayamos tomado la decisión de debatir libremente las ideas que tenemos alrededor de este proyecto y no haber frustrado nuevamente la voluntad de los muchísimos argentinos que desde hace muchísimos años vienen peleando para tener una nueva ley de radiodifusión. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
La verdad es que me queda poco tiempo para hablar de esta norma, pero ya muchos hablaron mejor que yo y con mucha más contundencia. El señor diputado Raimundi decía que el tratamiento de esta iniciativa fue escandaloso, o utilizó una frase similar al referirse a la forma en que los medios consideraron el tratamiento de este proyecto.
Yo me tomé el trabajo de ver qué decían los diarios el día siguiente al 15 de septiembre de 1980. El diario “La Nación” decía: “Sanciónase la ley de radiodifusión”, y en el otro rincón –para demostrar que ese era el diario “La Nación”‑ decía: “Memórase la gesta de 1955”. Este diario es del 16 de septiembre de 1980. Y por su parte el diario “Clarín” decía: “Privatizarán 66 medios de radio y TV”.
Si uno analiza los dos principales diarios, observa que tienen títulos bastante asépticos, por decirlo de alguna manera, es decir, ni a favor ni en contra. ¿Será así mañana? (Aplausos en las bancas y en las galerías.) ¿O será que a la ley de la dictadura le van a dar un tratamiento más indulgente que a la ley de la democracia?
(Aplausos en las bancas y en las galerías.)
De lo que se trata es de que hoy estamos sancionando una ley fundamentalmente antimonopólica. Lo más importante que tiene nuestra ley es que ataca esta concentración monopólica, estas posiciones dominantes que existen a nivel nacional pero también en cada una de las localidades y de las provincias argentinas; esto hay que decirlo, y quienes venimos del interior lo sabemos.
Esta ley busca la construcción de ciudadanía, que los argentinos sean más ciudadanos al momento de poder escuchar una mayor cantidad de voces. Esta norma busca darle mayor categoría de ciudadano al argentino, que no tenga solamente una comunicación en un determinado sentido, que la comunicación no sea siempre direccionada.
Necesitamos muchas voces. En realidad, hay muchas voces, pero no todas se escuchan de la misma manera. Y no es que no se escuchan de la misma manera porque algunas sean más inteligentes y otras menos inteligentes, sino porque suenan distinto. Algunas tienen más amplificador que otras.
Entonces, nosotros necesitamos algo mucho más democrático, mucho más plural, y para eso debemos legislar, porque no se hace por sí mismo. El proceso de concentración económica que vivió la Argentina en los 90 se dio con mayor crudeza en los medios de comunicación. Hace quince o veinte años la palabra “multimedios” no existía. Los cables, de los cuales quedaron unos pocos, eran expresiones de pequeñas empresas radicadas en cada lugar de la Argentina. La mayoría de ellos han quedado en manos de una sola empresa.
El fútbol, por ejemplo, además de servir para que todos lo veamos, ha servido para demostrar lo que significa el monopolio. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) No podía ser que viviéramos determinadas situaciones en algunos lugares de las provincias. En Rosario –lo dije muchas veces- hay una empresa de cable que nunca pudo comprar los derechos de televisación del fútbol, pero no porque no quisiera hacerlo sino porque nunca se los quisieron vender, ya que lo transmitía otra empresa.
A los cables de localidades chicas les cobraban un canon enorme para poder transmitir fútbol si no eran del mismo grupo. Esto permitió empezar a hablar del tema.
Hay señales de noticias que no se ven en el interior –no digo que sean buenas ni malas- porque no las llevan, no las suben al cable para que se puedan ver en el resto del país.
Traje un informe muy pequeño sobre un estudio del origen de la producción de contenidos en la televisión abierta argentina. Lo digo rápidamente: 25 por ciento de producción propia; 5 por ciento de producción de terceros; 1 por ciento de repeticiones; 8 por ciento de producción de los Estados Unidos; 1 por ciento de producción de América Latina; 1 por ciento de coproducción nacional, y el 58 por ciento restante es retransmisión de contenidos reproducidos por la cabecera de las redes de TV abierta.
¿Saben cómo se distribuye eso en el país? Esa retransmisión baja al 2 por ciento en el AMBA; crece al 62 por ciento de las horas emitidas en Cuyo; al 64 por ciento de las emitidas en el Noreste; al 66 por ciento de las emitidas en el Noroeste; al 72 por ciento en la Región Pampeana, y al 60 por ciento de las horas emitidas en la Patagonia. Es decir que de las cuatro señales de cable que tenemos en la ciudad de Buenos Aires esto es lo que se retransmite en todo el país.
Es mentira lo que manifiestan quienes están metiendo terror al decir que se van a quedar sin trabajo. Va a haber mucho más trabajo. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
En el interior, con la exigencia de producciones locales, vamos a poder dar trabajo a muchísimos chicos y jóvenes que se esfuerzan para estudiar teatro, música y demás y muchas veces no tienen dónde desarrollar su actividad e inevitablemente terminan cayendo en la ciudad de Buenos Aires.
Voy a terminar con una frase de Scalabrini Ortiz. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Me parece que es lo más adecuado para lo que hoy estamos votando. Él decía: “Todo lo que no se legisla explícita y taxativamente a favor del más débil queda implícitamente legislado a favor del más fuerte. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
“No es el poderoso el que necesita el amparo legal. El poderoso tiene su propia ley, que es su propia fuerza.” Defendamos a los más débiles que vamos por el buen camino, señor presidente. (Aplausos en las bancas y en las galerías. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.)

SCA. Debate. Intervención de la Dip. Vaca Narvaja

Sra. Vaca Narvaja.- Señor presidente: dado lo avanzado de la hora trataré de ser lo más breve posible.
No quiero dejar pasar por alto algunas cosas que aquí se han expresado. En primer lugar, debo decir con absoluta seguridad que esta sesión especial goza de plena legalidad y legitimidad. (Aplausos.)
En ningún artículo del reglamento se indica que transcurridos treinta minutos desde la hora de citación la sesión se cae si no se ha logrado quórum. No existe ese artículo en el reglamento. Por lo tanto, llamemos a las cosas por su nombre y hablemos con la verdad. (Aplausos.)
Tampoco es cierto que las autoridades de la Cámara hayan tenido actitudes discriminatorias y diferenciadas para con los miembros de la oposición. En estos cuatro años que llevo como vicepresidenta de la Honorable Cámara me ha tocado en numerosas oportunidades presidir sesiones especiales solicitadas tanto por la oposición como por el oficialismo. En todos las sesiones especiales pedidas por la oposición los tiempos de espera y de declaración del fracaso de la sesión han sido acordados con los legisladores opositores. Siempre fueron ellos los que pidieron que se levantara la reunión luego de haber transcurrido media hora o más sin haber logrado el quórum. Incluso –tal como aquí se ha dicho‑, en varias ocasiones hemos esperado más de una hora para ver si se reunía el número suficiente para sesionar. Por lo tanto, queda en claro que no hubo ningún tipo de discriminación ni diferenciación hacia los miembros de la oposición.
Por otra parte, como integrante de la Comisión de Comunicaciones e Informática de la Honorable Cámara quiero decir que también se trabajó conforme a reglamento. Pero lo que más me extraña es que la oposición, que tanto ha criticado la forma en la que se trató este tema en las comisiones, no haya dicho que si se hubiese logrado el quórum en esas sesiones especiales por ellos solicitadas habrían tratado proyectos de ley que no habían sido considerados en las comisiones y que, por ende, no contaban despacho de comisión. (Aplausos.)
Quiero decir –hablemos con claridad‑ que hoy no hubo voluntad política de los que hoy no están en sus bancas para debatir y construir una ley de consenso.
Quiero reivindicar que esta ley ha sido producto de una construcción colectiva democrática y plural. Quiero reivindicar y reconocer el trabajo de aquellos diputados que siguen y son coherentes, así como fieles a sus convicciones, sin un doble discurso: no dicen una cosa afuera y después aquí hacen otra o no quieren dar el debate o no quieren construir una ley como la que estamos construyendo.
Aquí se ha dicho que la autoridad de aplicación debe ser dependiente del Congreso. En ningún lugar del mundo, salvo uno ya mencionado como Gran Bretaña, esto existe. Quiero decir también que la Constitución Nacional es muy clara en cuanto a los roles del Poder Ejecutivo y del Congreso. El Congreso legisla y controla, no gobierna, no administra las políticas públicas. Eso lo hace el Poder Ejecutivo nacional. Lean la Constitución, por favor. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Se ha dicho también que esta autoridad de aplicación no tiene control del Parlamento. No es cierto: hay una comisión bicameral y además de esa comisión, elige tres representantes en el marco de la autoridad federal de aplicación. Tiene también el control de auditoría de la SIGEN.
Quiero decir también que la oposición, que hoy no está en sus bancas, ha acordado y aprobado innumerables leyes antes de este Congreso y también con nosotros ahora, donde las políticas de la autoridad de aplicación de todas las leyes ha estado siempre en manos del Poder Ejecutivo nacional.
Casi todas las veces lo han aprobado por unanimidad o por amplia mayoría, y muchos de los diputados que hoy no están aquí presentes.
Para terminar quiero decir que cuando hablaba la señora diputada Marcela Rodríguez –lamento que ahora no esté‑ y planteaba su reparo de que no habíamos puesto el resguardo suficiente en la ley para los sectores para los cuales estamos convencidos que esta ley tiene como objetivo de dar voz a los que no tienen voz, que tengo la plena seguridad y confianza de la modalidad, por la forma en que esta ley se ha construido, con la fuerte participación de las organizaciones sociales y de la política que quiere transformar la realidad.
Estos sectores, espacios políticos y sociales, van a ser los mejores guardianes y defensores de la libertad de expresión, de la palabra y de la ley. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

SCA: Debate. Intervención de la Dip. Moises

Sra. Moisés.- Señora presidenta: en primer lugar quiero agradecer a todos y cada uno de los actores sociales de los argentinos y argentinas que participaron en las audiencias públicas en todo el país, y especialmente en el Congreso de la Nación, a quienes hemos escuchado durante toda la semana pasada. Creo que hemos dado un ejemplo más de cómo cuando la política y las instituciones les abrimos la puerta a la gente y a la participación popular, nos beneficiamos absolutamente todos y, en especial, la República.
En todas las argumentaciones se ha hablado mucho de cuatro conceptos: libertad de expresión, libertad de prensa, libertad de empresa y derecho a la información. Estos cuatro derechos están totalmente tutelados en esta ley en profundidad, pero a pesar de lo que han expresado gran parte de la oposición y de los medios de comunicación, en realidad los verdaderos enemigos de estos cuatro derechos no son ni el Estado, ni el gobierno, ni esta ley. Hay muchos otros enemigos que acechan a cada uno de estos derechos; quizás es contra ellos específicamente que nosotros queremos ir con esta ley. Esto no lo dice una diputada del oficialismo: lo dice todo el conjunto de las ciencias sociales en la Argentina, Latinoamérica y el resto del mundo. Mac Luhan, Umberto Eco, Giovanni Sartori, una infinidad de intelectuales han escrito sobre estos enemigos.
Hoy la libertad de expresión no está amenazada por el poder militar, por la censura del autoritarismo. Hoy la libertad de expresión está amenazada por los dueños de los medios de comunicación grandes, pequeños y medianos. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) Porque la censura para decidir quién habla y quién no en un medio de comunicación la tienen los dueños; esa es la verdad, sea uno, sean varios o sea un cuerpo de accionistas, y los intereses que esos dueños representan. El enemigo de la libertad de prensa –a la que nosotros queremos tutelar fundamentalmente- es la falta de libertad que tienen los comunicadores sociales que deben ejercer esa libertad de prensa… (Aplausos en las bancas y en las galerías.) …porque tienen intereses y porque dependen de quienes los emplean y desde dónde van a escribir.
Hoy los enemigos de la libertad de empresa son los monopolios. Hemos escuchado a muchos canales del interior y a pequeñas radios FM que han sobrevivido a la dictadura militar, que empezaron con la radiodifusión en este país. Hago honor y nombro personalmente a un sampedreño, Luis Garay, que ha sido uno de los promotores de la radiodifusión en la provincia de Jujuy. Como decían muchos de los que hablamos y compartimos las audiencias públicas, en la época de los militares tenían que estar escondidos poniendo antenas para poder expresarse.
Lo mismo hicieron muchos técnicos y cable operadores del interior del país, algunos de los cuales sobrevivieron al monopolio de medios de comunicación que a través del chantaje del negocio del fútbol vieron a esas pequeñas y medianas empresas cerrar sus puertas. Esos son los enemigos de la libertad de prensa: el monopolio y el oligopolio.
A mi juicio, lo fundamental de este debate es el derecho a la información que tenemos todos los argentinos y las argentinas. Hoy el concepto de información está totalmente modificado por la modernidad y la globalización. No es la información de hace veinte o treinta años.
En la actualidad la superabundancia de información hace que todos estemos poco y muy mal informados. La celeridad de la información motiva que aquellas cosas que son importantes para la comunidad o para los dueños de los medios sean las reiteradas una y mil veces o las escondidas una y mil veces.
Además existe la mercantilización de la información, que hoy no tiene valor en sí misma como un elemento fundante de la conciencia ciudadana. La información es una mercancía y un instrumento para algunos factores de poder.
Esta transformación propia del concepto de información no es de esta diputada sino de las ciencias políticas, y solicito la inserción en el Diario de Sesiones de los nombres de todos los intelectuales que sostienen estas definiciones.
Esto ha generado la transformación del principio de la actualidad de la información y del concepto de verdad. En este punto hago mías las palabras del señor diputado Morgado, quien fue sumamente solvente al señalar cómo se maneja la verdad a través de los medios de comunicación.
Sólo agregaría algo a sus expresiones. Cuando todos los medios de comunicación dicen lo mismo, ¿cómo contrasta la gente si lo que dicen no sólo lo muestran con una imagen, con el saber de quienes tienen la solvencia intelectual… (Aplausos en las bancas y en las galerías.) …sino que cada vez que cambia de canal ve exactamente lo mismo? (Aplausos en las bancas y en las galerías.) ¿Qué poder tiene la gente si cada vez que cambia de canal ve exactamente la misma información con la solvencia de saber, como bien lo dijo el diputado Morgado, y con una imagen que se reitera mil veces y quizá es una pequeña porción de la realidad y no toda la realidad?
Queremos equilibrar estos cuatro derechos y controlar los enemigos que yo enumero. No queremos mordaza sino que suscribimos una afirmación de uno de los juristas más importantes de este país, en el libro titulado La omnipotencia de la prensa: “Esto convierte a la televisión en un eficaz instrumento de control social en garantía de la conservación del orden, a través de la repetición de opiniones, convenientemente simplificadas, que se consideran aptas para mantener el status quo.” En este país ese status quo muchas veces nos quiere convencer de que no podemos cambiar nada, y nada vamos a cambiar mientras esas bancas estén vacías. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) No vamos a cambiar muchas cosas mientras algunos estén de rodillas. (Aplausos en las bancas y en las galerías.) No vamos a cambiar nada si no fortalecemos realmente y consolidamos esta democracia, y esto sólo lo lograremos fortaleciendo a la clase política, peronista, radical, socialista o de los partidos pequeños. Solamente fortaleciéndonos como representantes de la voluntad popular podremos fortalecer esta democracia, y no debilitándola y devaluándola como hizo cierta parte de la oposición desde el día en que comenzó este debate. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
En nombre de la República y de las instituciones se ha devaluado a toda la clase política, se han deslegitimado nuestros propios mandatos, se ha subestimado la representación que ejercemos de la gente, se ha menospreciado la inteligencia del pueblo de la Nación argentina y se ha negado la pertenencia de muchos de ellos a la propia clase política con un descaro total. Desde el día en que nos sentamos en estas bancas, seamos lo que seamos, vengamos de dónde vengamos, geográfica o ideológicamente, pasamos a pertenecer a la clase política. Y a esa clase debemos honrar para que ser mejores, para que la gente nos controle más y para acercarnos a la realidad.
Yo vengo de una provincia del norte, de un norte pobre. Por lo tanto, también represento un norte pobre, porque el poder económico tiene mucho que ver con el poder ideológico y con el poder de representación que ejercemos.
Sin embargo, estoy orgullosa de representar a muchos jujeños. No me voy a poner de rodillas delante del poder de nadie, porque me respalda el poder de esos jujeños. Si yo me pongo de rodillas, también se ponen de rodillas todos aquellos que me votaron, y a los que represento. (Aplausos y manifestaciones en las bancas y en las galerías.)
Estoy convencida de que la futura ley es urgente en este país. Estoy también convencida de que muy poco honor le hacen a la democracia, a las instituciones y a la República los que se llenaron la boca hablando de todo esto, y hoy están de rodillas, allá, frente a las cámaras de televisión. (Aplausos y manifestaciones en las bancas y en las galerías. Varios señores diputados rodean y felicitan a la oradora.)

Media sancion del Proyecto de Servicios de Comunicaciòn Audiovisual de la democracia

Con 146 votos a favor, tres en contra y tres abstenciones, se dio media sanción al
proyecto. La UCR, la Coalición Cìvica, el PRO y el "peronismo disidente" se ausentaron

SCA: Debate. Intervención del Dip. Delich

Sr. Delich.- Señor presidente: conocí hace muchísimos años a un político cordobés que alguna vez comenzó su discurso diciendo: “Voy a decir unas palabras antes de hablar”. Todavía no se había inventado la semiótica ni la semiología; lo que estaba diciendo es que iba a dar dos discursos. Yo quiero hacer tres discursos en siete minutos.
Primer discurso: el domingo pasado a las siete de la mañana –no me pregunten qué hacía despierto a esa hora, pero estaba despierto‑ vi un programa de un canal importante de televisión que comenzaba anunciando que había elecciones en Corrientes y que se disputaban la gobernación Arturo Colombi -aclaraban entre paréntesis que era cobista- y Ricardo Colombi, a quien llamaban “radical K”. Ricardo Colombi –lástima que ahora no esté acá‑ era el candidato oficial de la Unión Cívica Radical y había además un hombre del Frente para la Victoria. Esta fue la información que recibieron todos los que vieron ese programa. Si eso es objetividad yo soy Fu Manchú. (Aplausos.)
Aquí se ha escuchado –a mí no se me habría ocurrido, pero se ha escuchado‑ mencionar la libertad de expresión. Al comienzo de la última dictadura, ya fuera de la universidad como muchos de mis amigos y colegas, la policía secuestró uno de mis libros -que previamente habían prohibido- y también excluyeron del país a la propia editorial. Nuestras protestas sobre el tema el tema no tuvieron ningún eco. Poco tiempo después, todavía en el 78, fundamos con un grupo de colegas latinoamericanos una revista de ciencias sociales que se llamó “Crítica y Utopía”. Entre quienes hicimos esa revista estaba quien luego sería presidente de Chile, Ricardo Lagos, y quien sería presidente de Brasil, Fernando Enrique Cardoso, entre otros intelectuales por el estilo.
Salieron dos números de esa revista y el tercero fue prohibido por el gobierno de la dictadura. Pero lo que más me indignó, porque en realidad sabíamos que esto podía ocurrir, es cómo nos enteramos. Leímos el diario La Razón por la tarde y decía: “Prohibieron revistas pornográficas”. Entre esas revistas pornográficas estaba la nuestra. De modo que me convertí en el introductor del erotismo en la ciencia social, lo cual no es poca cosa. (Aplausos.)
Hablar de la libertad de expresión sin memoria, sin saber qué fue lo que pasó es realmente estar próximo de la inocencia o del disparate. Cuando recuperamos la democracia en el 83, cuando recuperamos las universidades hace veinticinco años, de ahí en más no hubo ni censura ni exclusión de profesores. Quien quiera ir ahora a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, o a la nuestra en Córdoba, soportando un poco de mugre, va a ver las paredes y comprobará qué es la libertad de expresión.
Todo lo que escriben los chicos sin condicionamientos es libertad de expresión. Ahí están las raíces de la libertad de expresión. Y hay libertad de expresión porque hay autonomía universitaria.
En el país hay libertad de expresión no porque las empresas sean privadas o públicas, sino porque hay Estado de Derecho. La propiedad privada de los medios no garantiza la libertad de expresión, como lo hemos comprobado, como tampoco la propiedad pública. Lo que la garantiza es el Estado de Derecho.
Vine aquí con la idea de que íbamos a votar una ley que se transformara en la plataforma de una gran política de Estado, y tengo la impresión de que estamos muy cerca de lograrlo.
Recuerdo muy bien el afán del presidente Alfonsín por reformar esta ley. ¿Saben lo quería Alfonsín en el 85? Ahora parece casi una ingenuidad, pero decía que hiciéramos como en Estados Unidos, donde el New York Times no puede ser dueño de un canal de televisión, simplemente porque es una concentración. (Aplausos.) Eso decía Alfonsín hace veinticinco años.
Que nadie me pregunte por qué eso no se pudo hacer. Pero no sólo no podía modificarse la ley, sino que la concentración de medios era cada vez más intensa y más importante.
De manera que vengo aquí, señor presidente, también para rendir un homenaje a ese amigo y ex presidente. El legado de Alfonsín no está en sus éxitos, como la recuperación de la democracia, sino en los fracasos y en lo que nosotros tenemos que recuperar para hacerlo ahora. Yo voto sintiendo que ahora estoy rindiendo el homenaje que se merecía Raúl Alfonsín. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)

SCA: Dictamen en debate

Dictamen de Comisión de mayoria en debate

SCA: En medio del debate. La oposición lucha por sostener los monopolios

En este momento se esta tratando la ley de servicios audiovisuales en la Cámara de Diputados, la oposición trata de impedirlo con diversos argumentos pero todos coinciden en una critica: no tuvieron tiempo para leer el proyecto y no existió el debate necesario.
Más allá de lo que se dice una y otra vez respecto del itinerario del proyecto, el argumento de la falta de debate por la “rapidez” del tratamiento es una chicana más para no tratarlo.
Lo único que le preocupa a la oposición es preservar los intereses de los monopolios. Y no lo decimos nosotros, sino que lo dijo el Diputado Aguad, Presidente del bloque de la UCR, en el programa “Desde el llano” el 14 de septiembre pasado en un debate con el Diputado Rossi, Presidente del bloque del Frente para la Victoria
"DESDE EL LLANO" 14 DE SEPTIEMBRE DE 2009
Diputado Aguad: “Esta ley va a terminar con contratos que tienen entre 10 y 16 años más de duración.... Suprimamos el 152 y …. sus anexos digamos… Todos los que permiten que el año que viene se desguacen los medios de comunicación y se respeten los 10 años que Kirchner firmó.”
Diputado Aguad: “Si es así con todo gusto discutamos la ley y en una semana la sacamos.”
Diputado Rossi: “… Bueh… “
Diputado Aguad: “¿Pero va a aceptar el desafío?¿Por que no sacamos el articulo?”
Diputado Rossi: “Justamente, porque vos tenes que fijarle un tiempo de plazo para que la situación monopólica deje de existir”
Aguad : “¿Monopólica ?... ¿Monopólica?¡¡ ¿Vos decis que hay monopolio en la argentina ?”

“En una semana la sacamos” ¿Entonces en que quedamos? ¿No necesitaban tiempo para estudiar ? ¿Tanto lío por un artículo? ¿Hay consenso con los 165 artículos restantes? ¿Y la libertad de expresión?
Por los dichos de Aguad sólo importa el artículo que obliga a los monopolios a adecuarse a la ley. El resto no importa. El “desafío” del jefe del bloque radical es aprobar una ley que garantice el status quo y los monopolios hasta el 2020 y el 2026.
Pero eso sí con una ley de medios de la democracia aprobada pero ineficaz.

El artículo 152 (actual 161 renumerado) establece el plazo de un año a los actuales licenciatarios para ajustarse a los términos de la ley. Pero el artículo modificado agrega “Al solo efecto de la adecuación prevista en este artículo, no será aplicable lo dispuesto por el artículo 41” Esto significa que para los licenciatarios actuales no existe impedimento para transferir las licencias por lo cual no hay “confiscación” ni violación del “derecho adquirido”
Por el contrario, se garantiza el derecho a tranferir la licencia y los activos en un plazo determinado, en virtud de los dispuesto por una norma que regula el uso de un bien público y tiene por objeto evitar la concentración monopólica.
Por otra parte, el titular de la licencia adquirida por transferencia deberá ajustarse a los términos de la ley, es decir, adquirirla mediante concurso público abierto y permanente, en caso de aquellas que utilizen el espectro radioléctrico o la adjudicación a demanda para los servicios por vinculo físico (cable).
Queda claro entonces que la UCR y la oposición quieren garantizar la vigencia de las posiciones dominantes de los grandes multimedios, preservar los monopolios informativos e impidir el derecho a la información y la libertad de expresión del pueblo argentino.
Lo demás es verso.

Artículo 152 (actual 161 con las modificaciones) Dispone que “Los titulares de licencias de los servicios y registros regulados por esta ley, que a la fecha de su sanción no reúnan o no cumplan los requisitos previstos por la misma, o las personas jurídicas que al momento de entrada en vigencia de esta ley fueran titulares de una cantidad mayor de licencias, o con una composición societaria diferente a la permitida, deberán ajustarse a las disposiciones de la presente en un plazo no mayor a UN (1) año desde que la autoridad de aplicación establezca los mecanismos de transición. Vencido dicho plazo serán aplicables las medidas que al incumplimiento -en cada caso- correspondiesen. Al solo efecto de la adecuación prevista en este artículo, no será aplicable lo dispuesto por el artículo 41.”

El Cafecito

Recibí esta foto, será verdadera? Quien habrá pagado el cafecito ?

SCA: PROYECTO DE LEY CON MODIFICACIONES

Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual con modificaciones
Dictamen de mayoría - Borrador

SCA: Payasada de la Diputada Giudici. La audiencia pública trucha.

La Diputada Giudici (UCR) finalmente se dio el gusto al inaugurar una “audiencia pública federal” en Mendoza. Un intento infantil y desprolijo de la oposición para obstaculizar el tratamiento de la ley de SCA.
Recordemos que la Giudici, junto con otros diputados de la oposición, trataron un misterioso proyecto de audiencias federales en la Comisión de Libertad de Expresión de la HCDN que se habría aprobado aunque no hay constancia de ello. De hecho, la convocatoria a estas audiencias no fue publicada, no cuenta con autorización de la Cámara de Diputados ni cumple con las formalidades del Reglamento en tanto que no contempla la realización de este tipo de audiencias.
Sin embargo, la Comisión de Libertad de Expresión publicó en su site un listado de “participantes” que es un verdadero desfile de los grupos mediáticos y sus empresas vinculadas y afiliadas.
De cualquier forma, la primera fecha de las “audiencias federales” se realizó en Mendoza.
En realidad, se trató de un Foro convocado por la Cámara de Diputados de la provincia, pero parece que algo salió mal. El evento que se pensaba empresario fue copado lentamente por organizaciones sociales, radiodifusores y público que desvirtuaron la intención opositora de reeditar el “enfrentamiento” entre el interior y la capital que había rendido sus frutos en el conflicto con las patronales agropecuarias. Personalmente no estaba de acuerdo en que se participe de esta convocatoria trucha, para no convalidarla, pero después de verlos penar en esta “audiencia” quizás sería interesante la participación masiva para expresar el apoyo al tratamiento de la ley. Aunque dudo que otra legislatura se preste a una convocatoria similar, especialmente después de los aprietos en que puso a los legisladores mendocinos la entusiasta diputada radical tal como lo consigna un articulo de Mdzol.

Cobos, el juguetón



Me acuerdo de un juego que soportaba cuando era chico. El salame de turno te decía “el aire es de todos” y te pasaba la mano delante de la cara sin tocarte. Un día me cansé y el juguetón recibió un sopapo.

Cobos está jugando ese juego con millones.

Hace unos días se reunió en el Senado con Macri, Francisco de Narváez y Ernesto Sanz, entre otros líderes opositores con el objeto de coordinar una estrategia contra el gobierno. A esta altura, decirle que ya el juego perdió la gracia resulta inútil. No se da por enterado.

Simplemente, le pedimos la renuncia.

Porque es un traidor. Quebrantando la lealtad debida al voto que lo eligió como vicepresidente y la fidelidad al programa de gobierno que votamos millones de argentinos.
Porque es un usurpador. Ocupando un cargo cuya legitimidad se funda en ser representante del Poder Ejecutivo en el Parlamento.
Porque es un conspirador. Actuando desde su voto “no positivo” como portavoz de parte de la oposición y erigiéndose como jefe político de alternativas opositoras al gobierno del que forma parte.
Porque es un oportunista. Gozando de total impunidad al no haber remedios institucionales ni políticos para su insólita conducta.
Porque es un cobarde, Comportándose como víctima cuando se le intima con hacerse cargo y responsable de sus decisiones.

Pero sigue jugando…

"Algunos funcionarios, parece, quieren coartar al Vicepresidente la libertad que tiene de dialogar, pensar y expresarse. Yo seguiré transitando el mismo camino emprendido, poniendo por delante el interés supremo de la Nación"

¿Cuál será el interés supremo de la Nación que dice representar? ¿El del proyecto que acompañamos con nuestro voto para que sea vicepresidente? ¿El que representa la oposición? ¿El que le dicta su familia? ¿Su conciencia?

Es curioso el derrotero del pensamiento de Cobos. Cuando decidió expresar su voluntad política de la manera en que lo hizo pudo haber encarnado una opción, construido algún tipo de legitimidad renunciando al gobierno del que ya no se sentía parte. Pero no, ya actúa por compulsión y se sostiene reproduciendo siempre que puede aquella noche del voto “no positivo”. Sin legitimidad, desde su carguito de vice, viendose a sí mismo como representante de nuestro interés supremo.
¿Quien puede confiar en este hombre?
¿Quién puede confiar en quienes confían en el ?

SCA - Audiencias públicas

La Comisión de Comunicaciones de la Cámara de Diputados publicó en su site las 277 ponencias presentadas en las audiencias públicas realizadas entre el 8 y el 11 de septiembre. También se incluyen los videos y las versiones taquigráficas.

Con sólo ojear las ponencias, se puede constatar la seriedad y compromiso de las organizaciones sociales, culturales, sindicales y políticas de todo el pais que llevaron adelante la propuesta de una nueva ley de servicios de comunicacion audiovisual. Recomiendo especialmente la lectura de las ponencias de las cooperativas de servicios públicos del interior. Aunque muchas me resultaron interesantes en tanto analizan aspectos del proyecto de ley, realizan aportes, acuerdos y críticas con fundamentos.

Asi que ya saben, si están cansados de las estupideces del globólogo Iglesias o los piripipeos de Giudici. Vayan acá

SCA - AUDIENCIA PUBLICA - VICTOR HUGO MORALES

SCA - AUDIENCIA PUBLICA OSVALDO PAPALEO

SCA – AUDIENCIA PUBLICA - Hugo Yasky, secretario general de la CTA.

Sr. Yasky.- Agradecemos, como Central de Trabajadores, la posibilidad de expresar nuestra posición en este tema trascendente para el conjunto de la clase trabajadora y para todo nuestro pueblo. En nombre de los trabajadores argentinos unidos en la CTA venimos a expresar la convicción de que estamos participando de un hecho de trascendencia histórica, puesto que el proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual implica reparar una deuda histórica con todo el pueblo argentino. Mantener un día más la ley de radiodifusión de la dictadura, reformada por innumerables cambios producidos en línea con los intereses económicos concentrados y monopólicos, es una afrenta a la sociedad y a la democracia. El decreto ley reconocido por el número 22.285 del año 1980, nos remite a la dictadura militar de Videla, Massera, Agosti y Martínez de Hoz, pero fundamentalmente nos convoca al recuerdo de los 30 mil desaparecidos y de los periodistas-trabajadores de prensa acallados para siempre en la noche negra iniciada el 24 de marzo de 1976. Para los dictadores y sus empresarios asociados fue necesario aniquilar a los representantes de los trabajadores, delegados de fábrica y militantes populares para comenzar a instalar el modelo económico que se consolidó en la década de los 90. Tal como lo denunciara Rodolfo Walsh en su carta a la Junta Militar también fue necesario silenciar a los periodistas y asociar a la tarea de ocultamiento de la realidad a la prensa adicta para iniciar el camino de concentración y monopolización de los medios. Pero el pueblo no pudo ser silenciado, múltiples voces se levantaron, miles de pañuelos blancos de madres, de abuelas, de hijos. Luego vendrían los ajustes: sobre las privatizaciones de los medios de comunicación audiovisuales, los despidos de trabajadores de la comunicación, y la concentración y transnacionalización de las empresas que comenzaron a defender los intereses del mercado por sobre el interés nacional. De las páginas de los diarios desaparecieron las noticias gremiales y los sindicalistas fueron arrojados al escarnio público invisibilizando a los trabajadores que comenzarían a hacerse visibles con tomas de fábricas, carpas blancas, marchas federales, piquetes, cortes de rutas. Desde el año de su nacimiento, en 1989, el por entonces llamado Congreso de los Trabajadores Argentinos -ahora CTA- asumió en su programa la lucha por la derogación de la ley de radiodifusión de la dictadura militar. En la defensa de los trabajadores despedidos y cesanteados por el neoliberalismo menemista la CTA hizo su fragua. Desde siempre se sumó al apoyo de los medios comunitarios y de las pymes de la comunicación, que fueron los nichos donde se expresaba la pluralidad de voces populares. La defensa de la libertad de prensa, muchas veces asociada a la libertad de empresa, se trocó en la CTA y siempre fue lucha por la libertad de expresión y el derecho a la información de nuestro pueblo. La CTA, a través de sus representantes de la comunicación y la cultura, forjó y firmó los 21 Puntos por una Radiodifusión Democrática junto con cientos de organizaciones sociales, de derechos humanos, cooperativas, comunitarias y pequeñas empresas. Desde su autonomía, la CTA criticó las concesiones que el primer gobierno kirchnerista realizó con las empresas multimediáticas a través del decreto 527 del año 2005. Desde esa misma autonomía también saludamos ahora el avance que significa este proyecto. En diciembre de 2008 exigimos que en este año se enviara un proyecto al Congreso y luego del 18 de marzo nos sumamos a los foros convocados por el COMFER. Creemos que éste es el tiempo de aprobación de una ley de radiodifusión de la democracia. Queremos ya una ley de servicios de comunicación audiovisual. En los puntos referidos a la desmonopolización de los medios, la ley es donde tiene sus puntos más fuertes. Pero hace falta generar a nivel normativo, y también con la participación ciudadana, los resguardos para evitar que ningún monopolio avance sobre la comunicación. Los trabajadores tenemos derecho a hacer oír nuestra voz, nuestras propuestas y debemos tener garantizado nuestro espacio en los medios sin ningún tipo de discriminación. También estamos convencidos de que la participación de los trabajadores en el Consejo Federal de la nueva autoridad de aplicación facilitará el espacio comunicacional al que la clase trabajadora tiene derecho. Creemos que en la autoridad de aplicación sería importante que las resoluciones del Consejo Federal sean vinculantes y que no sea un espacio sólo de análisis y propuestas. Aunque quizás sean cuestiones a resolver en otra norma complementaria, apoyamos las demandas de los medios comunitarios, de los pueblos originarios y de los pequeños productores de la comunicación de encontrar fórmulas democráticas de sustentabilidad económica para estas formas de gestión, en las que el Estado debe comprometerse a resolver para que los mismos no queden a expensas de las reglas del mercado ni de las arbitrariedades de los gobiernos de turno. Dilatar el tratamiento de esta cuestión, desconociendo el amplio proceso de discusión que se originó con la reapertura democrática, que se expresó en numerosos proyectos parlamentarios a lo largo de estos 25 años y que se acentuó a partir del trabajo de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, sería un grave retroceso que redundaría en beneficio de quienes no quieren cambiar el actual panorama de medios ni garantizar la libertad de expresión, el pluralismo o la diversidad de voces. Postergar el debate significaría –una vez más que todo siga igual, con lo que la democracia argentina habría perdido nuevamente la oportunidad histórica de redistribuir en forma justa bienes simbólicos a favor de la sociedad en su conjunto y no de un gobierno en particular. Sectores con representación parlamentaria han elaborado proyectos propios, antes y después del enviado por el Poder Ejecutivo; en varios de ellos hemos colaborado aportando conocimientos y sugerencias. Por eso nos consta que varios tienen más puntos de coincidencia que de desacuerdo con el que ha sido enviado al Congreso de la Nación. No abocarnos al estudio de esta cuestión implicaría repetir viejos errores y privilegiar las diferencias por encima de los acuerdos amplios que requiere un tema tan trascendente. El actual proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual, tal como dijimos antes, es perfectible. Merecen ser atendidos y modificados algunos aspectos vinculados con la composición de la autoridad de aplicación y de la Comisión Bicameral, así como los referidos a los imprescindibles controles para impedir que unas posiciones dominantes sean sustituidas por otras. Nos referimos en este caso a la entrada de las telefónicas. También es necesario debatir si deben legislarse mayores restricciones para quienes prestan servicios públicos o son contratistas del Estado. Esas modificaciones, junto a otras que puedan surgir del debate, enriquecerán, sin dudas, el proyecto original; pero es responsabilidad de todos los bloques parlamentarios comprometidos con la democratización de la comunicación garantizar el importante avance que representará la nueva normativa. Están pendientes, además, otras reformas en las que muchos de nosotros hemos trabajado y por las que hemos bregado, como los proyectos de ley de acceso a la información pública y de despenalización de los delitos de calumnias e injurias cuando se trate de temas de interés público. Todos ellos van en la misma dirección del proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual: apuntan a ampliar y profundizar la calidad de la democracia, impidiendo la discrecionalidad en el accionar público de funcionarios y representantes, y protegiendo los márgenes de libertad para la práctica del periodismo, que se ven avasallados no sólo por el poder público sino muchas veces por el poder económico, por la presión, la mordaza de los dueños de los grandes medios de comunicación. Alentamos avanzar en la aprobación de una norma que garantice equidad en el reparto de los medios, transparencia en el otorgamiento de licencias y autorizaciones, límites a la concentración y la integración, protección de contenidos para niños y adolescentes, universalización del acceso a los medios audiovisuales, diversidad y pluralidad, tarifa social, espacio para las organizaciones sin fines de lucro, cuota de pantalla para el cine nacional y participación ciudadana en el órgano de control. Por todas estas cuestiones es que el Congreso Nacional de nuestra Central aprobó por unanimidad apoyar y solicitar que el Congreso de la Nación dé rápido tratamiento al proyecto, que no es de un gobierno, sino que surgió de la gente, desde abajo y que de aprobarse marcará un punto muy alto en la construcción de la calidad institucional de nuestra democracia. Desde la Central de Trabajadores de la Argentina agradecemos por su atención. Creemos que esta posición que acabamos de expresar, más allá de haber sido aprobada por unanimidad en nuestro congreso, más allá de constituir un mandato histórico para todos los que representamos la Central, es la oportunidad que tenemos de construir una sociedad que sea capaz de distribuir la palabra para avanzar en ese objetivo todavía pendiente, en esa asignatura a cumplir, que es la distribución de la riqueza (Aplausos).

SCA- AUDIENCIA PUBLICA - señor Osvaldo Urrolabeitia, vicepresidente senior de la Federación Internacional de Periodistas.

Sr. Urrolabeitia.- Soy Osvaldo Miguel Urrolabeitia. Como acaban de anunciar soy el vicepresidente de la Federación Internacional de Periodistas. Si me permiten, voy a comenzar leyendo la posición oficial de esta organización. El comité ejecutivo de la Federación Internacional de Periodistas decidió apoyar por unanimidad el proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual, como lo hace con todo intento de defender el irrenunciable derecho que tienen los pueblos de informar y ser debidamente informados. La FIP, establecida en el contexto de apoyo a la democracia pluralista y los derechos humanos fundamentales, agrupa a más de 600 mil periodistas de 120 países y es una organización independiente de todos los organismos ideológicos, políticos, gubernamentales y religiosos. Además, es reconocida como representante legítima de los trabajadores de prensa a nivel global por las Naciones Unidas, la UNESCO, la Corte Interamericana de Justicia y otros organismos internacionales. Cabe señalar que en tal carácter debe enfrentarse a lo largo y a lo ancho del planeta a gobiernos totalitarios que atentan contra la libertad de información y ponen en peligro la seguridad de los hombres y mujeres de prensa y el libre ejercicio de la actividad periodística, como también a las acciones y discursos que abierta o solapadamente fomentan la uniformidad del mensaje como recurso de poder político, económico y social hegemónico. En ese sentido, queda clara la necesidad de multiplicar las voces y evitar la concentración en la propiedad de los medios que hacen del periodismo un negocio en desmedro de la diversidad informativa que tiene la responsabilidad de garantizar como protagonistas libres e independientes de un servicio público indispensable. En la Argentina consideramos que la oportunidad es propicia para impulsar una nueva ley clara y transparente que tome ese rumbo y sobre todo desande el camino de una norma dictada por la dictadura que con feroz ensañamiento intentó evitar que el pueblo en general y los periodistas en particular difundieran lo que ocurría, y de manera especial enterarse de las atrocidades cometidas. Aunque la realidad política es totalmente distinta, sigue intacta la necesidad de democratizar el mensaje aprovechando las posibilidades de la nueva tecnología, y también de propiciar valores como los derechos humanos y la identidad cultural, sin dilaciones ni excusas que siempre llevan a que nada cambie. En este sentido, creo que es oportuno y provechoso recordar como homenaje y enseñanza que hace 25 años el diputado por Jujuy, periodista y dirigente gremial, Enrique Paz, presentó un proyecto de radiodifusión que pretendía lograr cuestiones parecidas –aunque la realidad no es exactamente la misma- a las que se proponen en este proyecto. Quizás por una razón de causa-efecto y no por casualidad -porque en política esas cosas no ocurren porque sí- recibió felicitaciones. Se lo encomiaba por el trabajo hecho, pero su tarea ni siquiera llegó a ser considerada en algún momento ni su iniciativa tuvo estado parlamentario. ¿Qué pasó con los sucesivos proyectos posteriores que también intentaron terminar con la ley de la dictadura y democratizar el sistema? Fueron sistemáticamente bombardeados incluso antes de nacer, cuando apenas se esbozaban. Eran tildados de antidemocráticos, se decía que atentaban contra la libertad de expresión, y se dieron argumentos similares que sabemos que siempre van en el mismo sentido: impedir que una ley regule el sistema radioeléctrico, que ponga la comunicación al servicio del pueblo. Por supuesto que este proyecto, como cualquier otro, es perfectible y puede debatirse. Lo malo es cuando de antemano se lo empieza a cuestionar sin ofrecerse argumentos superadores a su contenido. Entonces siempre llegamos a un callejón sin salida, que es el mismo que se está repitiendo desde hace 25 años, desde aquel proyecto de Quique Paz del año 94 o 95. Como se dice futbolísticamente: tirar la pelota para 65 adelante para que el partido tenga otros protagonistas luego. Quizás lleguemos a lo mismo, esto es, que nada cambie, porque lo mejor es hacerlo dentro de varios meses o el año que viene. Lo que importa y lo que se persigue es que no ocurra hoy. Y nosotros debemos saber -y así tenemos que actuar, pues creo que esa es la enseñanza que nos dejan estos veinticinco años de dilaciones- que hoy podemos hacerlo y que mañana no sabemos si vamos a poder hacerlo o no. Si no nos decidimos nos va a ocurrir otra vez lo que nos sucedió durante estos veinticinco años, es decir, que vamos a querer desandar el camino de la dictadura, que vamos a querer transitar el camino de la libertad y la democracia para nuestros pueblos, y lamentablemente, si no lo hacemos hoy quizás o casi seguramente vamos a chocar siempre con la misma piedra.

SCA – AUDIENCIA PUBLICA - Javier González, por ARBIA

Sr. González.- Buenos días a todos y cada uno de ustedes. Vengo acá en representación en estos momentos de ARBIA, la Asociación de Radios Bonaerenses de la República Argentina. También soy director desde hace 22 años de FM La Boca, una radio que empezó allá por 1986, después de una dictadura que tenía todos los medios de difusión, después de una dictadura que generó una guerra mediática también, y que se replegó después en la democracia hacia los medios de comunicación. Esta guerra mediática viene obviamente ya desde el golpe del 55, desde la Segunda Guerra Mundial, donde hemos visto muchas veces en el mismo nazismo como uno de los frentes de la guerra era el frente mediático. Entonces, en el 83 vimos que los medios de comunicación eran pocos y en los sucesivos años con muchísimos compañeros empezamos a crear las primeras radios comunitarias. Fundamos una asociación llamada Asociación de Radios Comunitarias, allá por el 86, éramos 14. Y ya en ese momento esta guerra mediática nos cerraba las radios. Raúl Alfonsín en ese momento decía que no éramos democráticos. Estas radios las poníamos con aportes de los vecinos, con los sueldos de pibes como nosotros, que teníamos dieciocho años. Comprábamos un “galleguito”, que le decíamos así por los planos que venían de España, y armábamos en nuestras casas ese equipo de transmisión de un watt. Con ese equipito de un watt llegábamos a La Boca y alrededores y le dábamos el micrófono a más de 50 sociedades intermedias de La Boca, el único barrio que tenía en ese momento tantas instituciones, obviamente por la conformación e historia de La Boca. A partir de ahí varios multimedios, varios oligopolios, empezaron a cerrarnos las radios directamente. Nos empezaron a meter presos; por ejemplo, el gobierno radical en aquel momento me cerró la radio y cerró la radio de todos los que estábamos en la Asociación de Radios Comunitarias en aquel momento porque no éramos democráticos. Continuamos con esta lucha. Empezaron a multiplicarse las voces, empezaron a multiplicarse la cantidad de radios. Por cada radio que nos cerraban, nosotros enviábamos equipos a todo el interior del país, para que se abrieran dos, tres o cinco radios nuevas. Así fue como se dio un fenómeno único en el mundo, porque la Argentina empezó a generar radios comunitarias o radios pymes, como llamamos nosotros a estas pequeñas y medianas empresas de radiocomunicación. Hacia 1989 éramos alrededor de tres mil radios que estábamos en cada uno de los barrios, de los pueblos. Con un equipito salíamos a dar el micrófono a la gente. Eso era democratizar la comunicación. Cada uno tenía la palabra a través de estos tres mil micrófonos en el país. Sin embargo, el discurso de esta guerra mediática era que estábamos usurpando el aire. No me olvido más del escudito del COMFER diciendo que denunciaran a la radio que estaba en la esquina de la casa. Esos éramos nosotros, que teníamos que sacar las chapas de la puerta para no comernos los allanamientos. Tuve que sacar un hábeas corpus porque la comisaría 24, por órdenes del Coti Nosiglia, nos metía directamente en cana cuando terminábamos de hacer el programa a las doce de la noche. Seguimos con nuestros medios de comunicación. En 1989 se nos dio un permiso precario y provisorio, era imparable la cantidad de radios que estábamos montando. Ya estábamos empezando a poner canales de comunicación comunitarios, donde siguió la pelea. En ese momento los oligopolios se juntaban a través de ARPA, por ejemplo, y le pagaban la nafta a los camioncitos de la CNC para que nos vinieran a cerrar. Esto no me lo contó nadie, yo lo vi. Íbamos al COMFER a pedir las licencias. Nos dieron los permisos precarios y provisorios, con lo que lograron frenar el avance que estábamos teniendo de generar radios en los pueblos donde se necesitaba la palabra. Así se dieron casi tres mil permisos precarios y provisorios. Estamos hablando de tres mil medios de comunicación contra setenta medios de comunicación del establishment que se privatizaron en la época de Carlos Menem, cuando empezaron a venderse de forma exagerada los medios de comunicación a empresas extranjeras. Así es como a lo largo de la historia de las radios pymes llegamos a tener varios atentados, por ejemplo en FM La Boca. Nos robaron los equipos colocados en la terraza con un patrullero abajo. Éramos amenazados todo el tiempo en las radios. Recuerdo a la señora Silvana Giudici que hizo la campaña a través de FM La Boca para llegar al CGP de La Boca venía y les explicaba a los vecinos. Resulta que para los oligopolios no éramos democráticos. Todo esto continuó en el tiempo y tuvimos varios atentados. Denunciamos la planta de coque en Dock Sud, donde acribillaron de un tiro en la cabeza a un compañero que estaba haciendo esos reportajes. ¿Alguna vez escucharon algo por los grandes medios de comunicación? Nadie dijo absolutamente nada. La radio lo denunció y nos robaron el equipo de transmisión, y así es como nos siguieron amenazando. A través de todos estos años hubo infinidad de compañeros que hoy ya no están, que han tenido radios que han cerrado, se tuvieron que ir a España. Está presente Rafael Arrastía, uno de los catorce creadores de la Asociación de Radios Comunitarias; también Arturo Avellaneda, gente que tenía FM Boedo, la última radio que cerró el alfonsinismo diciendo que era una radio peronista. Esto es la libertad de expresión que no se ve en ningún lado. Veo que hay dos foros: uno de periodistas y uno de los que hace veintidós años estamos tratando de democratizar la comunicación. (Aplausos.) Esta es la democracia, la democratización de los medios. (Aplausos y manifestaciones.) Estamos hablando de 3 mil micrófonos, 2.500 micrófonos en estos momentos; estuvimos en todos los foros, pero no desde hace seis meses, estamos debatiendo esta ley desde hace más de veinte años, y sin embargo piden más tiempo, más tiempo y más tiempo. Hemos debatido esta ley en cada lugar donde se nos ha llamado. Nos han llamado de todos los foros. Hemos estado con la Coalición y desde hace veintidós años hemos ido a cada lugar donde había que debatir esta ley. Este proyecto está consensuado desde hace años. Cada artículo fue escrito en conjunto con todos. Ustedes no crean que no tenemos diferencias entre otros; tuvimos nuestras peleas, pero por supuesto todos queríamos modificar esta ley que es de la época de la dictadura. Este proyecto de ley ha sido consensuado, no nos han llamado para otras leyes de radiodifusión. ¿Cómo puede ser que seamos antidemocráticos con la única ley que se presenta desde el Poder Ejecutivo? ¿Por qué no generan un debate sobre las otras leyes? ¿Recién ahora se acuerdan de hacer un debate sobre las otras leyes? Estamos hablando de modificar este proyecto, el único en el que la coalición pudo incluir los veintiún puntos, el único en donde se ven representadas las 2500 radios comunitarias, las radios pymes -porque hay una mezcla, radios alternativas, pymes, comunitarias, etcétera-, las radios que estamos al aire, que tenemos que vender la publicidad al mercado de la esquina y subsistir con eso. Estaba pensando en esto de lo democrático y lo antidemocrático, en la falta de debate. Realmente como radiodifusor desde hace veintidós años, después de haber pasado por mil y una… Hace dos años me cerraron la radio. La radio FM La Boca fue cerrada hace dos años. ¿Ustedes se creen que la Comisión de Libertad de Expresión dijo algo? Han levantado la programación de una radio -latinoamericana creo que se llamaba-, una programación completa, y la Comisión de Libertad de Expresión está pensando en Perfil, un diario que tiene una tirada para 4 mil personas. Eso es libertad de expresión, y quitarle la pauta a un diario. Le informo a la Comisión de Libertad de Expresión que la pauta fue retirada de todos los medios de comunicación. Parece que la democracia se ve solo con un ojo. Estamos contemplados en esta ley; esta ley le da la famosa licencia a más de 2.500 radios de todo el país que tenemos un permiso precario y provisorio; cada vez que vamos a algún funcionario –anterior a esta gestión del COMFER porque realmente es muy abierta- nos dicen que estamos al aire por el favor de ellos, porque el permiso que tenemos es precario y provisorio. Este es el pensamiento de un psicópata solamente. Solamente un psicópata puede decir que la libertad de expresión está amparada por un permiso precario y provisorio. Esta ley dará la licencia al otro día a 2.500 medios. ¿Eso no es democrático? Esta ley también contempla más de 2 mil medios de difusión en cada intendencia y en cada gobernación. ¿Eso tampoco es democrático? ¿Pero qué significa para estos señores democratizar las comunicaciones? ¿Qué es? Que estemos todos en TN. Este foro entonces tampoco es democrático y todos ustedes son golpistas. ¡Es buenísimo esto! Por otro lado también quería decirles que los micrófonos de estas radios siempre están abiertos para cada uno de ustedes y que no duden nunca en tocar el timbre. Por más que a veces pidamos plata para hacer un programa porque no nos queda otra forma de financiar, o pidamos una publicidad, siempre los micrófonos de esta radio están abiertos para cada uno de ustedes. Es mi deseo y el deseo de más de 2.500 compañeros que estamos en la Asociación de Radios Bonaerenses. Acá está presente Carlitos Melo, que tiene un programa hace seis años en FM La Boca. Es un discapacitado -en realidad, con capacidades diferentes-, pero tiene el micrófono abierto desde hace seis años en FM La Boca. Democratizar las comunicaciones debe ser que se encuentre las veinticuatro horas Marcelo Bonelli por televisión. (Aplausos.)

SCA-AUDIENCIA PUBLICA- Gustavo Granero, representante de Fatpren.

Sr. Granero.- Buenos días a las autoridades, diputados y compañeros presentes. La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa ha luchado desde el año 1986 por una ley que democratice los medios de comunicación, que reemplace a la ley de la dictadura y que por sobre todas las cosas ponga a los medios al servicio del pueblo y no de las corporaciones. En este trayecto, donde ya vemos un sueño para el gremio de prensa que el proyecto se debata en la Cámara de Diputados, observamos a todos ustedes que velan por los trabajadores de los medios de comunicación y por los habitantes de nuestro suelo patrio y no por las corporaciones. Claro está que sabemos que hay intereses económicos de por medio, pero también intereses de distribución del poder mediático en más voces, más radios, más canales, más diversidad ideológica. Cuando trabajamos en los veintiún puntos de la Coalición por una Radiodifusión Democrática fue un debate profundo entre aquellos que originamos esta posibilidad de que un Poder Ejecutivo nacional ponga en su agenda una ley de medios de la democracia, que no es un proyecto que fue escrito con intencionalidades sino que fue en base al pedido de más de una centena de organizaciones, entre ellas la que represento con orgullo, porque es la que agremia también a los periodistas de la República Argentina, de ese país federal que a veces no se ve con una mirada real. En el armado del proyecto de ley del Poder Ejecutivo, dirigentes de los sindicatos de base que componen esta Federación han participado en todos los foros en los que se pudo debatir la propuesta, que –repito- este gremio como otras organizaciones plantearon necesidades para conformar el anteproyecto y recomendar cambios al texto, que ahora son presentados acá. Esto fue invisible para los medios de comunicación, a los que se les modificará su estructura de poder, como fue invisible la pelea de los pueblos originarios, como es invisible la sojización del campo, como es invisible la pelea por la distribución de la riqueza. También son invisibles para esos medios de comunicación los conflictos gremiales de muchos de los compañeros que en este lugar, en este momento, están difundiendo lo que está pasando acá. Es una falta a la verdad desconocer que se realizaron foros en todas las provincias, que se debatió con altura. Foros donde estuvieron los empresarios, diputados del oficialismo y la oposición. Un ejemplo de debate fue el que se realizó en la Universidad de Buenos Aires, donde estuvieron presentes legisladores de diferentes extracciones partidarias, cámaras empresariales, sindicatos y especialistas. Y también es una falta a la verdad que este proyecto tenga una intencionalidad contra un grupo económico, porque pensarlo siquiera sería una falta de respeto a los que militamos durante décadas por lograr esta ley de medios audiovisuales, y a todos aquellos que de buena fe aportamos de puño y letra fundamentos a este texto propuesto por el Poder Ejecutivo. Por ello, pasaré a leer el pronunciamiento del congreso de Fatpren que se sancionó en San Juan el 21 de marzo de 2009, donde congresales de todos los gremios que componen esta entidad, de las más diversas ideologías políticas y gremiales, votaron a mano alzada lo que pasaré a reflejar. Reivindicamos nuestro compromiso con los valores de libertad y democracia, en contraposición con el miedo que pretenden instalar algunos adictos a procesos políticos totalitarios. No nos asustan algunos pícaros que insisten con la libertad de prensa pero sus críticas nunca mencionan a la evasión fiscal en los aportes a la seguridad social en que incurren muchas de las empresas periodísticas, porque lo que realmente buscan es impunidad empresaria para poder licuar sus pasivos. Tenemos claro que son eternos intereses avaros y egoístas, que quieren crecer solo ellos por encima de cualquier expresión u opinión, practican la censura previa encubierta, disfrazada de línea editorial e impiden a trabajadores de prensa ejercer el derecho a la información. Rechazamos los intentos de dominación que se sirven de la corrupción y connivencia de algunos empresarios en procura de mantener el control de los medios de comunicación, dividiendo a la población en grupos antagónicos, incitando la discusión sobre asuntos sociales, destruyendo la confianza del pueblo en sus representantes y potenciando los lock out patronales en producciones vitales del país. No confiamos en aquellos que hoy hablan de democracia y Estado de derecho pero cuando tuvieron la oportunidad y algún beneficio de por medio no dudaron en ser amigos de los golpistas de turno. Por todo lo expresado -decíamos en aquel momentolos trabajadores de prensa reunidos en el congreso nacional extraordinario de Fatpren en la ciudad de San Juan, por unanimidad manifestamos: 1) Nuestro apoyo pleno al proyecto de comunicaciones audiovisuales presentado por el Poder Ejecutivo nacional con especial referencia a los veintiún puntos que, como principios básicos, sostienen al nuevo instrumento, porque garantizan a la sociedad el derecho a la información, la libertad de expresión, el pluralismo y a poner un cerco a los monopolios informativos, a la vez que defienden la producción local y propia, en resguardo de nuestra identidad cultural. 2) No puede existir libertad de expresión si los trabajadores de prensa ejercen su profesión en un entorno de corrupción, pobreza y temor. ¿Por qué apoyamos esta ley? Porque garantiza el ejercicio universal para todos los ciudadanos del derecho de recibir, difundir e investigar informaciones y opiniones. Porque constituye un verdadero pilar de la democracia, asegurando la pluralidad, diversidad y una efectiva libertad de expresión, porque el COMFER sustituye un viejo esquema de gobierno, a través de un Comité militar por otro nuevo, de plena representación y origen democrático. Porque pone límites a los monopolios, con normas que evitan la concentración de los medios en pocas manos. La democratización de la propiedad de los medios abre la puerta de la pluralidad y diversidad al tiempo que favorece un federalismo real. También lo apoyamos porque protege nuestros bienes culturales y defiende a los trabajadores de las comunicaciones, a los creadores, productores, y en general a los que construyen dinámicamente nuestra identidad cultural. Porque el proyecto sigue un proceso verdaderamente democrático, con una construcción de abajo hacia arriba, y viceversa, lo cual en muchos medios de comunicación fue invisible. Así se fue gestando la Coalición por una Radiodifusión Democrática, con participación de más de cien organizaciones sindicales, académicas, sociales y comunicacionales. El Poder Ejecutivo hizo lo suyo, lo bajó nuevamente para que se siga debatiendo en los foros, donde cada ciudadano interesado podía aportar y puede aportar libremente. Porque en su articulado presenta un trabajo serio, medular, con estudio de legislación comparada con la de otros países, como Estados Unidos, Australia, India, España y Canadá. Porque establece cuotas que garantizan contenidos de producciones locales, nacionales y propias, lo que implica el trabajo para periodistas, actores, músicos, directores, artistas, investigadores y técnicos argentinos. Pero este ley. El reflejo que dará la Argentina impulsará en los países hermanos que se incluya también en su agenda la ley de medios. La Federación de Periodistas de América Latina, que integra Fatpren, se expresó a favor de la iniciativa y también la Federación Internacional de Periodistas. Esta federación agremia a 600 mil periodistas en el mundo e hizo un estudio del anteproyecto original y también expresó su apoyo en una reunión de consejo directivo que se hizo en Oslo. Sintamos que todos estamos elevando al debate a punto tal que se hará tangible en el pueblo una modificación de una política de Estado; claro está que gran daño, tanto a la fuente de trabajo como a la cultura e identidad de nuestro pueblo, ya se ha realizado con este proceso de concentración. En centenas de ciudades se conocen más los problemas del tránsito en Buenos Aires que las ordenanzas que emite un concejo deliberante local. Es mucho más fácil transmitir en cadena que enfrentar el hecho de que los medios de comunicación tienen su rol social. La monopolización de los canales de cable en pocas manos generó que se eliminen noticieros, que cientos de compañeros queden en la calle, que en la actualidad, por ejemplo, un canal de aire en San Juan pretenda fusionarse con un cable para eliminar puestos de trabajo y uniformar la información. Pero claro, algunos dirán -sobre todo los multimedios- que a grandes escalas esto no tiene impacto, pero la realidad es que si esta nueva ley estuviera vigente podríamos revisar si esa empresa está cumpliendo con la legislación vigente. Ahora quieren trabajar en un mismo edificio, como lo hacen muchos de los monopolios que en este momento son los que se erigen bajo la libertad de expresión, que eliminaron puestos de trabajo y que tienen a toda la gente trabajando en el mismo edificio. Con esta ley se crearán miles de puestos de trabajo. Habrá más música nacional, más actores realizando obras, más locutores, más periodistas, más técnicos, más programas, en definitiva, más opciones, más voces y más legalidad. Se llenan la boca hablando de legalidad en pos de la libertad de prensa y expresión, pero muchos de los medios de comunicación, demasiados ya, no cumplen con las leyes fiscales y convenciones, como la de seguridad social, y menos aún con la ley de radiodifusión. Hace varios años que estamos peleando por salarios dignos para la radio y la televisión por aire y por cable. Los empresarios dilatan los tiempos, son renuentes y piensan que un mundo de concentración de riqueza los beneficia, pero en realidad -y como dice nuestro documento final en el congreso nacional de Fatprennos llama la atención la falta de veracidad de algunos informes mediáticos sobre salarios, crisis global y fuentes de trabajo, en los cuales nunca se menciona la evasión fiscal en los aportes a la seguridad y la violación de los convenios colectivos de los periodistas. Muchas gracias. (Aplausos)

SCA –AUDIENCIA PUBLICA - Boris Macciocco, en representación de FIMA- Federación Independiente de Músicos de Argentina

Mi nombre es Diego Boris Macciocco y voy a hablar en representación de la Federación Independiente de Músicos de la Argentina. Los músicos y varias organizaciones representativas de la actividad musical en todo el país consideramos que la nueva ley de medios audiovisuales presentada en esta Cámara el día 27 de agosto del corriente año tiene aspectos muy positivos, que ayudarán a la difusión de música nacional y a la democratización de la información en la Argentina. Creemos que la difusión de música nacional, y particularmente la música de producción independiente, como cuotas de pantalla, resulta fundamental a fin de logar valorar y acrecentar nuestro patrimonio cultural. También creemos que es un logro para la difusión de los proyectos musicales artísticos la redacción del artículo 57. La definición de música de producción independiente no puede ser más precisa, y esperamos que las corporaciones del sector no logren modificar el concepto, dado que esta definición contiene a la gran mayoría de músicos del país, incorporando por primera vez una norma que protege el ejercicio de la libertad artística por sobre la lógica del mercado. Este artículo se corresponde con las políticas adoptadas por los países o regiones que cuentan con producción cultural y artística en condiciones de desarrollarse, y que además necesitan ser difundidas. En el mismo sentido, es imprescindible que se destinen fondos para el fomento de la actividad musical. Y es ahí donde observamos con preocupación la ausencia de los mismos, ya que en el artículo 88 del proyecto de ley -destino de los fondos recaudados- el cine –para hacerlo general, porque hay determinados ítem- recibe un 40 por ciento y el teatro, un 10 por ciento -no nos parece mal-, pero la música tiene asignados cero pesos, aun siendo este lenguaje cultural el más utilizado en la programación artística de los medios audiovisuales. Este punto ya había sido planteado en más de diez foros en las distintas provincias del país. Creemos que dichos fondos son fundamentales para el sostenimiento de un proyecto que se va a presentar próximamente, del Instituto Nacional de la Música, que incansablemente venimos necesitando como sociedad que quiere herramientas para realizar política cultural. Consecuentemente, impulsamos ese proyecto de ley. No es el planteo de un sector sino de una sociedad que a través de sus artistas decide expresarse y animarse a hacer política cultural, que con fondos suficientes -por eso la necesidad de ser incluidos en el artículo 88- y la creación de un ente que lo ejecute con políticas claras y transparentes, se lograrán objetivos que transformarán la realidad cultural de nuestro país. Es por eso que realizamos un llamado a todos los legisladores para que sancionen la nueva ley de medios y para que se modifique el artículo 88 en el sentido indicado, incluyendo un fondo de fomento no menor al 20 por ciento para la música argentina. Vamos a leer un mail que está circulando, de adhesión de los músicos. Dice: “Los músicos y organizaciones representativas de la actividad musical de todo el país consideramos que la nueva ley de medios audiovisuales presentada en Diputados el día 27-08 tiene aspectos muy positivos que ayudarán a la difusión de la música nacional y a la democratización de la información en la Argentina. “Pero también observamos con preocupación la ausencia de fondos asignados para el fomento de la actividad musical ya que su artículo 88 –destino de los fondos recaudados-, el cine recibe un 40 por ciento, el teatro un 10 por ciento, y la música tiene asignados cero pesos, aun siendo este lenguaje cultural el más utilizado en la programación artística de los medios audiovisuales. “Realizamos un llamado de atención a los legisladores que votan esta ley para que modifiquen el artículo 88 e incluyan un fondo de fomento no menor al 20 por ciento de la música argentina. El mismo será administrado transitoriamente por la Autoridad Federal de Comunicación hasta tanto se apruebe una norma específica”. Cristian Aldana, de “El otro yo”, leerá las adhesiones a este mail.
Sr. Aldana.- Adhieren a esta ponencia: Teresa Parodi; Litto Nebbia; Liliana Herrero; Gustavo Cerati; León Greco; Susana Rinaldi; Miguel Cantilo; Adrián Dárgelos, Babasónicos; Attaque 77; Esther Soto y Don Vi; Diego Boris, La Tolva; Horacio Fontova; El otro yo; Chango Farías Gómez; Juan Subirá, Bersuit Vergarabat; Charly Alberti; Juan Tata Cedrón; Rodolfo Mereros; Adriana Varela; La Renga, Gaby; Willy Quiroga; Vox Dei; Suna Rocha; Ulises Butrón; Tren Loco; Diego Frenkel; Lisandro Aristimuño; Marcelo Moguilevsky; Guillermo Piccolini; Diego Vainer; Esteban Morgado; Axel Krygier; Mario Losavio, Tito Losavio; Juan Carlos Amaya, Black Amaya; Leandro Lopatín; Carlos Casciani; Federico Gil Solá; Liliana Vitale; Eduardo Balán, El Culebrón Timbal; Roy, Ratones Paranoicos; Michael, Kananga; organizaciones de músicos, tales como FIMA, Federación Independiente de Músicos de la Argentina. Además se suman UMI, Unión de Músicos Independientes; MIMM, Movimiento Independiente de Músicos Mendocinos; AMI, Asociación de Músicos Independientes de Neuquén; UDEMUS, Unión de Músicos; MUCC, Asociación de Músicos Unidos Convocados de Córdoba; UMITA, Unión de Músicos Tucumanos Autoconvocados; QUBIL, Músicos Independientes de Rosario; UPA, Músicos en Movimiento de Córdoba, y miles de músicos de todo el país entregamos en forma escrita esta ponencia.
Sr. Boris Macciocco.- Los músicos, después de muchos años de desencuentros, comprendimos que no hay soluciones individuales para los problemas colectivos. Por la libertad artística, por los derechos intelectuales y laborales, por nuestros sueños más profundos, por la ley nacional de la música: los derechos no se recitan, se conquistan. (Aplausos.)

SCA- AUDIENCIA PUBLICA- Néstor Busso, representante de la Coalición por una Radiodifusión Democrática.

Sr. Busso.- Señor presidente, diputado Baladrón, señor presidente de la Comisión de Presupuesto, Gustavo Marconato –dicho sea de paso, nuestro saludo frente a la agresión de una patota, que lamentamos-: vengo desde Radio Encuentro, desde Viedma, en mi condición de presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias y de ALER, Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, y como miembro de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Estamos muy felices de poder aportar nuevamente al debate sobre el proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual. Quiero manifestar con toda claridad que a este proyecto enviado por el Poder Ejecutivo nacional lo consideramos nuestro proyecto. Esta propuesta surge de los veintiún puntos que elaboramos hace algo más de cinco años en la Coalición por una Radiodifusión Democrática, y con ellos en este tiempo hemos recorrido el país. Esta es la propuesta de los trabajadores de la comunicación, de estudiantes, docentes y autoridades de nuestras universidades, de los organismos de defensa de derechos humanos, de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de las radios comunitarias y también de las pequeñas y medianas emisoras comerciales. Este proyecto surge de las propuestas de la Coalición por una Radiodifusión Democrática, que nos enorgullecemos haber convocado, y en la que continuamos en una construcción seguramente inédita de unidad del campo popular para formular una propuesta. Hay quienes dicen que este proyecto necesita más debate. Muchos de ellos no están aquí en este debate. Llevamos veintiséis años de debates, siempre postergados por la presión de quienes de hecho siguen avanzando en la concentración y control de la comunicación. Más de setenta proyectos tuvieron estado parlamentario y hay numerosos antecedentes de debates en esta Cámara. El proyecto presentado por el Poder Ejecutivo es producto de un amplio debate. Primero, en numerosos seminarios, foros, mesas redondas, paneles, conferencias, organizadas por entidades de la sociedad civil a lo largo y ancho del país durante cinco años. A partir de la presentación de la presidenta de la Nación de su propuesta en marzo de este año, hubo veintitrés foros en los que participamos activamente realizando aportes. Lamentamos que un sector de la oposición siga diciendo que hace falta más debate. Con todo respeto les decimos que ese argumento está gastado; por ingenuidad o con expresa intención están de hecho defendiendo la vigencia de la ley de la dictadura y faltan el respeto a quienes desde hace mucho trabajamos por la democratización de las comunicaciones. Desde FARCO, desde ALER, creemos que hoy es el momento, y creemos que es necesario su rápido tratamiento en este Congreso. El momento es hoy desde hace veinticinco años. Era el momento cuando fue incluido en las plataformas electorales de Alfonsín y Luder, cuando recuperábamos la democracia. Era el momento cuando el presidente Alfonsín encomendó la redacción de un proyecto al Consejo de Consolidación de la Democracia. Era el momento cuando allá por 1989 en esta Comisión de Comunicaciones, los diputados Enrique “Quique” Paz, por el oficialismo, y Osvaldo Álvarez Guerrero, por el radicalismo, consensuaban y daban despacho favorable de la Comisión de Comunicaciones a un proyecto de ley de radiodifusión. Era el momento del debate cuando Menem, por decreto y sin debate, modificó sustancialmente la ley de la dictadura genocida convirtiéndola en la ley de la dictadura del mercado, en beneficio de unos pocos grupos económicos. En aquel momento los grupos de poder económico no reclamaron debate. Era el momento cuando el presidente De la Rúa presentó solemnemente en el Salón Blanco un proyecto de ley que llegó con un capítulo menos a este Congreso. Era el momento cuando se realizaron las seis audiencias públicas que quedaron archivadas cuando el país explotó en el 2001. Hubiera sido el momento cuando en el 2005 se dictó el decreto 527, que suspendió los plazos, prorrogando de hecho las licencias por diez años y consolidando la concentración de la propiedad de los medios. Tampoco en ese momento los grupos económicos dijeron nada. También fue el momento cada vez que se presentaron los setenta y tres proyectos que llegaron a este Congreso. Hoy es el momento. Hace veinticinco años que nos hacen el cuento de que no es el momento. Son unos pocos los que nos hacen esos cuentos mentirosos en los que se usa mucha tinta, mucho papel y mucho tiempo de radio y televisión. Hoy es el momento. Diputados y senadores: les pedimos que busquen estos veinticinco años de debate para acelerar los tiempos y aprobar rápidamente el proyecto. Desde las radios comunitarias organizadas en FARCO objetamos y desafiamos durante años el decreto-ley de la dictadura. Ejercimos nuestro derecho a la libertad de expresión e instalamos y operamos radios, la mayoría de las veces con protección de la Justicia, a través de numerosos amparos y posteriormente con la declaración de inconstitucionalidad del artículo 45, confirmada por la Corte Suprema de Justicia en el 2003. No voy a decir mucho más sobre la nefasta ley vigente y la necesidad de reemplazarla. Ya se ha dicho muchas veces que sufrimos una fuerte concentración en la propiedad de los medios y al mismo tiempo el espectro radioeléctrico es un caos. La vigencia del decreto-ley impuesto por la dictadura y modificado por decreto para adecuarlo a la dictadura del mercado es una flagrante violación a la libertad de expresión. Hablemos del proyecto presentado por el Poder Ejecutivo, ahora en debate. Nosotros -ya lo dije- apoyamos esta propuesta que recoge los veintiún puntos. La ley que se propone parte de considerar la comunicación como un derecho y no como una simple actividad comercial. La ley pone límites a la concentración de la propiedad, exige producción local y propia de las emisoras; reserva el 33 por ciento de las frecuencias al sector social y crea organismos de aplicación de la ley con participación plural. Verificamos con agrado que se han realizado muchas modificaciones tomando los aportes realizados en los foros. Creemos sin embargo que todavía son posibles y convenientes algunas modificaciones puntuales. Señalo solamente algunas. En el artículo 80 se incluye una frase que nos preocupa y creemos que debe ser eliminada. Dice: “La Autoridad de Aplicación pertinente podrá disponer de las reservas para su adjudicación a otros interesados por motivos de mejor administración del espectro.” Esto haría peligrar la vigencia de la reserva del 33 por ciento de las frecuencias. También nos preocupa la vigencia -y no es un problema solamente de la ley sino que es más amplio, del país todo- de los tratados internacionales de protección recíproca de inversiones, protección que de recíproca tiene muy poco o nada para nuestro país y que permite el ingreso de capital extranjero, de empresas extranjeras, en la actividad de los servicios de comunicación audiovisual. Nos gustaría también que se proteja todavía más a las niñas y los niños, prohibiendo la emisión de publicidad dirigida a menores de trece años, lo que se puede incluir en el artículo 60. Por su parte, para que la ciudadanía conozca la forma de financiamiento de los medios, consideramos que en el artículo 64, cuando se habla de la carpeta de acceso público que se exige a los medios, se podría incluir la exigencia de que los medios hagan pública la forma y fuentes de financiamiento con la nómina de donantes o anunciantes, incluyendo el monto facturado a cada anunciante. Esto existe en la legislación norteamericana y podría ser incorporado en la nuestra. Más allá de estas pequeñas modificaciones que proponemos, en lo fundamental, reitero, estamos de acuerdo con el proyecto, lo apoyamos y defendemos. Queremos resaltar que una ley, por buena que sea, no va a modificar la realidad de un día para el otro. Tendremos que ser capaces de hacer efectivamente una comunicación participativa y democrática, que nos permita tener un país con participación, plena inclusión y justicia. En ese sentido será de gran importancia la reglamentación de esta ley, y por supuesto su implementación. Seguramente no será fácil. Desde ya estamos dispuestos a trabajar y colaborar en esa reglamentación. Descuento que por fin con el amplio consenso logrado en torno a este proyecto -a pesar de lo que dicen algunos medios-, la fuerza social que lo sostiene, la decisión política manifestada por la presidenta de la Nación y la voluntad mayoritaria de diputados y senadores, en poco tiempo se saldará esta vieja deuda de la democracia y tendremos la ley de servicios de comunicación audiovisual que nos merecemos. Muchas gracias. (Aplausos.)