En el día de ayer, la oposición logró imponer el proyecto de reforma del INDEC, su primera victoria en el Senado. Durante la Sesión, el Senador Pichetto advirtió sobre la verdadera naturaleza del proyecto: “violentar fuertemente la estructura fiscal del país” beneficiando a la timba financiera, que finalmente pagaremos todos.
¿Quiénes Festejan ? Lo cuenta el Cronista Comercial
"Los bonos indexados en pesos festejan los posibles cambios en el Indec"
"Los bonos indexados en pesos festejan los posibles cambios en el Indec"
"Resurge un negocio de u$s 37.000 millones en bonos indexados
Por Juan Cerruti. Subeditor de Economía.
La aprobación de la reforma del Indec en la Cámara de Senadores podría despertar un mercado de u$s 37.400 millones que desde hace tres años está virtualmente anestesiado. En el actual escenario legislativo, hay altas chances de que el proyecto salga también en Diputados. Pero su tratamiento en ese recinto demandará al menos 15 días más.
En este lapso se abre un periodo donde la especulación seguramente volverá a caer sobre los olvidados bonos indexados por la inflación. Se trata de un mercado que representa nada menos que 25% del total de la deuda argentina. Son títulos públicos y otros activos atados al índice de precios oficial, que desde enero de 2007 (cuando se inició la intervención al organismo de estadísticas) están en letargo. Como un gigante dormido.
Despertarlo podría ser un gran negocio para los inversores si se compara la inflación que estiman las consultoras privadas (23% anual) con la oficial (11%). Pero ciertamente amenaza con ser un dolor de cabeza para el Gobierno. Por cada punto menos de inflación se ahorran $ 1.800 millones de las arcas públicas. Sólo en la primera mitad del año esta jugada permitió dejar de pagar $ 8.900 millones. Es la diferencia entre lo que hubieran crecido estos pasivos en caso de computarse la inflación que registran las consultoras y lo que mide el instituto estatal de estadísticas.
En rigor, no se trata de un ahorro palpable en el corto plazo, sino de un flujo de obligaciones a futuro que aumentan a un menor ritmo y por lo tanto generarán desembolsos inferiores al momento de pagarse.
Hoy los bonos atados a la inflación cotizan a una paridad de entre 25% y 50% de su valor nominal. Rinden en promedio 5% por sobre la inflación oficial. Es decir, 17% anual en versión Indec.
Pero si se sincera la inflación, esta cifra podría pasar al 28% anual en pesos. Con un tipo de cambio casi fijo en torno a los 4 pesos por dólar, es un negocio difícil de encontrar en algún otro país del mundo. Para algunos, hasta podría eclipsar al cupón atado al PBI, que sin dudas hoy ocupa el primer lugar entre las preferencias de los inversores tanto locales como del exterior. Pero el riesgo está latente: la pregunta del millón que hoy se hacen los operadores del mercado es si esta reforma llegará tan a fondo como para lograr desarticular en el Indec lo que nadie pudo desde 2007 a la fecha."
En este lapso se abre un periodo donde la especulación seguramente volverá a caer sobre los olvidados bonos indexados por la inflación. Se trata de un mercado que representa nada menos que 25% del total de la deuda argentina. Son títulos públicos y otros activos atados al índice de precios oficial, que desde enero de 2007 (cuando se inició la intervención al organismo de estadísticas) están en letargo. Como un gigante dormido.
Despertarlo podría ser un gran negocio para los inversores si se compara la inflación que estiman las consultoras privadas (23% anual) con la oficial (11%). Pero ciertamente amenaza con ser un dolor de cabeza para el Gobierno. Por cada punto menos de inflación se ahorran $ 1.800 millones de las arcas públicas. Sólo en la primera mitad del año esta jugada permitió dejar de pagar $ 8.900 millones. Es la diferencia entre lo que hubieran crecido estos pasivos en caso de computarse la inflación que registran las consultoras y lo que mide el instituto estatal de estadísticas.
En rigor, no se trata de un ahorro palpable en el corto plazo, sino de un flujo de obligaciones a futuro que aumentan a un menor ritmo y por lo tanto generarán desembolsos inferiores al momento de pagarse.
Hoy los bonos atados a la inflación cotizan a una paridad de entre 25% y 50% de su valor nominal. Rinden en promedio 5% por sobre la inflación oficial. Es decir, 17% anual en versión Indec.
Pero si se sincera la inflación, esta cifra podría pasar al 28% anual en pesos. Con un tipo de cambio casi fijo en torno a los 4 pesos por dólar, es un negocio difícil de encontrar en algún otro país del mundo. Para algunos, hasta podría eclipsar al cupón atado al PBI, que sin dudas hoy ocupa el primer lugar entre las preferencias de los inversores tanto locales como del exterior. Pero el riesgo está latente: la pregunta del millón que hoy se hacen los operadores del mercado es si esta reforma llegará tan a fondo como para lograr desarticular en el Indec lo que nadie pudo desde 2007 a la fecha."
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