Macri, un irresponsable

Macri no deja de sorprenderme, cada vez que algún hecho lo toca o lo roza, reacciona de la misma manera: victimizarse para eludir su responsabilidad. Con el procesamiento por asociación ilícita, respondió acusando un complot delirante entre jueces federales y el gobierno, llegando al disparate extremo de proponer un autojuicio político, una especie de “si no me crees, averiguá” propio de quien sabe que propone un camino muerto.

Con el derrumbe ocurrido en Villa Urquiza, Ciudad de Buenos Aires, Ciudad que Gobierna Macri, ocurre lo mismo. Seguramente aconsejado por sus asesores de imagen, el gobierno macrista pone cara preocupada y por la bocaza de Rodríguez Larreta anuncia que la Ciudad se "presentará en la justicia como querellante" para que se investigue "a fondo". Una vez más, disocian el ejercicio del gobierno presentándose como juez y parte de investigaciones que eventualmente le puedan adjudicar algún tipo de responsabilidad.
Por estas horas, el gobierno macrista se convierte en un relator preocupado de los hechos, en un vecino que dice “que barbaridad”, explicando los trámites burocráticos debidos desde una tercera persona y delegando la responsabilidad en los individuos y la fatalidad.
Pero lo más extraño, en el discurso de autoexculpación, es el reconocimiento de los funcionarios entrevistados de los límites del estado para controlar los acontecimientos: dijo el ministro de obras públicas: “es como pretender que controlemos cada operación que realiza un médico” Si este argumento parece racional, surge la pregunta, Si el estado no puede controlar la conducta de cada individuo ¿porqué cada vez que se comete un crimen le echan la culpa al gobierno por la inseguridad ? Pero acá no hablamos de un crimen, hablamos de la industria de la construcción, una actividad legal, regulada, con inspecciones debidas por ley. Y cuando ocurre una fatalidad, sin duda, existe responsabilidad.
Mauricio, la autovictimización y la disociación pueden funcionar en la vida privada, pero no cuando se representa el poder del estado.

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