Desde hace mucho tiempo todos sabemos que Papel Prensa fue apropiado ilegalmente por Clarin, La Nación y La Razón con el apoyo directo de la última dictadura militar.
Su historia, cuente quien la cuente, no puede obviar los hechos: Papel prensa fue transferida a los grandes diarios en 1976 bajo amenazas y presiones, las acciones fueron cotizadas a menor valor y nunca se les pagó el precio y los dueños y sus familiares fueron secuestrados, torturados y sometidos a Consejo de Guerra bajo la excusados de subversión una vez realizada la “venta”.
¿Cual era el objetivo de la Junta militar ? Controlar la palabra impresa, y así empezó Cristina la presentación del Informe “En un editorial del domingo pasado, Clarín publicó que ‘el Gobierno avanza en Papel Prensa para controlar la palabra impresa’. En abogacía tenemos un dicho, a confesión de partes, relevo de pruebas. O lo que en psicología se llama proyección. Uno infiere que quien controla el papel, controla la palabra. Papel Prensa (cuyos accionistas mayoritarios son Clarín y La Nación) es una empresa monopólica. Por eso coincido con lo que dice el multimedio”
Pero la oposición y los grandes diarios vuelven una y otra vez sobre el falso argumento del ataque a la libertad de prensa. Pero uno se pregunta, el monopolio del insumo básico de la palabra escrita, sumado a la existencia de un pacto de sindicalizacion de acciones entre los grandes diarios para eliminar la competencia ¿no es atentar contra la libertad de prensa ?
Si, es algo más, es sostener uno de los últimos bastiones ideológicos de la dictadura manteniendo la concentración y hegemonía de la palabra en los grupos de poder y evitar su diseminación.
¿Porqué ahora y no antes? La respuesta la dio Osvaldo Papaleo “No lo hicimos antes porque sencillamente no se habían dado las condiciones políticas para poder hacerlo. Ahora sí”
Y ni siquiera en el antes democrático pueden La Nación y Clarín reconciliarse con la verdad, en el comunicado emitido en cadena afirmaron que la venta de acciones "fue investigada ya en democracia por el entonces fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Ricardo Molinas, que no encontró irregularidades”. Mentira refutada por el propio hijo del fiscal quien dijo "Tal afirmación no es cierta”, recordando que su padre "formuló diversas denuncias penales y solicitó la nulidad de la adjudicación recaída en los diarios”
Tal como dijo Cristina, esperemos que “la democracia argentina pase esta verdadera prueba del ácido” Nuestros opositores y parte de la prensa, hace rato que demostraron su insolvencia.
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