A pesar de que los organizadores prometieron que la convocatoria no iba a tener intenciones políticas, resultó a la larga un acto opositor. De hecho, la movilización comenzó con incidentes cuando algunos asistentes se dieron cuenta del engaño.
¿Cuánta gente concurrió? Las cuentas varían según el interes de quien lo dice, pero algunos coinciden en situar el número entre 7 y 8 mil personas, menos de los 50 mil que esperaban los organizadores.
¿Cuánta gente concurrió? Las cuentas varían según el interes de quien lo dice, pero algunos coinciden en situar el número entre 7 y 8 mil personas, menos de los 50 mil que esperaban los organizadores.
Cerca de las seis de la tarde, TN avisó en un graph que “más de 92 mil miembros de la red social Facebook dieron su apoyo”
Seguramente que la preocupación por la seguridad y las víctimas que buscan justicia superan ese número. Quizás muchos no fueron porque intuían la manipulación y el uso político de los que finalmente fueron objeto. Y la intuición no les falló. El Rabino Bergman se encargó del trabajo de desvirtuar el acto.
"Hay una Argentina que puede ser República después de Néstor (Kirchner)" avisó, para abrazar después en una sola consigna el justo reclamo de justicia con el injusto reclamo del campo. Los concurrentes más exaltados aplaudieron a rabiar cuando le pegaba al gobierno al grito de "no se puede confundir el legado de Perón con la locura de Nerón". En consonancia con los bloques opositores que la peleaban en el Congreso, el rabino completó diciendo que "tenemos nuestros representantes en otro lugar discutiendo lo que no necesitamos que se vaya a votar".
Después de este lamentable acto, en los proximos días veremos algunos cortes de ruta alentados por las patronales del campo.
Sin duda, la oposición está empeñada en quemar cajones de acá hasta las elecciones. Ojo, porque el voto castigo no siempre es para el oficialismo.
Seguramente que la preocupación por la seguridad y las víctimas que buscan justicia superan ese número. Quizás muchos no fueron porque intuían la manipulación y el uso político de los que finalmente fueron objeto. Y la intuición no les falló. El Rabino Bergman se encargó del trabajo de desvirtuar el acto.
"Hay una Argentina que puede ser República después de Néstor (Kirchner)" avisó, para abrazar después en una sola consigna el justo reclamo de justicia con el injusto reclamo del campo. Los concurrentes más exaltados aplaudieron a rabiar cuando le pegaba al gobierno al grito de "no se puede confundir el legado de Perón con la locura de Nerón". En consonancia con los bloques opositores que la peleaban en el Congreso, el rabino completó diciendo que "tenemos nuestros representantes en otro lugar discutiendo lo que no necesitamos que se vaya a votar".
Después de este lamentable acto, en los proximos días veremos algunos cortes de ruta alentados por las patronales del campo.
Sin duda, la oposición está empeñada en quemar cajones de acá hasta las elecciones. Ojo, porque el voto castigo no siempre es para el oficialismo.
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