Ante la inexistencia de una oposición que sea capaz de disputar el poder y debatir política, el partido de los medios busca enfrentar entre sí a los principales referentes del movimiento peronista. Como siempre, la genética gorila les marca el blanco, en este caso el negro, el compañero Moyano.
En su columna de hoy en La Nación Morales Solá advierte “Una presión insoportable” y se pregunta “¿Por qué los estudiantes pueden parar un colegio y cortar las calles, porque no les gusta el método para seleccionar docentes, y Moyano no debería dejar sin naftas a la sociedad por una cuestión salarial?” para concluir que “Es cierto, debe reconocerse, que el estilo Moyano ya hizo escuela en todas partes: en sindicalistas, en estudiantes y hasta en profesionales.”
El “estilo Moyano” dice Joaquin, curioso, el corte de calles y la ocupación de espacios públicos fue un metodo de protesta de los sectores excluidos por el neoliberalismo y la crisis del 2001, y cuando ese método de protesta empezó a menguar gracias al crecimiento económico y la negociación política del conflicto social. Apareció “el campo” con su lockaut por la 125. Cortes de rutas nacionales, desabastecimiento de las grandes ciudades, comandos rurales que apaleaban a quienes querian transitar por el país.
Y ellos, Joaquin, la oposición, La Nación y el grupo Clarin, apoyaban a diario la acción patronal. Ellos fueron los grandes legitimadores del “estilo campo”
Y hoy, reclaman por la protesta de estudiantes y trabajadores, acotadas a conflictos concretos y con razones más comprensibles que la defensa de la ganancia extraordinaria de las patronales agropecuarias.
Pero los gorilas son así, de memoria selectiva. Uno se acuerda del clàsico reproche de la quema de iglesias en el 55 y del clásico olvido que horas antes los aviones del “cristo vence” mataron a cientos de argentinos.
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