Discurso de Cristina en Rosario

Buenos días a todos y a todas; buenos días Rosario; buenos días señor Gobernador; señor Intendente; queridos amigos y amigas.
Cuando uno recorre el país en actos como los de hoy inaugurando un Plan de Urbanización que, como recién señalaba el Intendente, es algo más que una obra pública, es una vivienda para todos los argentinos, piensen como piensen.
Cuando recorremos como recién, una obra que nos comprometimos a realizar desde la Nación, como es la recuperación del muelle de Parque España, una obra emblemática para los rosarinos que va a mejorar la infraestructura, cuando recorremos y podemos anunciar obras que estamos terminando como la General San Martín que va a generar más energía para Santa Fe, la brigadier López que vamos a comenzar a ejecutarla la subestación, los planes federales de vivienda, la terminación de la autopista Rosario-Córdoba, escuelas como las que inaugurábamos ayer en el Conurbano Bonaerense o antes de ayer en Catamarca allá en el NOA argentino, uno advierte entonces este país diferente que hoy tenemos y cómo lo logramos.
Yo miraba, como lo hago siempre antes de visitar cada lugar, cómo fueron evolucionando los números de ese lugar y miraba a esta querida provincia de Santa Fe que le pasó lo mismo que le pasó al resto de las provincias argentinas y al país; miraba lo que era la coparticipación de Santa Fe, allá por el año 2002, apenas superaba los 800 millones, nunca podía perforar el techo de los 1.000 millones de pesos.
Hoy vengo como Presidenta de los argentinos, a decirles que el año pasado logramos el récord de coparticipación para la provincia de Santa Fe con más de 4.600 millones de pesos de transparencia automática, que sumados a otras transferencias automáticas que no dependen del humor del presidenta o la presidenta, sino que se transfieren, porque así corresponde automáticamente a las provincias, llegamos a los 6.100 millones de pesos; prácticamente más de la mitad del presupuesto del año pasado de la provincia de Santa Fe. Si a esto le sumamos las obras de infraestructura, las compensaciones que reciben productores e industriales de esta querida provincia como el resto de las provincias, cuando vemos el nivel de ocupación que hemos logrado para los argentinos desde aquel 2003 en donde 1 de 4 argentinos no tenía trabajo, cuando vemos todo esto nos damos cuenta entonces, que es muy importante el esfuerzo de los ciudadanos, que es muy importante el esfuerzo de sus autoridades municipales y provinciales, pero que un país avanza solo cuando tiene un proyecto nacional que lo contiene, cuando tiene un proyecto nacional que hace del trabajo, de la producción y no de la especulación, el eje de sus políticas. (APLAUSOS)
Esto no es milagroso compatriotas, no depende de la genialidad de un presidente o de una presidenta. No, no necesitamos genios. Necesitamos hombres y mujeres comprometidos con los argentinos y con sus intereses, que apuesten a nuestras cualidades como argentinos, que no crea que siempre es bueno lo que viene de afuera y malo lo que proviene de adentro.
Durante todos estos años nuestra economía ha crecido, desde el año 2003 a la fecha un 66 por ciento, 47 de esos puntos se los debemos a ustedes, al mercado interno, a los trabajadores, a los productores, a los empresarios, a los argentinos que consumen y producen aquí. (APLAUSOS)
Claro que también hemos podido batir récord de exportaciones y estamos orgullosos también de ello, porque este modelo ha logrado quebrar esa antinomia que durante años dividió tontamente a los argentinos en si era más importante el mercado interno o era más importante exportar. Las dos cosas son importantes, el año pasado hemos batido récord de exportaciones, más de 70.000 millones, récord de superávit comercial, más de 13.000 millones de dólares, pero tenemos que saber que también necesitamos sostener como eje fundamental del crecimiento y de la sustentabilidad social y política, nuestro mercado interno que son nuestros trabajadores, que son nuestros jóvenes, nuestros profesionales, nuestros empresarios, nuestros comerciantes, y que son precisamente estos, los pilares de este mercado interno sólido que hoy tenemos, lo que nos permite enfrentar con mayor fortaleza este vendaval que curiosamente rosarinos y rosarinas, no viene de acá como pronosticaban que iba a venir durante todos estos años, al contrario, son los paradigmas de los que siempre nos querían ejecutar programas y modelos diseñados y enlatados en el extranjero. Ese es el modelo precisamente el que se ha derrumbado y hoy provoca oleadas a lo largo y a lo ancho del país.
Por eso, hoy más que nunca los argentinos, tenemos que estar unidos, unidos con la convicción de que tenemos que defender este modelo, que no es de un partido político, que no es de un sector social sino que es de todos los argentinos y para todos los argentinos. (APLAUSOS)
Porque saben, yo no creo, nunca creí en las sociedades duales en donde un puñado de poderosos goza de todos los beneficios y se queda con toda la renta. Creo, y aquí sí me voy a hacer cargo de mi identidad histórica, creo profundamente en la redistribución del ingreso, creo profundamente que es necesario articular entre el capital y el trabajo.
Cuando nuestro Movimiento nació allá por el ´45 se incorporaron hombres y mujeres de distintas experiencias políticas, los socialistas que traían la impronta de los trabajadores, pero que nunca habían podido concretar en el resultado de la vida cotidiana de los argentinos, ese modelo de distribución del ingreso, de que un obrero pudiera llegar a que su hijo ingresara a la universidad y pudiera acceder a la más alta magistratura. Porque en un país solamente vamos a estar en un proceso de igualdad, cuando todos tengamos las mismas oportunidades de estudio, de vivienda, de educación, de seguridad, de salud, el resto es puro cuento. (APLAUSOS)
Esos que nos decían que la economía tenía primero que crecer y luego llegar a los trabajadores, esa teoría del derrame que lo único que derramó fue miseria, porque era la política constante del ajuste, yo quiero decirles que con nuestros aciertos y nuestros errores, que los tenemos por cierto como cualquier ser humano, me enorgullezco de pertenecer a un proyecto político que tomó la dirección de este país en el año 2003, un proyecto político que jamás envió al parlamento una ley para sacarle un derecho o una garantía a cualquier ciudadano argentino. (APLAUSOS)
Sé, como ustedes lo saben, que otros que llegaron en nombre de ideas, de un partido y de otro, porque nos pasó a todos que traicionaran a nuestros ideales y a nuestras propuestas, y que luego cuando llegaron al gobierno hicieron lo contrario. Me enorgullezco de esta convicción y de esta coherencia que tuve desde siempre cuando era legisladora y me tocó disentir con mi propio partido, porque el modelo que se estaba llevando a cabo era un modelo de hambre, de miseria y de entrega.
Me enorgullezco hoy de ser miembro de esta propuesta política que ha hecho precisamente del crecimiento, del trabajo y de la producción, de la integración al mundo, pero de la verdadera integración que es desde nuestra identidad. Nadie puede integrarse si primero tiene que renunciar a ser lo que es, a cómo piensa y a su propia historia; solamente vamos a ser cultos e integrados si somos nosotros mismos.
Por eso todas estas cosas que hoy podemos hacer todos los argentinos: viviendas, caminos, usinas eléctricas, las podemos hacer porque hemos privilegiado una forma de administrar los recursos en la cual lo más importante es utilizar las variables del Estado, para esa redistribución del ingreso, que se hace no solamente en lo social, sino también en lo geográfico.
Este proyecto de infraestructura que hemos lanzado, el plan de obras para todos los argentinos, que profundiza el proyecto de infraestructura que se viene desarrollando desde el año 2003, el más ambicioso en toda la historia, tiene por objeto profundizar aún más con políticas contracíclicas, y para los que por ahí no son economistas y no tiene por qué saber, se los traduzco en criollo, es para parar las macanas que se mandaron de afuera y que tenemos que venir a bancar también los argentinos, porque esa también es la verdad, siempre encuentran la manera elegante de decir las cosas; cuando los culpables son los de afuera nadie explica por qué son las medidas.
Pero yo quiero contarles a ustedes que con el mismo esfuerzo, con la misma convicción, con la misma fortaleza de estos años, vamos a seguir trabajando junto a todos los argentinos, junto a todos los hombres y mujeres que tienen responsabilidades institucionales otorgadas por el voto democrático, para seguir construyendo un modelo de país más justo, más equitativo, con memoria, con verdad, con justicia y con historia. Esta es la Argentina que queremos.
Quiero agradecer la presencia de todos ustedes aquí en este día tan caluroso para mí tal vez, acá los rosarinos están más acostumbrados que yo al calor, ahí las tengo apantallándose a todas las mujeres abajo del sol, quiero agradecerles el afecto y el cariño; y a los de allá atrás que portan estandartes y banderas que son muy caras a mi memoria, colores que recuerdo de mi juventud en la universidad, quiero abrazarlos muy fuerte en mi corazón, especialmente a todos los jóvenes que han vuelto a comprometerse con la política, que han vuelto a creer que es posible tener un país diferente para sacarlos muchas veces de lo que puede ser la droga, la miseria, o la delincuencia; volver a creer en la política y volver a creer en nosotros mismos, no hay mejor antídoto con aquellos que solamente prometen las cosas fáciles. A nosotros siempre nos gustó encarar las difíciles, son las que verdaderamente demuestran el talento que tenemos los argentinos y las argentinas.
Muchas gracias Rosario, muchas gracias Santa Fe, gracias Gobernador, gracias Intendente, gracias amigos y amigas, y fuerza, a seguir trabajando por esta Argentina que hemos transformado y que lo vamos a seguir haciendo.
Muchas gracias.(APLAUSOS)

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