Bolivia en un momento difícil

El gobierno de Evo esta siendo hostigado por las bandas fascistas y racistas que siguen al pie de la letra el nuevo manual de golpes de estado contra los “populismos” en América Latina.
La receta es sencilla y comprobable: Las minorías al no poder ganar elecciones limpias y abiertas construyen un “clima destituyente” abonado diariamente por los medios masivos de comunicación que manipulan la información con la asistencia de periodistas y políticos oportunistas. Así marcan una agenda diaria que encrispa a sectores de la clase media y alta que ven peligrar sus privilegios de manera real o ficticia y se lanzan a acciones desestabilizadoras contra los gobiernos democráticos. El desabastecimiento de la población, cortes de vías de comunicación, denuncias diarias sin fundamento, son acciones consentidas por una “opinión pública” minoritaria que manipulan. A partir de allí construyen una oposición abstracta y modular que confluye en consignas secesionistas y deslegitimadoras basadas en un supuesto desgobierno y situación de caos. Así intentan desposeer a las mayorías de su legitimidad democrática sustituyendola por un estado de rebelión cuya masividad resulta verificable sólo en los medios de comunicación. De esta manera la rueda sigue girando.
Esta nueva receta recorre las democracias en América Latina y hasta el momento ha fracasado por la imposibilidad de las minorías de capitalizar estos movimientos antidemocráticos contituyendo alternativas políticas viables. Sin embargo, la similitud de los acontecimientos nos alerta y hace creíble la presencia de una estrategia regional contra los gobiernos populares.
En el caso de Bolivia, la situación se torna cada día más grave. Hasta ahora Evo Morales esta respondiendo con prudencia, Logrando que se reunieran la mayoría de los presidentes de Sudamérica en Chile con la intención de “explicar a los presidentes de Sudamérica sobre un golpe de Estado cívico-prefectoral (...) con toma de instituciones, saqueos, robos a instituciones del Estado, intento de asalto a la policía nacional, a las Fuerzas Armadas o actos o acciones terroristas que permiten o intentaron cortar los gasoductos, pero sobre todo, cómo algunos grupos ejercitan delitos de lesa humanidad masacrando a los sectores más pobres del país, como es el movimiento campesino-agrícola”.
Ante esta situación, UNASUR emitió un documento que respalda inequívocamente su gobierno y la democracia en Bolivia, condenando además la matanza de Pando. Internamente, Evo Morales reaccionó disponiendo el estado de sitio y deteniendo al prefecto de esa región responsable de la organización de la matanza. En estos días Evo llama al diálogo, pero este debe entenderse sólo como una tregua. La oposición en Bolivia está jugada al golpe y a esto se suma el presidente del imperio quien ayer dijo que “Bolivia no colabora en la lucha contra las drogas” mensaje que en estas ocasiones tiene un significado muy claro. Estados Unidos respalda y alienta la guerra civil, tal como lo vino haciendo su expulsado embajador a través de las reuniones secretas que mantenía con los autonomistas.
Una parte importante del futuro de la región se juega hoy en Bolivia. Ni más ni menos que la construcción de democracias populares y mayoritarias a las que se les enfrentan minorias sin votos pero con respaldo económico y mediático.
La pregunta siempre vigente ¿Cuál y cómo es la manera de detener estos procesos golpistas
?

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