Desde hace unos días apareció una insistente campaña en internet y los medios contra el tren de alta velocidad que unirá Buenos Aires y Córdoba y a favor de la recomposición del sistema ferroviario nacional. (www.trenparatodos.com.ar)
Lo primero que no queda claro es porqué debería existir una opción por una cosa u otra, dado que ambas pueden ser complementarias, sobre todo teniendo presente que la reconstruccion de la red ferroviaria nacional llevaría décadas e inversiones millonarias.
La explicación de tal antagonismo es quizás lograr buena predisposición a la "nueva propuesta" alternativa, pero hay algo que no cierra del todo.
Si uno observa la grafica comparativa expuesta en la página, la "nueva propuesta" reproduce en realidad el viejo trazado de los ferrocarriles ingleses y su desarrollo, pensados y diseñados para el modelo agroexportador.
Es más, en medio de una argumentación supuestamente progresista que rescata supuestas glorias de nuestro pueblo, se explicita que el “tren para todos” contaría con "7.000 km de vías para trenes de pasajeros y de carga y 11.000 más sólo para trenes de carga. Unas 300 locomotoras, 900 coches de pasajeros y 15.000 vagones para carga." Es decir, la traza para transporte de carga sería del doble que para el transporte de pasajeros y la capacidad de transporte de carga, 15 veces superior.Es decir, un proyecto que esta orientado explícitamente a provocar "ahorros provenientes del menor costo de las tarifas de fletes" priorizando la salida exportadora por los puertos de Rosario y Buenos Aires y pagado por supuesto con el ahorro nacional, es decir con la plata de todos los argentinos.
En definitiva, esta "nueva propuesta" revestida de un discurso que apela a la protección de los intereses del conjunto de nuestro pueblo, merece también un debate, por lo menos equivalente al que se somete al "tren bala " que se quiere denostar
Quizas habria que priorizar, no solo la red ferroviaria, sino el diseño y construcción de redes de transporte multimodal, con distintas fuentes de financiación (privados, exportadores y estado) para que realmente se beneficie no sólo el sector exportador sino el pueblo que necesita y debe viajar dignamente.
En resumen, no es la primera vez que en nombre de lo popular, nos quieren meter gato por liebre.
Lo primero que no queda claro es porqué debería existir una opción por una cosa u otra, dado que ambas pueden ser complementarias, sobre todo teniendo presente que la reconstruccion de la red ferroviaria nacional llevaría décadas e inversiones millonarias.
La explicación de tal antagonismo es quizás lograr buena predisposición a la "nueva propuesta" alternativa, pero hay algo que no cierra del todo.
Si uno observa la grafica comparativa expuesta en la página, la "nueva propuesta" reproduce en realidad el viejo trazado de los ferrocarriles ingleses y su desarrollo, pensados y diseñados para el modelo agroexportador.
Es más, en medio de una argumentación supuestamente progresista que rescata supuestas glorias de nuestro pueblo, se explicita que el “tren para todos” contaría con "7.000 km de vías para trenes de pasajeros y de carga y 11.000 más sólo para trenes de carga. Unas 300 locomotoras, 900 coches de pasajeros y 15.000 vagones para carga." Es decir, la traza para transporte de carga sería del doble que para el transporte de pasajeros y la capacidad de transporte de carga, 15 veces superior.Es decir, un proyecto que esta orientado explícitamente a provocar "ahorros provenientes del menor costo de las tarifas de fletes" priorizando la salida exportadora por los puertos de Rosario y Buenos Aires y pagado por supuesto con el ahorro nacional, es decir con la plata de todos los argentinos.
En definitiva, esta "nueva propuesta" revestida de un discurso que apela a la protección de los intereses del conjunto de nuestro pueblo, merece también un debate, por lo menos equivalente al que se somete al "tren bala " que se quiere denostar
Quizas habria que priorizar, no solo la red ferroviaria, sino el diseño y construcción de redes de transporte multimodal, con distintas fuentes de financiación (privados, exportadores y estado) para que realmente se beneficie no sólo el sector exportador sino el pueblo que necesita y debe viajar dignamente.
En resumen, no es la primera vez que en nombre de lo popular, nos quieren meter gato por liebre.
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