El compañero Puthod y su inquebrantable lucha

Una vez liberado, Puthod declaró que además de los golpes y amenazas, fue interpelado por su militancia y las actividades planeadas por la Casa de la Memoria de Zárate. Específicamente aquellas relacionadas con el homenaje a Pereira Rossi y Cambiasso:, asesinados por la dictadura en 1983.

“Por qué si la sociedad se había olvidado del caso tiene que salir a refrescar la muerte de esos dos terroristas?” le dijo uno de los secuestradores a Puthod.

Para responder a esta pregunta transcribo un fragmento de la carta que escribió Pereira Rossi, en el año 1981 en ocasión del secuestro y asesinato de Horacio Campiglia.


(…) Hace unos pocos días tuve la oportunidad de visitar un lugar, una plaza en donde tanto los edificios como el adoquinado de su suelo permanecen tal cual estaban hace cerca de 150 años. En el centro de la misma hay un círculo formado por grandes macetones que sirvieron en el siglo pasado para encadenar a las esclavas que eran puestas a la venta. Mientras pisaba el adoquinado colonial en medio de ese círculo de macetones y grillas oxidadas, comencé a imaginarme a esas esclavas encadenadas y vi los ojos y las manos de una de ellas que expresaban que esa situación a las que eran sometidas no era fatalmente eterna. Y recorrí rápidamente los años de la luchas por la independencia contra la corona española, hasta llegar a nuestros días de lucha contra las oligarquías nativas y el imperialismo yanqui. Y vi la continuidad y las raíces de nuestro ser americano y agradecí esa mirada cargada de futuro y las manos que rompieron esas cadenas.

Entonces pensé en algún lugar que guarde inmutable físicamente un testimonio de nuestra época. Un rincón a donde concurra algún argentino que aún no ha nacido y que por un segundo mientras observa la fachada de una casa con varios orificios de balas, producto de un allanamiento nocturno, se pregunte si el que un día de 1976 fue sacado por la fuerza de esa casa habrá expresado por un segundo en su mirada, la esperanza de que la opresión y la injusticia acabaría un día. Y que repentinamente, mientras ese argentino que aún no ha nacido siga su camino, por un segundo se pregunte si su tiempo presente no lo debe a quienes hicieron como vos una vida de ese segundo, una vida de esa confianza infinita. Un fuerte abrazo

Eduardo Daniel Pereira Rossi (`Carlón´)

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