Todos somos culpables, salvo algunos

Muy buena columna de Rabanal en Pagina 12, describe cuál es el dispositivo ideológico  del macrismo para aplicar el ajuste, destruir los derechos de nuestro pueblo y transferir ingresos a los más ricos.

Todos somos culpables, salvo algunos
Por Rodolfo Rabanal

Es sorprendente el escaso tiempo que le tomó al gobierno de Mauricio Macri transformar a la Argentina en el país de la culpa y de la deuda. Hoy, tanto las personas discapacitadas como aquellas otras que perciben pensiones por viudez son culpables de haber robado al Estado hasta que prueben lo contrario. 

La maquinaria culpabilizadora alcanza a los abogados laboralistas (tratados de mafiosos) y a los trabajadores que abusan de los juicios a su favor y empujan a las pymes a la misma ruina. Esto último se lo escuchamos todos al Presidente capturado por las fotos en un primer plano de furia. Incluso se señalan como probables estafadores aquellos obreros accidentados en medio del trabajo. 

Estas y algunas otras docenas de declaraciones aplastantemente antipopulares suenan a increíbles torpezas de malgusto si no fueran las pautas que marcan el avance de un programa de medidas implacables donde no hay ningún margen de error. 

La matriz restauradora y la línea neoliberal de este gobierno responde –no importa si lo sabe o no– al  famoso anatema de Margaret Thatcher cuando, a principio de los ochenta, sentenció: “Ya no hay sociedades, sólo están los individuos y sus familias”, frase con la que convocaba a la violencia del consenso reprimiendo la crítica y anulando la memoria para, obviamente, demoler la política.

Hoy es evidente que en aquel momento había empezado un cambio cultural devastador. Y es también evidente que ese cambio procura adueñarse ahora de la Argentina, si es que ya no lo hizo.

La decisión macrista de invertir la carga de la prueba (todos son culpables hasta que demuestren lo contrario) reinstaló en estas últimas semanas las peores fantasías del universo de Kafka: ancianas y ancianos a quienes se les exigía revalidar la documentación con la que habían conseguido sus pensiones, debieron rebuscar entre olvidados papeles acaso lo que habían extraviado y después hacer colas de tres horas –de pie– en las antesalas de las oficinas públicas. Muchos debieron contratar gestores que interpretaran el galimatías de los formularios burocrático. Otro sacó un revólver y se pegó un tiro.

Es difícil no indignarse ante semejantes afrentas, es difícil reducir esas actitudes –aunque lo son– a puras estrategias políticas; uno percibe que la sociedad argentina ha sido atrapada por una suerte de epidemia de analfabetismo espiritual e insensibilidad social de la que no va a ser sencillo salir. Cuando al principio de esta nota mencioné a la culpa y la deuda tuve presente la palabra que en idioma alemán reúne a ambos conceptos: schuld. 

Creo que la observación ya fue hecha en este diario anteriormente, pero ese vocablo sucita una tentación reflexiva ineludible y entonces vuelvo a ella, porque esa coincidencia no es un capricho semántico o una casualidad lingüística sino una perfecta designación conceptual: la culpa me endeuda y la deuda me culpa. Tanto se carga con una deuda como se carga con una culpa. Es preciso tener en cuenta que la culpa elimina la libertad y se encamina hacia su fin anulando derechos.

El gobierno de Macri está endeudando a la Argentina creo que como nunca antes había ocurrido y quienes cargarán con esa deuda –o esa culpa– serán los de siempre, es decir los famosos ciudadanos de a pie, o sea la mayoría. De ese modo, todos somos culpable (y corruptos), salvo los grandes empresarios, los contratistas de Estado, los servicios de inteligencia y una buena parte del Poder Judicial, es decir todos aquellos que señalan, acusan y se benefician. 

Se busca doblegar de este modo a una sociedad, vaciarla de historia, inferiorizarla y volverla dependiente. En suma, se la violenta, lo cual es, desde todo punto de vista, extremadamente peligroso.

EL FRAUDE ECONÓMICO DE MACRI EN ARGENTINA

Por Alfredo Serrano Mancilla

Macri ha defraudado a la ciudadanía argentina. Y lo ha demostrado en un escaso lapso de tiempo. Sólo ha necesitado algo más de un año y medio para incumplir todo lo que había prometido. 
Si existiesen los contratos electorales, el de Macri ya hubiese sido rescindido por infracción múltiple. A continuación veremos cómo Macri estafó al electorado en cada una de sus ofertas económicas durante su campaña.

Promesa 1. Reducir la inflación… y los precios subieron. La inflación llegó al 40% en 2016, la más alta desde 2002. Se han encarecido todos los servicios públicos particularmente gracias a los continuos tarifazos. Han subido los precios de los medicamentos, transporte, comida. Y además, en lo que llevamos de año, la inflación sigue en un nivel altísimo. Hasta el momento, lleva un acumulado de 10,5%; con un valor interanual del 24%, muy por encima de las previsiones del gobierno para este año (17%). 
Promesa 2. Recuperar la economía… y el PIB se contrajo. El país cerró 2016 con una recesión del 2,3%, mientras que en el último año kirchnerista la economía creció un 2,1%. En la era Macri, el consumo lleva 17 meses consecutivos de caída. La producción industrial cae más del 10%. La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) ha bajado su estimación de crecimiento económico para Argentina en 2017 y 2018, a 2,5% y 3,1%, respectivamente.
Promesa 3. Pobreza cero… y los pobres y la indigencia aumentaron. En el primer año de gestión, Macri creó 1,5 millones de nuevos pobres y 600.000 nuevos indigentes. La propia Universidad Católica Argentina asegura que en el primer trimestre del 2017 ha habido un aumento de 5,5 puntos en el índice de pobreza. Y la desigualdad también creció: la diferencia de los ingresos entre el sector más rico y el más pobre pasó de 18,7 veces en 2015 a 23,2 en este 2016. 
Promesa 4. Reducción del déficit fiscal… y las cuentas siguen empeorando. El propio gobierno informó que el déficit fiscal del año 2016 fue de 4,6%, esto considerando el ingreso extraordinario generado por la política permitida del blanqueo de capitales. El Banco Central emitió 96.500 millones de pesos en lo que va de año para financiar el desequilibrio fiscal. 
Promesa 5. Generar más empleos… y aumenta el desempleo y el subempleo. El desempleo llegó al 9,2% en el primer trimestre de este año, su nivel más alto en una década. Y el subempleo ya ronda el 10%. Se registra un nivel de desempleo entre los menores de 25 años superior a la media regional (24,6% frente al 16%) y un porcentaje entre las mujeres también por encima del promedio regional (30,33% frente a 16%). 
Promesa 6. No más devaluación… y el dólar subió. El peso argentino se ha devaluado en un 67% desde que comenzó a gobernar Macri. Y todo apunta a que la presión sojera hará que la devaluación sea mucho mayor en los próximos meses. La propia Bolsa de Cereales ya ha afirmado que para septiembre espera un valor del dólar a 17,5.
Promesa 7. Más inversiones extranjeras… y cada vez llegan menos. La inversión extranjera directa del año 2016 fue la mitad que la del año anterior. En términos comparativos, el valor de esta variable se redujo en 2016 el triple de lo que lo hizo en el resto de la región. 
Propuesta 8. Desendeudar al país… y la deuda es cada vez más grande y eterna. En lo que lleva de gobierno, Macri ha colocado deuda por casi 100.000 millones de dólares. En el primer cuatrimestre de 2017, los intereses de la deuda alcanzaron el 10,6% del presupuesto público, superando los dos dígitos por primera vez desde 2001. 
Propuesta 9. Bajar impuestos a los trabajadores… y lo que hizo fue que todos pagaran más. De hecho, en términos efectivos, el mínimo imponible se redujo a pesar de lo que había prometido en campaña. En total y en términos netos, casi 200.000 trabajadores adicionales van a incluirse en el pago de este impuesto. 
Promesa 10. Volver al mundo… y sí que volvieron, pero a su manera. No lograron ni siquiera la categoría de “emergente”, recientemente rechazada por Morgan Stanley Capital International. Pero sí es verdad que recibieron el aplauso de los fondos buitres, del FMI (Fondo Monetario Internacional), de Merkel, Hollande y Rajoy. Todos felices con que Macri haya elegido una fórmula de insertarse en el mundo con más deuda y bajo términos de intercambio desigual en contra de Argentina. Suben las importaciones a un 12,4% en lo que va de año; que sería ideal si la economía estuviera creciendo al 5-6%. El déficit comercial es cada vez más acuciante: 1.217 millones de dólares para el primer cuatrimestre del año. Desde el primer día de Macri, aquel 10 de diciembre de 2015, el saldo por cuenta corriente acumula un déficit que supera los 21.200 millones de dólares. Este año se prevé que 12.000 millones de dólares vayan también a salir del país en concepto de ahorro de divisas de los particulares. Así es cómo Argentina vuelve al mundo… 

Pero aquí no termina todo. Hay mucho más en este fraude económico de Cambiemos. Jamás dijeron que Argentina pasaría a ser un paraíso financiero ni tampoco fiscal. Macri ha hecho del país un lugar ideal para el carry-trade; ganar sin necesidad de producir solo colocando el dinero en instrumentos financieros (Lebac, letras del tesoro) bajo la garantía de una elevadísima tasa de rentabilidad, por encima del 25%. Y además, en lo que tiene que ver con lo fiscal, Argentina llevó a cabo un blanqueo de capitales que sumó 116.800 millones de dólares, sin que esto significara que este monto entrara al país. Solo el 20% regresó y el resto se quedo afuera. En resumen, luego de tantas cifras, podemos afirmar que Macri engañó al electorado con premeditación y alevosía. Las promesas se esfumaron de la misma manera que lo hacían sus globos amarillos en cada mitin electoral.
Las expectativas se desvanecen porque la realidad económica tan negativa comienza a imponerse al relato macrista. La subjetividad económica ya no es tan optimista como afirmaban al inicio de su mandato. Todo lo contrario. La evidencia no engaña. 

Este articulo ha sido publicado en Público (España), http://blogs.publico.es/dominiopublico/20055/el-fraude-economico-de-macri-en-argentina/