Argentina avanza en la alianza estratégica integral con China, la mayor economía del mundo.

Cristina  y Xi Jinping, Presidente de China,  firmaron numerosos convenios de cooperación en diversos campos y suscribieron una declaración conjunta de Fortalecimiento de la Asociación Estratégica Integral entre laArgentina y China.

Esta Declaración conjunta compromete a ambas naciones a continuar e intensificar la colaboración e integración en organismos internacionales y foros multilaterales, en defensa de los intereses de ambos países y en beneficio de las naciones en desarrollo en su conjunto.

Además, durante la visita de Cristina se firmaron los siguientes acuerdos:

Acta de la Primera Reunión de la Comisión Intergubernamental Permanente
Acuerdo entre la República Argentina y la República Popular China sobre la Facilitación de Emisión de Visas de Turismo
Programa Ejecutivo de Cooperación Cultural del "Convenio Cultural entre el Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República Popular China" para los años 2015-2018
Acuerdo Marco para la Cooperación en el Campo de las Actividades Espaciales entre el Gobierno de la Republica Argentina y el Gobierno de la Republica Popular China
Acuerdo entre el Gobierno de la República Argentina y el Gobierno de la República Popular China  sobre la Cooperación en el Proyecto de Construcción de un Reactor de Agua Presurizada en Argentina (V)
Acuerdo entre la Comisión Nacional de Energía Atómica de la República Argentina y la Autoridad China de Energía Atómica de la República Popular China para la Cooperación en los Usos Pacíficos de la Tecnología Nuclear
Acuerdo entre la Secretaria de Comunicación de la Republica Argentina y la Administración General de Prensa, Publicación, Radio, Cine y Televisión de la Republica Popular China sobre Cooperación Comunicación Masiva
Entre el Banco de Exportación e Importación de China y el Ministerio de Economia
Acuerdo de comunicaciones “Cooperación en tecnología de la información”, intercambio de información regulatoria y técnica, cooperación entre instituciones, capacitación, acceso a banda ancha particularmente en zonas rurales y aisladas.
Memorándum de Entendimiento para Fortalecer la Cooperación entre el Ministerio de Planificación, Inversión Pública y Servicios de la República Argentina y el Ministerio de Comercio de la República Popular China
Memorándum de Entendimiento entre el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la República Argentina y el Export-Import Bank of China en relación con el Financiamiento del Proyecto Central Termo-Eléctrica Manuel Belgrano
Convenio Marco para el Fortalecimiento de la Cooperación en materia de Salud y Ciencias Médicas entre el Ministerio de Salud de la República Argentina y la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar de la República Popular China
Certificado de Intercambio de Instrumentos de Ratificación del Tratado entre la República Argentina y la República Popular China sobre Asistencia Jurídica Mutua en materia Penal

Memorandum de Entendimiento para la Creación del Foro de Negocios Argentina-China entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina y la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la República Popular China

Yo soy Gilda.

Un grupo de jueces y fiscales, esta promoviendo una “marcha del silencio” para la próxima semana. Reclaman la democratización de la justicia ? Pagar ganancias ? La jubilación de el nonagenario Fayt ?

No, cumplido un mes de la muerte de fiscal, reclaman Justicia. Un servicio que ellos mismos deberían proveer a la sociedad. Medios opositores y políticos prometen asistencia. 
Un nuevo episodio en la utilización de la desgracia de la muerte.


Ooootra cautelar para Clarin

El juez Pablo Cayssials, titular del Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal N° 9, dispuso el pasado miércoles una medida cautelar suspendiendo por seis meses la resolución 1121/14 de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que había ordenado la transferencia de oficio del Grupo Clarín
Esa Resolución, debidamente fundamentada y notificada se dictó como consecuencia de la reticencia del Grupo Clarin de ajustarse a los requisitos de la ley 26522, a pesar de haber expresado su intención de adecuarse voluntariamente a la Ley.
De esta manera, a pesar de la existencia de otra presentación administrativa, el Juez legitimó y dio curso a la petición de varios periodistas vinculados al Grupo Clarin, entre ellos Lanata, Ruiz Guiñazu, Morales Solá, bajo el argumento central que “la adecuación de oficio afecta la libertad de expresión” y que la “Ley   26.522,   de Servicios   de   Comunicación   Audiovisual,   conocida   como   Ley   de   Medios, constituye, en los hechos, un instrumento para encubrir el obrar arbitrario de la AFSCA para perseguir ilegítimamente al Grupo Clarín.”
De tal manera el Juez concluye
“Por ello, en el estado larval del presente proceso, puede válidamente sostenerse que les asiste razón a los aquí actores, en tanto sostienen que la adecuación de oficio, en los términos ordenados por la Resolución AFSCA N° 1121/14, puede vulnerar sus derechos a la libertad de expresión.
La conclusión a la que aquí se arriba, es adoptada desde el punto de vista de las argumentaciones desarrolladas por los actores, en virtud de lo cual, cabe tener por configurada la apariencia de buen derecho que exige el Código de rito, sin perjuicio de lo que resulte procedente decidir al momento de resolver el fondo de la cuestión mediante sentencia definitiva.”
Lo que en definitiva termina aceptando el Juez es que la Ley debe ajustarse a lo que el Grupo y sus periodistan interpretan y desean como adecuación y no precisamente al revés
De esta manera, la “adecuación”, un instrumento establecido por la ley para cumplir sus objetivos de democratización y desconcentración de la propiedad de los medios, se confunde con la “libertad de expresión” de un conjunto de periodistas y un grupo empresario.
¿ De que forma la desconcentración afecta a la libertad de expresión ? Es algo que el propio Grupo no pudo explicar en aquellas históricas audiencias públicas realizadas por la CSJN y que terminaron con la declaración de constitucionalidad de la Ley.
Pero el juez Cayssials, parece no haberse enterado. Y otra vez, la Justicia retoma el camino de las cautelares a favor de las corporaciones, sin dar cuenta no sólo de la voluntad popular, sino que además de las propias sentencias de su Tribunal Supremo.

Pudriendote el cerebro

La Nación va por los margenes, ya no de las noticias sino en la instalación de cualquier mensaje que aporte a la teoria del homicidio del fiscal.
Se trata de la construcción por abajo y los costados de ese sentido común, propenso y preparado para comerse cualquier teoria que sirva en definitiva para bajar al gobierno. Entienden que la peor derrota para ellos no es que eventualmente el kirchnerismo pierda las elecciones, sino que deje la gestión con altos niveles de aceptación popular y estabilidad.
Dos noticias:
"Matamos por encargo", el mensaje que apareció en la TV Pública y conmocionó en las redes. Se trata de un cartel de una empresita de desinfeccion que aparece en el fondo de una nota.
Y "Días antes de la muerte, la ex mujer de Nisman recibió una foto del fiscal con una sugestiva marca en la cabeza" se trata de una foto de una nota de Perfil que recibio o mando no se quien, se ve que el amenzador fue el kiosquero o la pareja de la jueza... no importa.
Amenazas publicas y privadas. Inventadas o sugeridas. Al paladar del insaciable confabulador. El hastio que producen, no terminará siendo contrario a sus intenciones ?

El Pino de la gente

"La doctora Carrió dijo que tenía amistad con Stiuso. Que estaba en contra del escrache porque ella tenía buena relación con Stiuso. Siempre se abstuvo de investigar esto. Me lo manifestó a mí y a Gustavo Vera. Stiuso era el hombre de la CIA. Son hábiles en asesinatos".

El odio, el miedo y la paciencia cívica

Muy buena columna de mempo publicada en Pagina 12, especialmente por aquello a lo que apunta, el odio clasemediero que nace a partir de la aparición de quienes ocupan lugares "que ellos consideraban propios e inalterables" Una especie de rechazo estético a la amplición de derechos.
Por Mempo Giardinelli
A lo largo de la semana, y mientras la desdichada muerte del fiscal Nisman se diluía en fuegos artificiales periodísticos y televisivos, más de una conversación argentina giró en torno del odio y del miedo. Por eso últimamente se ve, se siente y se padece cierta polución ambiental, sobre todo en Buenos Aires y en ese apéndice geográfico porteño que se llama “la costa”, donde se amplifica todo lo malo y negativo.
El malhumor parece patrimonio exclusivo de las clases medias porteñas y acaso bonaerenses, y aunque se siente mucho menos en el interior del país, donde las gentes trabajan y progresan arduamente con más afán y menos quejas, la verdad es que tiñe al país todo. Quizá por eso circula el chiste, en provincias, de que si en la capital estallara un movimiento separatista como el de Barcelona, la Argentina toda apoyaría alborozada la independencia porteña.
Bromas aparte, la vida cotidiana de millones de argentinos no es insatisfactoria como publicitan esas usinas, hay muchos indicadores de que el país crece y las mejoras son evidentes, sobre todo si se compara cualquier aspecto actual con los ‘90, 2001 o 2003. Y es un hecho que la gente que brinda servicios en el vasto territorio nacional –choferes, gastronómicos, mineros, bibliotecarios, porteros, domésticas, peones y de mil oficios más– no tiene el gesto amargo, de resentimiento, que se ve en vastos sectores de la clase media porteña. Que curiosamente suelen ser los más acomodados, los que viajan por el mundo y están acostumbrados a ser o sentirse ricos y poderosos.
A ellos no les va mal en la vida, y por eso su furia es desproporcionada. Más aún: les va mejor que nunca en los últimos 30 años, pero su odio y su miedo harían pensar al mundo que aquí se vive en el borde mismo del infierno. Que es quizá lo que buscan, conscientes o no.
Querían las libertades democráticas y votaron masivamente a Alfonsín, e incluso padres y madres de muchos de ellos lucharon por esas libertades. Hoy las tienen a pleno, vigentes y respetadas como nunca antes, y en especial la libertad de expresión, pero hablan de “régimen”, de “dictadura” y gritan que “esto es Cuba, Venezuela, Bolivia o Nigeria”. Gracioso, si no fuese inmoral.
El otro día, después de participar en 6, 7, 8 sentí, por primera vez, ácido y tangible, ese aire enrarecido. Había algo sórdido en el silencio del taxista y en un mozo, y al día siguiente en la mirada de transeúntes o pasajeros del tren y el subte. Pensé que a muchos les habían inoculado odio. No disenso, no discrepancia democrática, tan saludable y creativa. No, odio. Un odio puro que mezcla lo cholulo con la antipatía, que es como decir leche cuajada con acero oxidado. Un enojo cualquiercosista, digamos.
Después, en el Aeroparque, me encontré con un tipo luego de casi 30 años. Eramos jóvenes entonces y él colaboraba en Puro Cuento. Talentoso, un tipazo. Ahora le va muy bien, dijo, alcanzó una posición excelente y llegaba de vacacionar en Buzios. Celebré la alegría del encuentro, pero me cortó: “Lástima que vos sos kirchnerista; eso arruina todo. Hoy no podríamos ser amigos”. Lo miré azorado. “Yo los mataría a todos; me dan asco.” Y subrayó, provocativo: “Eso, asco me dan”. No se daba cuenta de nada; no veía más allá de su odio. Le dije que lo sentía, sincero, y tomé mi vuelo con la pregunta resonando: ¿qué les pasa, cómo llegaron a semejantes niveles de odio?
Tal resentimiento es inexplicable, porque la mayoría ahora tiene trabajo, sueldos al día, leyes sociales, vacaciones. Son empleados, artistas, intelectuales, académicos, profesionales, técnicos. Pero en cuanto pueden ofenden, gritan, insultan, acusan, adjetivan y amenazan. Hasta de muerte, deseo que parece fascinarlos. Quizá para huir del calvario de convivir con sus propias almas desesperadas quién sabe por qué. Porque ideología eso no es.
¿Es conjeturable que los odiadores ignoran cómo ha cambiado el país? ¿Que no les gustan los avances sociales? ¿O que millones de ciudadanos pueden hoy comprar una moto, construir viviendas modestas, estar bancarizados y documentados y recibir beneficios sociales de un Estado que no está distraído? ¿Será que odian que el servicio doméstico esté legislado y bajo control? ¿Los alarmará que “los negros” participen del progreso lento y hoy puedan, por ejemplo, vacacionar?
Como sea, no les interesa entender ni discutir. Sólo quieren tener razón. Se convencen velozmente de lo que vieron y escucharon y era fácil e impactante. No analizan, a lo sumo monologan. Y así impiden incluso el inocuo diálogo de sordos. Prefieren el monólogo de sordos, que ha de ser más duro de soportar.
Pero es peligroso. Sobre todo porque del odio al miedo hay sólo un paso. Y del miedo a la histeria otro, y así los usan. Por eso no tenemos que burlarnos ni enojarnos. Nosotros, llenos de dudas, incluso con vacilaciones, tenemos que esforzarnos por contenerlos con argumentos, hechos y razones, y calmarlos. Predicar la convivencia, el disenso educado y la discusión pasional respetuosa y tolerante. Toda otra actitud agranda el odio, y dispara miedo y violencia. Eso impone ejercitarnos en la paciencia cívica.
Y es claro que muchas cosas se pueden reprochar al kirchnerismo, nadie lo niega. Errores, muchos. Y corrupción –que es lo que más los indigna; ahora todos parecen Cruzados de la Transparencia– es claro que la hay, nadie lo niega después de doce años de gestión. No mayor que en tiempos de Menem y sus pandillas de economistas y empresarios, es obvio que la hay y ninguna persona decente la tolera ni justifica. Pero es ridículo enloquecer gritando apellidos amplificados sólo mediáticamente.
Toda la ciudadanía repudió la corrupción instalada por los militares y luego desatada como estilo político en los ’90. La Argentina sana siempre quiere que vayan en cana los condenados. Pero cuando lo son, si es que lo son. Y por la Justicia, no por medios, periodistas y charlatanes que a tantos argentinos les hacen creer que sus suposiciones son pruebas, y sus opiniones, veredictos. Eso es antidemocrático.
Hay que entender a los odiadores y apaciguarlos. Porque temen la sombra, lo desconocido, lo que ignoran, lo que se mueve y ocupa lugares que ellos consideraban propios e inalterables. Temen lo que les hacen creer que creen; lo que les parece que es mejor creer; lo que quieren creer. Bien decía el Gran Sarmiento: “El que solamente cree, no piensa”.