Los ruralistas rompieron la posibilidad de encauzar un acuerdo el jueves pasado en vistas al acto, también abandonaron la posibilidad de crear un clima de dialogo. En su lugar, envalentonados por la convocatoria y su cobertura mediática. pretendieron llegar a la reunión con el gobierno con la consigna "ganar o ganar". Así, vislumbraban un contexto donde la derogación de las retenciones móviles, resultaría un mero trámite
Pero nuestro gobierno, con una gran responsabilidad institucional y en nombre de los 8 millones que votamos a Cristina no aceptó ser sometido a esa extorsión. No se trata de enojo o capricho, sino de responsabilidad institucional y respeto a la legitimidad democrática. Porque quienes votamos hace unos meses, lo hicimos por un gobierno que ejerciera su facultad constitucional para adoptar medidas sobre las rentas extraordinarias de un sector de la economía, orientadas a la redistribución del ingreso, y fundamentalmente para que represente al conjunto de nuestro pueblo en el diálogo y negociación con las corporaciones sin aceptar imposiciones ni amenazas.
Cualquier demócrata y progresista debería básicamente aceptar y sostener esto, pero muchos se encuentran entrampados en la dialéctica del reconocimiento-crítica al gobierno sin darse cuenta que la derecha ha avanzado en ese antagonismo y lo ha superado. A tal punto, que opera activamente contra su legitimidad, desplegando escenarios donde la "republica" y la "democracia" resultan ser las expresiones minoritarias, las acciones ilegales y el interés económico de un sector.
Por ello en este contexto, resulta inaceptable avanzar en la negociación.
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