No es la primera vez que en democracia un gobierno constitucional soporta la avanzada de sectores económicos, políticos y mediáticos. Recordemos cuando Alfonsín frente a esta presiones, cometió el error político de convocar a plaza llena a la "economía de guerra" rifando el apoyo popular, cortandole la cabeza a Grinspun e imponiendo el Plan austral. Apenas dos años sobrevivió, sin apoyo político y abandonado por sus aliados corporativos, tuvo que dejar el poder anticipadamente en medio de hiperinflación y saqueos. De esta experiencia, tenemos que extraer dos principios, no traicionar el voto popular y no ceder a las exigencias de las corporaciones. Esto es calidad institucional y democracia. Lo otro, ayer como hoy, es desestabilización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario