Hace unos días se creó, por Decreto 1880/2011, el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, cuya finalidad “será el estudio, la ponderación y la enseñanza de la vida y obra de las personalidades de nuestra historia y de la Historia Iberoamericana, que obligan a revisar el lugar y el sentido que les fuera adjudicado por la historia oficial, escrita por los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX”
Como era de esperar, la iniciativa provocó la reacción de una interminable lista de gorilas. Carlos Pagni en La Nación, busca meter cizaña con su “de cómo Pacho madrugó a carta abierta” . Mostrando su desconocimiento no sólo los objetivos del nuevo Instituto sino además de qué se trata Carta abierta. Aunque de hecho, no le importan esas diferencias. Desde su lugar es todo lo mismo y todo se hace para “afianzar la autoestima” de Cristina.
Tambien los “academicos” reaccionaron con un documento critico, allí, los dueños de la historia, advierten que el gobierno se dispone a "avanzar hacia la imposición del pensamiento único". Resulta curioso que reclamen por la creación de algo a lo que jamás pertenecerían, sin duda se trata de una queja por la fisura en el control de ese campo de conocimiento.
Por otra parte, puede caer mejor o peor la designación de Pacho O’Donnel, pero no se trata de nombres, sino de plantearse si es necesario o no crear ámbitos institucionales desde el estado donde se produzcan y difundan conocimientos que confronten con ese pensamiento único enraizado en un supuesto saber científico.
La historia está a la vuelta de la esquina. En estos días ocurre un acontecimiento histórico para América Latina, la creación del CELAC. Clarin lo cuenta de la siguiente manera:
"Esos países prefieren enarbolar éxitos diplomáticos que forman parte de un mito endeble, entre ellos el freno del ALCA, el desigual sistema de libre comercio que intentó imponer EE.UU. en todo el hemisferio, y que lo desarmó no la furia de las masas y estos líderes rebeles, sino el establishment brasileño que copresidía esa sigla y que se opuso a la espectacular toma de mercados que implicaba la iniciativa de Washington. El clima de guerra entre Venezuela y Colombia que se desató por el citado ataque a Ecuador, no se solucionó por una mediación del UNASUR, entonces liderado por Néstor Kirchner, sino por la presión del empresariado colombiano que impulsó al actual presidente Juan Manuel Santos a reanudar los vínculos para recuperar los U$S 8.000 millones de intercambio anual con Caracas que esfumó la ruptura de las relaciones binacionales."
Es decir, el NO al ALCA y la resolución del conflicto entre Colombia y Venezuela, son logros del empresariado.
Así como estigmatizaron al peronismo que quemó iglesias, escondiendo las causas, este relato histórico resulta plausible para muchos porque esconde otras causas y reposa en un determinada visión de nuestra historia. Por eso es clara la necesidad no de crear un Instituto sino uno, dos o tres, como diría el Che, para contener y sustentar otros relatos que no resulten denigrantes ni renieguen de los padecimientos y los logros de nuestros líderes y del conjunto de nuestros pueblos.
Poco ayuda en este debate la desafortunada intervención del periodista Brienza cuestionando al compañero Galasso por su negativa a formar parte del organismo a partir de sus conocidas y comunicadas diferencias con algunos intregrantes del instituto creado, que no son sólo personales sino también historiográficas y que van más allá de sentirse “victima discriminada”. En su lugar, Galasso convoca como corresponde en estos casos, a trabajar cada uno por su lado.
En definitiva, la construcción y la consolidación de nuestro proyecto necesita de más de una mirada, del pasado, del presente y del futuro. Pero lo más importante es que nuestra historia sea bien contada.
El cepo ideológico que implementó una proscripción que se extendió por casi 20 años, fué creado por una rebelión que pisoteó todos los derechos y que curiosamente fue denominada "Revolución Libertadora".
ResponderEliminarY además de ese largo período, lo acontecido a partir de 1976 hasta practicamente el inicio del siglo XXI, que no contempló una puesta en vidriera - con todas sus implicaciones - de la carnicería del 16 de junio de 1955 ó de los fusilamientos en José León Suárez en 1956, entre otros "actos patrióticos".
La historia oficial está llena de bolsas con basura escondidas debajo de la alfombra. Bolsas que, de tanto ser pisadas y disimuladas, dan lugar a que algunos se crean con el derecho de pensar que nunca existieron y que, por lo tanto, no hay nada que revisar.
Quizá es la primera vez que se ha creado una consciencia con ansias de saber la verdad verdadera y también la primera vez que, políticamente, están dadas las condiciones para remover viejos baúles.
Todo cambia, como dice la canción. Hasta América Latina está cambiando.
Saludos
Tilo, 70 años
No está bueno disimular lo que ha ocurrido, los considerandos que fundan el instituto, la figura siniestra de quien lo dirije obligan a oponerse a este emprendimiento, que no ayuda nada a nadie. El Instituto revisionsta parece más bien una provocación lasciva a todo el esfuerxo desarrollado por Carta abierta. Esto no fortalece al kirchnerismo sino que lo debilita.
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