El gobierno de Alberto decidió seguir el ritmo de los medios y la oposición que impusieron el sentido común de la imperiosa necesidad de comenzar las clases presenciales en todo el pais.
Protocolos y burbujas son las propuestas para iniciar un camino destinado al fracaso. Si hay algo que nos enseño esta pandemia es que no se puede escapar a la dinámica mundial de propagación del virus. Tiene su propia logica y no respeta fronteras, decisiones politicas ni niveles de desarrollo.
Es sumamente dudoso que esos protocolos puedan cumplirse por cuestiones de infraestructura, disponibilidad de docentes y no docentes, y colaboracion activa de padres y estado. Ademas de sobreexigir el sistema de salud que deberia formar parte activa del proceso.
Para poner ejemplos, en Alemania el bloqueo actual esta vigente desde el 16 de diciembre, las escuelas están cerradas, así como la mayoría de las tiendas, y todos los restaurantes y bares.
En el Reino Unido se regresó a una cuarentena estricta el 4 de enero pasado, aunque tanto las escuelas como las guarderías se mantuvieron abiertas para “hijos de personal esencial”.
Y nosotros no estamos mejor que Alemania y no mucho mejor que el Reino Unido considerando la cantidad de contagiados y muertos proporcionalmente a la poblacion.
El real sentido común indica que la vuelta a la presencialidad solo es posible con un alto porcentaje de la población vacunada. Cualquier otra propuesta son burbujas, o sea globos, y la paradoja es que votamos realidad en lugar de globos.
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