Indigna y lastima que un ex alto funcionario de un gobierno
que resguardó los intereses de las mayorías, que incluyó y amplió derechos,
haya resultado ser un corrupto y delincuente.
Pero también resulta difícil creer la novela de su captura .
Con la cena a medio terminar, cargó millones de dólares, objetos de valor y un arma
en su auto, abandono su casa del Tigre de madrugada, manejó hasta a un convento
en Gral. Rodriguez, tiro 8 valijas que
pesaban 110 kilos por una medianera a las tres de la mañana y justo lo vio un
vecino que llamó al 911 y en tres minutos llegó la policía.
Todo esto sin ninguna explicación, así porque sí … O le
agarró un ataque de paranoia o lo amenazaron, lo asustaron y lo agarraron donde
lo podían agarrar, en la calle o adentro, no se sabe.
Muchos afirman que la detención que resume el imaginario de
la corrupción, bolsos, palas y fajos de billetes, fue una operación de los
servicios. El espectáculo era necesario cuando se empieza a sentir el despojo a
los trabajadores y la clase media en favor de los más ricos, cuando el gobierno
no puede explicar la plata escondida no en “conventos” sino en “paraísos” y
tampoco el presidente Macri puede explicar su declaración jurada, la venta de
acciones de IECSA, Fleg Trading, SIDECO y todas las operaciones financieras
realizadas en sus años de jefe de gobierno.
Justo el momento y de
la forma más oportuna, oscureciendo los casos de corrupción del gobierno actual
e iluminando los casos de corrupción del
gobierno anterior. El sinceramiento y la herencia.
Desde ya, para que el show fuera posible hacía falta el
dinero y el ladrón. Y ahí estaban.
Pero ciertamente, a mí y miles de compañeros la suerte del
tal López nos interesa poco, más nos interesa y mucho el futuro de millones que
empiezan a padecer las políticas de Macri. La discusión política no pasa por
hacerse cargo de la lógica mafiosa, de la discusión a carpetazos ni el
corruptómetro. Que si López, que Grindetti, que Jaime, que Aguad, que
Sturzenneger o Schiavi, o los que se denuncien, operen o descubran…
La discusión fue y será entre otros nombres y sobre ideas de
país, en definitiva sobre la inclusión o exclusión de millones de argentinos a
los derechos económicos, sociales, políticos y culturales. Y eso no se resuelve
con el Código Penal.
Y, yo diría que tenés mucho que ver, porque si tuviste treinta años semejante delincuente al lado y decís que no te diste cuenta entonces o sos cómplice o de lo contrario bastante idiota, de uno u otro modo tenes que ver ¿No te parece?
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