"Estos trenes son de los que viajan pero también son de los trabajadores. Cuídenlos porque es su trabajo, es su herramienta de trabajo, es el futuro de sus hijos. No tengamos actitudes o comportamientos que después permitan que la sociedad, ante el bombardeo mediático, ante los consejos a doña Rosa y demás, pueda ser subordinada culturalmente y convencida de que lo público es malo y lo privado es bueno. Ya vimos con los trenes que lo privado no es bueno. Y esto no significa ni un ataque a lo privado ni una defensa irrestricta e incondicional a lo público, es que es absurdo en el siglo XXI pretender que no haya Estado para poder regular precisamente al sector privado y cuidar a los millones de usuarios y consumidores, como pasa en todas las modernas democracias del mundo."
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"En la ideología liberal nos dicen que tiene que haber inversión y para ello es necesario que no haya salarios tan altos, para que los empresarios puedan invertir, porque si los salarios son altos los empresarios no invierten. Mentiras, si se les baja el sueldo y el poder adquisitivo a los trabajadores por dos vías, por vía salario o por vía desocupación, esa rentabilidad no se invierte. ¿Saben por qué no se invierte? Porque para invertir primero tiene que haber demanda y para que haya demanda primero tiene que haber consumo, y para que haya consumo tiene que haber trabajadores, jubilados, intelectuales, investigadores, docentes que tengan salarios dignos. Por eso siempre esta vieja discusión de si la oferta o la demanda, y salvo que te pase lo que a Henry Ford a principios del siglo XX cuando inventó el auto, o cuando inventaron la internet, Microsoft y todo eso, siempre la demanda es la que impulsa la inversión. Y en un modelo de crecimiento y desarrollo, en un verdadero modelo de crecimiento y desarrollo, al contrario, el consumo y el ahorro van de la mano porque de esta manera se consume y se levanta la demanda agregada, y con el ahorro en el sector financiero los bancos pueden prestar para que haya inversión, porque el crédito es la palanca de la inversión y sin ahorro no hay crédito. Salvo que quieran hacer lo que ya hicieron en el pasado, endeudar al país en el exterior con jugosas comisiones para luego no hacer nada y hacer la bicicleta financiera."
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"Quiero escuchar a los hombres y mujeres de mi espacio político, a los hombres y mujeres del resto de los espacios políticos hablar de estas cosas, no de pavadas ni haciendo pantomimas, los necesito largando ideas a todos, a propios y extraños, a oficialistas y opositores, pero más que yo los necesita el país."
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