En homenaje a todos los compañeros y aliados que acompañaron el proyecto de retenciones móviles y redistribución del ingreso posteamos el discurso del Senador Torres, del Frente Renovador de la Concordia de la provincia de Misiones
Sr. Presidente. — Tiene la palabra el señor senador Torres.
Sr. Torres. — Señor presidente, señoras senadoras y señores senadores: después de escuchar durante las últimas semanas las argumentaciones de la oposición y de los dirigentes del campo, comienzo mi intervención en este debate que he dado en llamar el debate de las medias verdades y de las contradicciones evidentes. Sin embargo, las verdades afloran, tarde otemprano. En las últimas horas escuché al señor Alfredo De Angelis declarar que el quequiere comer lomo, debe pagarlo 80 pesos. Este es el centro de la cuestión que nos reúne enesta sesión.
Dada mi formación como ingeniero agrónomo comenzaré poniendo un poco de luz sobre algunas cuestiones fundamentales que se debatieron en los últimos días. Para ello, me voy a apoyar en un estudio que la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba encargó en abril de este año a las ingenieras agrónomas Sonia Calvo y Laura Salvador, en el que se plantearon diversos escenarios con variaciones sobre el nivelactual del tipo de cambio, el nivel de retenciones y el costo del gasoil subsidiado en la producción de soja.
El primer escenario plantea la situación actual: precio internacional sin cambios—estamos hablando de abril—; tipo de cambio 3,16 pesos por dólar; retenciones al 44 porciento; y flete de 300 kilómetros. Todo se hizo sobre una finca de 500 hectáreas de superficie,con tres rindes diferentes: de 25, de 30 y de 35 quintales por hectárea.El segundo escenario en función de estos datos que brindo, elimina las retenciones y deja en cero la intervención del Banco Central sobre el mercado de cambios. En ese entonces,el dólar de abril estaba a 1,94 pesos por dólar. El costo es desfavorable a los productores con respecto al escenario original que hay hoy —44 por ciento de retenciones y dólar a valor actual— en un 10 por ciento menos de margen bruto. Es decir, gana un 10 por ciento menos si se eliminan las retenciones y se deja el dólar fluctuante, como es el caso de Brasil.
El tercer escenario presenta el impacto del aumento del gasoil como consecuencia del incremento del precio tras la eliminación del subsidio y el nivel del dólar en su valor actual. El margen bruto es un 8 por ciento menor al de la situación correspondiente al mes de abril.
El cuarto escenario elimina las retenciones, la intervención en el mercado de cambios y el subsidio al gasoil. En este caso, las retenciones son cero, el dólar tiene el nivel de 1,94 y se elimina el subsidio al gasoil. El margen bruto a favor frente a la situación de los productores hoy en día está por encima en un 17 por ciento y, en el margen neto, supera el 20 por ciento en todas las variables de rindes que se han analizado.
Como queda claro, según el mencionado estudio, todos los escenarios alternativos son perjudiciales en el margen bruto de los productores para todos los rendimientos analizados.
Queda a disposición de todos este estudio técnico que, evidentemente, no tiene ningún tipo de influencia política.
En estos días también he escuchado mucho sobre Brasil como ejemplo a seguir en materia agropecuaria. Además, también lo escuché en este recinto. En primer lugar, quiero destacar que el crédito que el gobierno brasileño puso a disposición del campo en las últimas semanas llega a empresas agropecuarias que sostienen una estructura empresarial completamente diferente a la que tiene la Argentina. Pero, sobre todo, es importante destacar que el escenario económico cambiario que enfrentan los productores de Brasil es muy distinto al de los productores argentinos.
Es importante a esta altura de las circunstancias aclarar que la política agropecuaria en el contexto internacional que atravesamos no puede desvincularse de su efecto sobre la distribución del ingreso. Brasil es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución del ingreso del mundo. Es decir, la brecha entre ricos y pobres es una de las más amplias a nivel mundial. Entonces, ¿es esto lo que se quiere imitar? ¿Por qué copiar este modelo?
Encuentro la respuesta, en particular, cuando analizo otras ocasiones en que la llamada Mesa de Enlace estuvo de acuerdo al discutirse las condiciones de trabajo agrario en el ámbito del Consejo Nacional de Trabajo Agrario. Las cuatro entidades que componen la Mesa de Enlace, sistemáticamente, se opusieron a las jornadas de ocho horas —sostenían que se debía trabajar de sol a sol, como dice el régimen de trabajo agrario, según un decreto que lleva la firma de Videla, Harguindegui y Martínez de Hoz—, a pagar un premio para los peones que terminan la escuela primaria y la secundaria —38 pesos para los primeros y 46 pesos para los segundos— y también se opusieron a brindarles pilotos y botas a los trabajadores para que utilicen en los días de lluvias. Reitero que las cuatro entidades —Sociedad Rural, Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro— se opusieron a dar estos beneficios.
Si me permiten, quisiera hacer un comentario muy particular. Hemos visto en la televisión cómo el titular de una mini CGT recibía a estos integrantes de la Mesa de Enlace y cómo se aplaudían mutuamente. Realmente, si este dirigente gremial, que pretende conducir esta mini CGT, va a defender a los obreros rurales como lo quieren hacer los integrantes de la Mesa de Enlace, a través de la actuación que han tenido recientemente en el Consejo Nacional de Trabajo Rural, sería totalmente lamentable para los trabajadores y triste el futuro de todos los trabajadores.
Estas contradicciones evidentes que hemos vivido en el país en estos ciento y pico de días de conflicto nos permiten algo que nunca hubiésemos imaginado los argentinos, por ejemplo, ver al vicepresidente de la Sociedad Rural, el que estuvo en el “cacerolazo” frente a la Residencia de Olivos, aplaudir la marcha peronista. Esto no tiene desperdicio y realmente valía la pena verlo porque, con la historia que tenemos, que un titular de la Sociedad Rural argentina aplauda la marcha peronista, realmente me pareció algo extraordinario.
De todas maneras, podemos tomar a Brasil como ejemplo en muchos aspectos de su desarrollo pero lo que no podemos tomar como ejemplo es su política de distribución de ingresos. Por ejemplo, según los precios del mercado en cada país, una canasta de los productos básicos de alimentación de la población resulta 50 por ciento más cara en Brasil que en la Argentina, medida en dólares, mientras que el ingreso medio de un trabajador del sector formal del mencionado país resulta 15 por ciento inferior a la Argentina. Es decir, el salario argentino tiene mayor poder adquisitivo en términos de alimentos que el brasileros. Además, la presión tributaria que tienen los productores brasileros es de 39,4 por ciento y la presión tributaria de los productores argentinos es del 28,5 por ciento.
En Uruguay, otro ejemplo que escuché de parte de los senadores y de muchos especialistas que concurrieron al Senado, la canasta es 32 por ciento más cara, mientras que el salario es 28 por ciento inferior; la relación entre el costo de los alimentos y el salario promedio está aún más deteriorada. Es decir, las retenciones tan cuestionadas por estos días permiten a los trabajadores argentinos acceder a una mayor cantidad y calidad de alimentos, justamente, porque el esquema de retenciones permite el funcionamiento de un mecanismo de subsidio que mantiene el precio de los alimentos al alcance de los trabajadores.
Después de esta exposición cabe preguntarnos: ¿estamos discutiendo realmente las retenciones?
Para contestar esta pregunta creo, señor presidente, que tenemos que ubicarnos en el momento histórico que estamos viviendo. Creo que hay dos circunstancias históricas inéditas que vivimos los argentinos; uno, es que en más de cien años es la primera vez que estamos viviendo 25 años de democracia continua y, el otro, es que es la primera vez que los argentinos estamos viviendo una crisis en un momento económico muy bueno para el país. ¿Por qué quiero aclarar estas dos cuestiones? Porque están íntimamente relacionados los 25 años de democracia, donde se recuperaron las instituciones y se recuperó la economía, con esta situación en la que se presenta esta primera crisis, que se iba a dar con el campo o con cualquier otro sector que iba a plantear en algún momento u otro, de un modo u otro, la distribución de la renta y de la riqueza.
En definitiva, estamos discutiendo el poder que puede tener no solamente la presidenta Cristina Fernández, sino todos los presidentes que le van a suceder. Es decir, si van a tener un poder formal o un poder real para distribuir los ingresos como corresponde y de acuerdo a la voluntad que emana del voto popular.
Por otra parte, yo analizo mucho los ciclos históricos y cuando se juntan los que ilógicamente se juntan, algo está ocurriendo en el país. Cuando un trotskista se junta con López Murphy, cuando aparece Cavallo o Lilita Carrió juntandose con Alderete o Castells, cuando aparecen tanta mezcla de intereses en contra de algo, es porque en el país algo está ocurriendo. Remitámonos a la historia que tiene ciclos prácticamente de 50 años. Ocurrió con Yrigoyen, donde la sociedad tuvo estos mismos planteamientos cuando trató de implementar un gobierno popular distributivo; pasó con el general Perón y está pasando ahora, que se juntaron todos para evitar un proceso de cambio. Podemos estar disconformes con los estilos pero indudablemente este proceso de cambio se ha iniciado.
En este sentido, en este debate de medias verdades estoy seguro que hubo productores que han reclamado legítimamente. También estoy seguro de que hay productores que especularon y que hay mucha gente que se prendió en este conflicto para tratar de debilitar el poder de la presidenta Fernández de Kirchner, con posiciones tan intransigentes, con más de cien días de paro, 5500 piquetes, muchos más de los que se produjeron en los años 2001 y 2002 cuando salió la sociedad entera a la calle por comida, por trabajo, para subsistir. ¡5500 piquetes en el año 2008!
Hemos visto algunas cosas que se comparan a ese lapsus de verdad de De Angelis, cuando dijo que el quiera comer lomo, que pague 80 pesos el kilogramo. He visto carteles en esos cacerolazos tan calificados, que decían “nosotros engordamos novillos, no engordamos piqueteros”; o la hipocresía de estar cien días cortando rutas. ¡5500 cortes de ruta y exhibiendo ese cartel! Pero lo triste de eso es la escala de valores. Sin dudas que para muchas de esas personas, para los que acompañaron esos carteles —no digo todos, porque la mayoría de la gente de campo es solidaria— es una escala de valor, en donde el novillo es mucho más importante que un piquetero y que sus semejantes que necesitan comer.
El presidente de unas de las instituciones, el señor Llambías, y su vicepresidente, plantearon que hacían un acto frente al zoológico y que el oficialismo iba a hacer el acto frente al otro zoológico. Seguramente los animales éramos nosotros. No tuvieron la delicadeza de hacer una separación por lo menos de aquellos que van a votarles a favor. Seguramente que los consideran animales obedientes y a nosotros animales salvajes. Pero es una realidad. Para los integrantes de esta Comisión de Enlace el Congreso de la Nación es un zoológico y nosotros, los representantes del pueblo, somos los animales. Aclaro que no soy justicialista. Nunca milité en el Partido Justicialista. Tampoco fui “gorila”. He cometido muchos errores militando en mi partido como también tengo que decir que ha cometido muchos errores el justicialismo. Hemos llevado muchas frustraciones a los argentinos como para que hoy, desde mi postura política, desde la provincia de la cual provengo, la prioridad esté, por encima de todas las cosas, en la defensa de la institución presidencial.
Yo estoy de acuerdo con esta resolución. Pero aunque no hubiera estado de acuerdo, frente a este planteo de hacerle dar marcha atrás a la presidenta de la Nación a los cuatros meses de haber asumido su mandato, igualmente habría votado a favor de esta resolución porque está defendiendo la institución. Cualquiera que esté sentado acá, cualquiera que esté escuchando y conozca la historia argentina sabe que si se hubiera retrocedido, que gracias a Dios no lo hizo, era como ponerla de rodillas y condenar a su gobierno a un debilitamiento como muchas veces vimos en la historia de nuestro país, y que terminaron tristemente para todos los argentinos.
También quiero decir que hablo desde la postura de mi provincia, donde ahí existen pequeños productores. Me escandalizan las cifras que se manejan en la distribución de la renta. Me escandaliza, porque con el mínimo de eso nosotros solucionamos los problemas a nuestros yerbateros. El 63 por ciento de nuestros productores de yerba tienen de 0 a 8 a hectáreas; el 90 por ciento de los tabacaleros tienen menos de una hectárea; el 75 por ciento de tealeros tienen de 0 a 5 hectáreas, y cada una de esas actividades, en el año, ocupa mucho más mano de obra que un sojero que tiene mil hectáreas de soja.
Por eso, voy a acompañar convencido este proyecto, y quiero, además, decirles a muchos señores de la prensa que a mí nadie me ha llamado. Entonces, el enriquecimiento y el mejoramiento de esta democracia no es solamente una responsabilidad de los que estamos sentados acá. La prensa tiene una gran responsabilidad en esto y debe, por lo menos, decir las verdades que ocurren, porque cuando ocurran cosas negativas para la sociedad, nadie les va a creer.
Reitero, señor presidente: a mi nadie me llamó, estoy votando el proyecto que ha sido aprobado por la Cámara de Diputados con entera convicción.
Sr. Torres. — Señor presidente, señoras senadoras y señores senadores: después de escuchar durante las últimas semanas las argumentaciones de la oposición y de los dirigentes del campo, comienzo mi intervención en este debate que he dado en llamar el debate de las medias verdades y de las contradicciones evidentes. Sin embargo, las verdades afloran, tarde otemprano. En las últimas horas escuché al señor Alfredo De Angelis declarar que el quequiere comer lomo, debe pagarlo 80 pesos. Este es el centro de la cuestión que nos reúne enesta sesión.
Dada mi formación como ingeniero agrónomo comenzaré poniendo un poco de luz sobre algunas cuestiones fundamentales que se debatieron en los últimos días. Para ello, me voy a apoyar en un estudio que la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba encargó en abril de este año a las ingenieras agrónomas Sonia Calvo y Laura Salvador, en el que se plantearon diversos escenarios con variaciones sobre el nivelactual del tipo de cambio, el nivel de retenciones y el costo del gasoil subsidiado en la producción de soja.
El primer escenario plantea la situación actual: precio internacional sin cambios—estamos hablando de abril—; tipo de cambio 3,16 pesos por dólar; retenciones al 44 porciento; y flete de 300 kilómetros. Todo se hizo sobre una finca de 500 hectáreas de superficie,con tres rindes diferentes: de 25, de 30 y de 35 quintales por hectárea.El segundo escenario en función de estos datos que brindo, elimina las retenciones y deja en cero la intervención del Banco Central sobre el mercado de cambios. En ese entonces,el dólar de abril estaba a 1,94 pesos por dólar. El costo es desfavorable a los productores con respecto al escenario original que hay hoy —44 por ciento de retenciones y dólar a valor actual— en un 10 por ciento menos de margen bruto. Es decir, gana un 10 por ciento menos si se eliminan las retenciones y se deja el dólar fluctuante, como es el caso de Brasil.
El tercer escenario presenta el impacto del aumento del gasoil como consecuencia del incremento del precio tras la eliminación del subsidio y el nivel del dólar en su valor actual. El margen bruto es un 8 por ciento menor al de la situación correspondiente al mes de abril.
El cuarto escenario elimina las retenciones, la intervención en el mercado de cambios y el subsidio al gasoil. En este caso, las retenciones son cero, el dólar tiene el nivel de 1,94 y se elimina el subsidio al gasoil. El margen bruto a favor frente a la situación de los productores hoy en día está por encima en un 17 por ciento y, en el margen neto, supera el 20 por ciento en todas las variables de rindes que se han analizado.
Como queda claro, según el mencionado estudio, todos los escenarios alternativos son perjudiciales en el margen bruto de los productores para todos los rendimientos analizados.
Queda a disposición de todos este estudio técnico que, evidentemente, no tiene ningún tipo de influencia política.
En estos días también he escuchado mucho sobre Brasil como ejemplo a seguir en materia agropecuaria. Además, también lo escuché en este recinto. En primer lugar, quiero destacar que el crédito que el gobierno brasileño puso a disposición del campo en las últimas semanas llega a empresas agropecuarias que sostienen una estructura empresarial completamente diferente a la que tiene la Argentina. Pero, sobre todo, es importante destacar que el escenario económico cambiario que enfrentan los productores de Brasil es muy distinto al de los productores argentinos.
Es importante a esta altura de las circunstancias aclarar que la política agropecuaria en el contexto internacional que atravesamos no puede desvincularse de su efecto sobre la distribución del ingreso. Brasil es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución del ingreso del mundo. Es decir, la brecha entre ricos y pobres es una de las más amplias a nivel mundial. Entonces, ¿es esto lo que se quiere imitar? ¿Por qué copiar este modelo?
Encuentro la respuesta, en particular, cuando analizo otras ocasiones en que la llamada Mesa de Enlace estuvo de acuerdo al discutirse las condiciones de trabajo agrario en el ámbito del Consejo Nacional de Trabajo Agrario. Las cuatro entidades que componen la Mesa de Enlace, sistemáticamente, se opusieron a las jornadas de ocho horas —sostenían que se debía trabajar de sol a sol, como dice el régimen de trabajo agrario, según un decreto que lleva la firma de Videla, Harguindegui y Martínez de Hoz—, a pagar un premio para los peones que terminan la escuela primaria y la secundaria —38 pesos para los primeros y 46 pesos para los segundos— y también se opusieron a brindarles pilotos y botas a los trabajadores para que utilicen en los días de lluvias. Reitero que las cuatro entidades —Sociedad Rural, Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro— se opusieron a dar estos beneficios.
Si me permiten, quisiera hacer un comentario muy particular. Hemos visto en la televisión cómo el titular de una mini CGT recibía a estos integrantes de la Mesa de Enlace y cómo se aplaudían mutuamente. Realmente, si este dirigente gremial, que pretende conducir esta mini CGT, va a defender a los obreros rurales como lo quieren hacer los integrantes de la Mesa de Enlace, a través de la actuación que han tenido recientemente en el Consejo Nacional de Trabajo Rural, sería totalmente lamentable para los trabajadores y triste el futuro de todos los trabajadores.
Estas contradicciones evidentes que hemos vivido en el país en estos ciento y pico de días de conflicto nos permiten algo que nunca hubiésemos imaginado los argentinos, por ejemplo, ver al vicepresidente de la Sociedad Rural, el que estuvo en el “cacerolazo” frente a la Residencia de Olivos, aplaudir la marcha peronista. Esto no tiene desperdicio y realmente valía la pena verlo porque, con la historia que tenemos, que un titular de la Sociedad Rural argentina aplauda la marcha peronista, realmente me pareció algo extraordinario.
De todas maneras, podemos tomar a Brasil como ejemplo en muchos aspectos de su desarrollo pero lo que no podemos tomar como ejemplo es su política de distribución de ingresos. Por ejemplo, según los precios del mercado en cada país, una canasta de los productos básicos de alimentación de la población resulta 50 por ciento más cara en Brasil que en la Argentina, medida en dólares, mientras que el ingreso medio de un trabajador del sector formal del mencionado país resulta 15 por ciento inferior a la Argentina. Es decir, el salario argentino tiene mayor poder adquisitivo en términos de alimentos que el brasileros. Además, la presión tributaria que tienen los productores brasileros es de 39,4 por ciento y la presión tributaria de los productores argentinos es del 28,5 por ciento.
En Uruguay, otro ejemplo que escuché de parte de los senadores y de muchos especialistas que concurrieron al Senado, la canasta es 32 por ciento más cara, mientras que el salario es 28 por ciento inferior; la relación entre el costo de los alimentos y el salario promedio está aún más deteriorada. Es decir, las retenciones tan cuestionadas por estos días permiten a los trabajadores argentinos acceder a una mayor cantidad y calidad de alimentos, justamente, porque el esquema de retenciones permite el funcionamiento de un mecanismo de subsidio que mantiene el precio de los alimentos al alcance de los trabajadores.
Después de esta exposición cabe preguntarnos: ¿estamos discutiendo realmente las retenciones?
Para contestar esta pregunta creo, señor presidente, que tenemos que ubicarnos en el momento histórico que estamos viviendo. Creo que hay dos circunstancias históricas inéditas que vivimos los argentinos; uno, es que en más de cien años es la primera vez que estamos viviendo 25 años de democracia continua y, el otro, es que es la primera vez que los argentinos estamos viviendo una crisis en un momento económico muy bueno para el país. ¿Por qué quiero aclarar estas dos cuestiones? Porque están íntimamente relacionados los 25 años de democracia, donde se recuperaron las instituciones y se recuperó la economía, con esta situación en la que se presenta esta primera crisis, que se iba a dar con el campo o con cualquier otro sector que iba a plantear en algún momento u otro, de un modo u otro, la distribución de la renta y de la riqueza.
En definitiva, estamos discutiendo el poder que puede tener no solamente la presidenta Cristina Fernández, sino todos los presidentes que le van a suceder. Es decir, si van a tener un poder formal o un poder real para distribuir los ingresos como corresponde y de acuerdo a la voluntad que emana del voto popular.
Por otra parte, yo analizo mucho los ciclos históricos y cuando se juntan los que ilógicamente se juntan, algo está ocurriendo en el país. Cuando un trotskista se junta con López Murphy, cuando aparece Cavallo o Lilita Carrió juntandose con Alderete o Castells, cuando aparecen tanta mezcla de intereses en contra de algo, es porque en el país algo está ocurriendo. Remitámonos a la historia que tiene ciclos prácticamente de 50 años. Ocurrió con Yrigoyen, donde la sociedad tuvo estos mismos planteamientos cuando trató de implementar un gobierno popular distributivo; pasó con el general Perón y está pasando ahora, que se juntaron todos para evitar un proceso de cambio. Podemos estar disconformes con los estilos pero indudablemente este proceso de cambio se ha iniciado.
En este sentido, en este debate de medias verdades estoy seguro que hubo productores que han reclamado legítimamente. También estoy seguro de que hay productores que especularon y que hay mucha gente que se prendió en este conflicto para tratar de debilitar el poder de la presidenta Fernández de Kirchner, con posiciones tan intransigentes, con más de cien días de paro, 5500 piquetes, muchos más de los que se produjeron en los años 2001 y 2002 cuando salió la sociedad entera a la calle por comida, por trabajo, para subsistir. ¡5500 piquetes en el año 2008!
Hemos visto algunas cosas que se comparan a ese lapsus de verdad de De Angelis, cuando dijo que el quiera comer lomo, que pague 80 pesos el kilogramo. He visto carteles en esos cacerolazos tan calificados, que decían “nosotros engordamos novillos, no engordamos piqueteros”; o la hipocresía de estar cien días cortando rutas. ¡5500 cortes de ruta y exhibiendo ese cartel! Pero lo triste de eso es la escala de valores. Sin dudas que para muchas de esas personas, para los que acompañaron esos carteles —no digo todos, porque la mayoría de la gente de campo es solidaria— es una escala de valor, en donde el novillo es mucho más importante que un piquetero y que sus semejantes que necesitan comer.
El presidente de unas de las instituciones, el señor Llambías, y su vicepresidente, plantearon que hacían un acto frente al zoológico y que el oficialismo iba a hacer el acto frente al otro zoológico. Seguramente los animales éramos nosotros. No tuvieron la delicadeza de hacer una separación por lo menos de aquellos que van a votarles a favor. Seguramente que los consideran animales obedientes y a nosotros animales salvajes. Pero es una realidad. Para los integrantes de esta Comisión de Enlace el Congreso de la Nación es un zoológico y nosotros, los representantes del pueblo, somos los animales. Aclaro que no soy justicialista. Nunca milité en el Partido Justicialista. Tampoco fui “gorila”. He cometido muchos errores militando en mi partido como también tengo que decir que ha cometido muchos errores el justicialismo. Hemos llevado muchas frustraciones a los argentinos como para que hoy, desde mi postura política, desde la provincia de la cual provengo, la prioridad esté, por encima de todas las cosas, en la defensa de la institución presidencial.
Yo estoy de acuerdo con esta resolución. Pero aunque no hubiera estado de acuerdo, frente a este planteo de hacerle dar marcha atrás a la presidenta de la Nación a los cuatros meses de haber asumido su mandato, igualmente habría votado a favor de esta resolución porque está defendiendo la institución. Cualquiera que esté sentado acá, cualquiera que esté escuchando y conozca la historia argentina sabe que si se hubiera retrocedido, que gracias a Dios no lo hizo, era como ponerla de rodillas y condenar a su gobierno a un debilitamiento como muchas veces vimos en la historia de nuestro país, y que terminaron tristemente para todos los argentinos.
También quiero decir que hablo desde la postura de mi provincia, donde ahí existen pequeños productores. Me escandalizan las cifras que se manejan en la distribución de la renta. Me escandaliza, porque con el mínimo de eso nosotros solucionamos los problemas a nuestros yerbateros. El 63 por ciento de nuestros productores de yerba tienen de 0 a 8 a hectáreas; el 90 por ciento de los tabacaleros tienen menos de una hectárea; el 75 por ciento de tealeros tienen de 0 a 5 hectáreas, y cada una de esas actividades, en el año, ocupa mucho más mano de obra que un sojero que tiene mil hectáreas de soja.
Por eso, voy a acompañar convencido este proyecto, y quiero, además, decirles a muchos señores de la prensa que a mí nadie me ha llamado. Entonces, el enriquecimiento y el mejoramiento de esta democracia no es solamente una responsabilidad de los que estamos sentados acá. La prensa tiene una gran responsabilidad en esto y debe, por lo menos, decir las verdades que ocurren, porque cuando ocurran cosas negativas para la sociedad, nadie les va a creer.
Reitero, señor presidente: a mi nadie me llamó, estoy votando el proyecto que ha sido aprobado por la Cámara de Diputados con entera convicción.
Precisamente. Cuando hablan de cambiar el consumo de carne por milanesas de soja, cuando hablan del lomo a $80, cuando hablan de volver al modelo agroexportador, cuando hablan de que ellos son la patria; nos hablan de su modelo de sociedad segmentada y con escasa movilidad social. No entra en sus cabezas la idea de construir una sociedad inclusiva. Su voracidad es tal, que aún en los 90 cuando el crecimiento de la violencia social, a causa de niveles vergonzosos de inmoralidad, desempleo y pobreza, les dificultaba el disfrute impune de sus riquezas, fueron incapaces de revisar sus ideas en extremo individualistas y segregacionistas.
ResponderEliminarSu concepto de Argentina tiene el signo pesos y no el valor de la palabra comunidad.
Excelente argumentación. Tampoco soy peronista. Nunca milité en el peronismo. Pero acá se discuten más cosas. No es sólo una medida más. Eso está detemrinando muchas adhesiones. Por otro lado, este es un ejemplo de un senador. Para toda la gilada que dice "son todos chorros" y luego coimea al vigilante de la esquina o se cuelga del cable...
ResponderEliminarFalta estudiar historia política, historia argentina...