¿Cacerolazo por el diálogo?
Así, pero sin los signos de interrogación, titularon los medios de comunicación al cacerolazo del lunes. Pongamos los puntos sobre las íes: no reclaman diálogo, exigen que el gobierno retrotraiga las medidas al 11 de marzo. A ese reclamo se suma gran parte de la clase media de la ciudad de Buenos Aires que demuestra un odio visceral hacia la presidenta. “Que se vaya” “Puta” alcanzo a leer en los labios de alguna de las señoras de barrio norte, mientras el cronista se desvive por explicarnos a los televidentes que la “gente” reclama el diálogo, que quieren la paz y que las cosas se solucionen...
“La protesta de la gente” también titulaban los distintos medios televisivos, y 5 minutos antes pasaban una entrevista a Morales (UCR) pidiendo que se vuelva atrás con el “acto de gobierno” del miércoles en Plaza de Mayo. Estos, según Silvestre (TN), son actos en donde no se demuestra nada. Y yo me pregunto, que me considero también gente, persona, sujeto ¿cómo puedo entonces manifestar, demostrar mi apoyo al gobierno popular y las medidas que tomó? Desde el 25 de marzo que no me he vuelto a manifestar, salvo en discusiones, cada vez que se me presentó una oportunidad. Sigo viendo
Por último, haciendo referencia a la supuesta “represión” del sábado, sólo diré que ojalá Storani hubiese reprimido así en Corrientes, a poco de asumir el gobierno de
Este conflicto ya carga con 12 muertos, pero justamente no son fruto de la represión. Y no se pueden cargar en las espaldas de este gobierno. Que cada uno se haga cargo de la responsabilidad que le toca.
Estoy completamente de acuerdo. Yo agregaría algunas observaciones sueltas, ahora ya con el acto del miércoles visto. Se veía en aquella televisión anterior al acto a la que hacés referencia, una rubia paqueta con un cartel que decía, yo vine gratis. En toda la cobertura del acto del miércoles, ningún canal hizo referencia a la cantidad de gente dentro de la plaza que se notaba había ido sin ser llevada. Quiero diferenciar, si bien cuando el aparato mueve, "lleva" gente - más allá de como lo hace-, es fácil distinguir en la plaza quienes fueron llevados y quienes asistieron por propia voluntad. Sandra Russo publicó el jueves en Página 12 un excelente artículo sobre ese tema.
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