Bernardo Neustadt quedará en la historia infame de la Argentina por dos “virtudes”: caer bien parado ante el poder de turno (hasta quedar incendiado tras la debacle neoliberal) y ser el vocero público más dedicado de la derecha entreguista.
Sus comienzos en la vida pública no pudieron ser más prometedores. De periodista deportivo pasó a pinche del “arrepentido” vicepresidente del gobierno justicialista, el contralmirante Alberto Tessaire. De tal palo, tal astilla. Luego del golpe del 55 ambos se manifestaron antiperonistas acérrimos. En su “Anatomía del Ratón de la Rotonda”, Roberto Bardini afirma que “una de sus primeras tareas al servicio de la “revolución libertadora” es armar los voluminosos expedientes para las comisiones investigadoras del gobierno derrocado y clasificar las extensas declaraciones de los detenidos, después de interrogatorios que duraban horas”. A partir de allí, iniciaría una intensa carrera mediática que lo llevaría a juntarse con Mariano Grondona y a propagandizar “los logros” de la dictadura militar más sangrienta de nuestra historia, junto a “estas empresas a las que les interesa el país”…
Sus últimos años de gloria profesional como hombre de la “prensa libre” los vivió durante la segunda década infame instigada por Carlos Menem, años en los que se terminó de destruir los sueños de la Argentina industrial en favor de los intereses de la patria financiera y sus socios, los oligarcas de la Sociedad Rural y la derecha “liberal” representada por la familia Alsogaray. Vivió para ver la debacle de su sueño. Pero como los avestruces, ocultó su cabeza ante una realidad que se le caía a pedazos.
Paradojas de la vida. Neustadt murió un día del periodista.
Ardi Beltza
Sus últimos años de gloria profesional como hombre de la “prensa libre” los vivió durante la segunda década infame instigada por Carlos Menem, años en los que se terminó de destruir los sueños de la Argentina industrial en favor de los intereses de la patria financiera y sus socios, los oligarcas de la Sociedad Rural y la derecha “liberal” representada por la familia Alsogaray. Vivió para ver la debacle de su sueño. Pero como los avestruces, ocultó su cabeza ante una realidad que se le caía a pedazos.
Paradojas de la vida. Neustadt murió un día del periodista.
Ardi Beltza
Hace varios años la revista Humor hablaba de un personaje histórico dentro de los vaivenes del país, que podría sintetizarse en la figura de BN. Se trataba del honorabilísimo Australio Onofre Susvín, que tuviera su reconocimiento en Mi Bandera cuando decía:
ResponderEliminarCon honor, Susvín culos rompió.
jaja, siii... me acuerdo
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