Vaya a saber por qué efecto colectivo, una amplia mayoría de porteños decidió otorgar el pretencioso título de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al por entonces diputado que menos hizo por prestigiar tan importante lugar republicano.
Macri recibió la adhesión de un amplio sector de la sociedad que vive insultando indiscriminadamente al Poder Legislativo, cuando su actuación en el Congreso fue lamentable (faltaba porque se aburría, llegó a confesar); no obstante en forma arrolladora fue elegido por una ciudadanía porteña con visibles ganas de dar una vuelta olímpica.
Hoy para dar esa vuelta olímpica los porteños deberán pagar $400 de inscripción y $180 por partido para participar del torneo “Fútbol Company”, por el cual se cierra al público el Parque Sarmiento. Situación que ya había ocurrido para un campeonato de estudiantes de la Universidad Católica. Tenemos aquí un claro ejemplo de privatización de los espacios públicos. A alguien le puede sorprender?
Pero esto no es lo más grave. Lo que el gobierno de Macri y Michetti está haciendo con la educación pública es otro claro ejemplo de política de clase. Quien no pueda ir a institutos privados son de segunda categoría y para ellos no tiene mayor sentido invertir dinero. Retiraron becas, subejecutan presupuesto (igual que en otros rubros que hacen a la integración social), rebajan la calidad de los alimentos de los comedores (cambian carne por soja y salchichas) y niegan mejoras salariales a los docentes.
Las denuncias por la desatención al sistema de salud es otra perlita del ex empresario que en pleno conflicto con el autodenominado “campo” aseguró que Argentina debía abandonar el sueño de industrializarse como Alemania. La falta de insumos y la consecuente postergación de operaciones programadas en los hospitales públicos es moneda corriente. En el primer trimestre del 2008, la gestión macrista en salud ejecutó solamente $ 4.6 millones de pesos para obras (1.8%) y en equipamiento $ 56 mil pesos (0.45%).
La llamativa excepción tal vez sea el Hospital Fernández, de donde proviene el actual ministro de salud Jorge Lemus y que recibe la generosa atención de lo más granado de su vecindario a través de la Fundación Juan A. Fernández, cuya presidenta honoraria es la señora Mirtha Legrand. No es casual que, en medio de esta crisis, Macri recientemente haya inaugurado obras de ampliación en dicho hospital. Cualquier ciudadano de Buenos Aires podrá ir a atenderse al Fernández?
Eso si, Macri raudamente acordó que los estudiantes de medicina de universidades privadas pudieran utilizar los hospitales públicos para llevar a cabo sus actividades de residencia, cosa que estaba históricamente reservado a la Universidad de Buenos Aires, ámbito público y gratuito; y echó al director del Argerich por contar lo que sucede en dicha institución. La amenaza que prohibía hablar a la prensa ya había sido realizada a los docentes.
Diez kilómetros de subte por año había prometido hacer este ex empresario “exitoso”. Ahora dice que no puede y le hecha la culpa al gobierno nacional. Cabe aclarar que las anteriores obras de ampliación de la red de subtes se habían realizado con recursos propios de la ciudad.
Con el tema vivienda otros tanto: “hubo 20 millones de pesos comprometidos por fondos nacionales para los barrios de Parque Patricios y Pompeya, y el presidente del Instituto de Vivienda de la Ciudad reconoció no utilizarlos por problemas de programación financiera. Macri ejerce (…) críticas con liviandad y ni siquiera sabe qué es el Onabe (Organismo Nacional de Administración de Bienes), tal cual lo admitió en una entrevista radial”, afirmó Juan Cabandié. Eso sí, el macrismo está apurado por sacarse de encima al juez Roberto Gallardo quien había ordenado el embargo de los fondos que el Instituto de la Vivienda duerme en liberar para construir en las tierras que ocupa Casa Amarilla (léase Boca Juniors) 1231 viviendas sociales. Para los vecinos, es vox populi que el jefe de Gobierno quiere entregarle esos terrenos a Boca.
Este es el proyecto que se propone como alternativa a la actual gestión de Cristina Fernández. Alguien de los que lo votaron pueden alegar que esperaban otra cosa? Alguien puede creer que Michetti será el aporte social a la política de los negocios privados? Las glorias de Boca podrán poner contento e ilusionados a muchos pero las ganancias se las reparten entre unos pocos. Eso es bueno recordarlo, si no miren lo que les pasó a los pequeños productores que trabajaron para voltear la Resolución 125.
Ardi Beltza
Macri recibió la adhesión de un amplio sector de la sociedad que vive insultando indiscriminadamente al Poder Legislativo, cuando su actuación en el Congreso fue lamentable (faltaba porque se aburría, llegó a confesar); no obstante en forma arrolladora fue elegido por una ciudadanía porteña con visibles ganas de dar una vuelta olímpica.
Hoy para dar esa vuelta olímpica los porteños deberán pagar $400 de inscripción y $180 por partido para participar del torneo “Fútbol Company”, por el cual se cierra al público el Parque Sarmiento. Situación que ya había ocurrido para un campeonato de estudiantes de la Universidad Católica. Tenemos aquí un claro ejemplo de privatización de los espacios públicos. A alguien le puede sorprender?
Pero esto no es lo más grave. Lo que el gobierno de Macri y Michetti está haciendo con la educación pública es otro claro ejemplo de política de clase. Quien no pueda ir a institutos privados son de segunda categoría y para ellos no tiene mayor sentido invertir dinero. Retiraron becas, subejecutan presupuesto (igual que en otros rubros que hacen a la integración social), rebajan la calidad de los alimentos de los comedores (cambian carne por soja y salchichas) y niegan mejoras salariales a los docentes.
Las denuncias por la desatención al sistema de salud es otra perlita del ex empresario que en pleno conflicto con el autodenominado “campo” aseguró que Argentina debía abandonar el sueño de industrializarse como Alemania. La falta de insumos y la consecuente postergación de operaciones programadas en los hospitales públicos es moneda corriente. En el primer trimestre del 2008, la gestión macrista en salud ejecutó solamente $ 4.6 millones de pesos para obras (1.8%) y en equipamiento $ 56 mil pesos (0.45%).
La llamativa excepción tal vez sea el Hospital Fernández, de donde proviene el actual ministro de salud Jorge Lemus y que recibe la generosa atención de lo más granado de su vecindario a través de la Fundación Juan A. Fernández, cuya presidenta honoraria es la señora Mirtha Legrand. No es casual que, en medio de esta crisis, Macri recientemente haya inaugurado obras de ampliación en dicho hospital. Cualquier ciudadano de Buenos Aires podrá ir a atenderse al Fernández?
Eso si, Macri raudamente acordó que los estudiantes de medicina de universidades privadas pudieran utilizar los hospitales públicos para llevar a cabo sus actividades de residencia, cosa que estaba históricamente reservado a la Universidad de Buenos Aires, ámbito público y gratuito; y echó al director del Argerich por contar lo que sucede en dicha institución. La amenaza que prohibía hablar a la prensa ya había sido realizada a los docentes.
Diez kilómetros de subte por año había prometido hacer este ex empresario “exitoso”. Ahora dice que no puede y le hecha la culpa al gobierno nacional. Cabe aclarar que las anteriores obras de ampliación de la red de subtes se habían realizado con recursos propios de la ciudad.
Con el tema vivienda otros tanto: “hubo 20 millones de pesos comprometidos por fondos nacionales para los barrios de Parque Patricios y Pompeya, y el presidente del Instituto de Vivienda de la Ciudad reconoció no utilizarlos por problemas de programación financiera. Macri ejerce (…) críticas con liviandad y ni siquiera sabe qué es el Onabe (Organismo Nacional de Administración de Bienes), tal cual lo admitió en una entrevista radial”, afirmó Juan Cabandié. Eso sí, el macrismo está apurado por sacarse de encima al juez Roberto Gallardo quien había ordenado el embargo de los fondos que el Instituto de la Vivienda duerme en liberar para construir en las tierras que ocupa Casa Amarilla (léase Boca Juniors) 1231 viviendas sociales. Para los vecinos, es vox populi que el jefe de Gobierno quiere entregarle esos terrenos a Boca.
Este es el proyecto que se propone como alternativa a la actual gestión de Cristina Fernández. Alguien de los que lo votaron pueden alegar que esperaban otra cosa? Alguien puede creer que Michetti será el aporte social a la política de los negocios privados? Las glorias de Boca podrán poner contento e ilusionados a muchos pero las ganancias se las reparten entre unos pocos. Eso es bueno recordarlo, si no miren lo que les pasó a los pequeños productores que trabajaron para voltear la Resolución 125.
Ardi Beltza
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