Un informe elaborado por la Comisión de Economía del Centro de Estudios Porteños (CEP) señalaba el alto nivel de subejecución del presupuesto de la Ciudad, algo que ya hemos comentado en este blog.
Quisiera detenerme ahora en el caso de la educación pública, que es donde la política del macro-liberalismo queda totalmente desnuda. A la negación del aumento a los docentes (no hay plata!) siguió la represión policial y luego la preocupación porque el Estado nacional recuperó la gestión de los fondos de jubilaciones y pensiones que Menem y Cavallo le regalaron a la patria financiera para armar un mercadito de capitales.
Como afirma CTERA: “Otra vez como en los 90 la Educación Pública está en peligro. Esta vez de la mano del ajuste presupuestario en la Ciudad de Buenos Aires”.
El gobierno de Mauricio Macri y la militante de la opción por los “pobres como uno”, Gabriela Michetti, utilizó sólo el 9% del presupuesto asignado para reparar escuelas y el 6% del destinado a la construcción. En su primer año de gestión avaló el aumento de las cuotas de los comedores escolares, a la vez que se sacaba la carne del menú, se recortaban las viandas y se les daba salchichas y soja a los chicos. Recortó becas, le quitó los subsidios a las cooperadoras escolares y no se preocupó por garantizar el acceso a la escuela primaria de unos 6000 chicos que están en listas de espera y son de la zona sur.
Y ahora que la legislatura porteña le dio facultades para la reasignación de partidas presupuestarias, porque el dinero está; Macri dice que no va a utilizar “superpoderes”.
¿Se podía esperar otra cosa del dúo Macri-Michetti en temas de educación pública (por no hablar de otros) que no sea retroceder varios casilleros en esta loca carrera de la humanidad?
Por si faltaba algo para exhibir lo que piensa hacer con la educación pública este espacio político, tenemos la creciente intromisión de la Iglesia en cuestiones educativas, entre otros con el objetivo de profundizar en los niños los caminos hacia la resignación cristiana.
No sólo se trata de que la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Ciudad esté conducida por Enrique Adolfo Palmeyro, hombre de Juan Torella, responsable de la Vicaría para la Educación del Arzobispado porteño, sino que desde allí se avanza sobre el ámbito público como, por ejemplo, quedó demostrado en la organización del V Foro de Educación; foro de formación docente del que participaron unos 3500 educadores de escuelas secundarias privadas y públicas. Fue allí, donde Bergoglio, alma pater de Gabriela Michetti y hombre muy preocupado por la orientación política del gobierno nacional, dijo: "Nuestros alumnos son rehenes de los conflictos familiares, sociales, políticos y gremiales. Esto pasa aquí, en nuestra ciudad y en nuestro país."
Pero ya que hablamos de la educación privada y los intereses de la Iglesia, tampoco es casual el lugar que ocupa Palmeyro si vemos que prácticamente la mitad de las escuelas porteñas son emprendimientos privados y de entre ellos las instituciones religiosas son la mayoría y por lo tanto se llevan la mayor parte de los 577 millones de pesos con los que el Gobierno de la Ciudad subsidia a estos emprendimientos mientras retacea fondos para la educación pública. Por caso, el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) se queda con la nada despreciable cifra de 320 mil pesos mensuales.
Macri, un muchacho que estudió en el Cardenal Newman y se recibió de Ingeniero en la Universidad Católica, sigue apostando a la educación privada y religiosa. Pero ojo que no discrimina. A la escuela del Club River Plate, que cobra cuotas en el orden de los $500, le gira 160 mil pesos por mes. Lo que se dice, un tipo generoso… con los de su clase.
Está visto que la opción por la educación que hace este gobierno es la de incentivar el traslado de alumnos hacia la enseñanza privada, mientras la escuela de gestión estatal es pensada como un espacio para la contención del pobrerío, y se mantienen a buen resguardo las instituciones donde la elite forma a sus hijos.
Digámoslo con todas las palabra. Esta es la derecha de la dependencia. Nada de educación pública de calidad. Nada de investigación + desarrollo. Nunca lo hicieron en sus empresas, nunca lo harán para el país. A cambio de sus privilegios regalan la Argentina a los países centrales. Ya lo dijo Macri en pleno conflicto con los empresarios agropecuarios: dejemos el desarrollo industrial para Alemania. Qué más se puede agregarr.
Ardi Beltza
Quisiera detenerme ahora en el caso de la educación pública, que es donde la política del macro-liberalismo queda totalmente desnuda. A la negación del aumento a los docentes (no hay plata!) siguió la represión policial y luego la preocupación porque el Estado nacional recuperó la gestión de los fondos de jubilaciones y pensiones que Menem y Cavallo le regalaron a la patria financiera para armar un mercadito de capitales.
Como afirma CTERA: “Otra vez como en los 90 la Educación Pública está en peligro. Esta vez de la mano del ajuste presupuestario en la Ciudad de Buenos Aires”.
El gobierno de Mauricio Macri y la militante de la opción por los “pobres como uno”, Gabriela Michetti, utilizó sólo el 9% del presupuesto asignado para reparar escuelas y el 6% del destinado a la construcción. En su primer año de gestión avaló el aumento de las cuotas de los comedores escolares, a la vez que se sacaba la carne del menú, se recortaban las viandas y se les daba salchichas y soja a los chicos. Recortó becas, le quitó los subsidios a las cooperadoras escolares y no se preocupó por garantizar el acceso a la escuela primaria de unos 6000 chicos que están en listas de espera y son de la zona sur.
Y ahora que la legislatura porteña le dio facultades para la reasignación de partidas presupuestarias, porque el dinero está; Macri dice que no va a utilizar “superpoderes”.
¿Se podía esperar otra cosa del dúo Macri-Michetti en temas de educación pública (por no hablar de otros) que no sea retroceder varios casilleros en esta loca carrera de la humanidad?
Por si faltaba algo para exhibir lo que piensa hacer con la educación pública este espacio político, tenemos la creciente intromisión de la Iglesia en cuestiones educativas, entre otros con el objetivo de profundizar en los niños los caminos hacia la resignación cristiana.
No sólo se trata de que la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Ciudad esté conducida por Enrique Adolfo Palmeyro, hombre de Juan Torella, responsable de la Vicaría para la Educación del Arzobispado porteño, sino que desde allí se avanza sobre el ámbito público como, por ejemplo, quedó demostrado en la organización del V Foro de Educación; foro de formación docente del que participaron unos 3500 educadores de escuelas secundarias privadas y públicas. Fue allí, donde Bergoglio, alma pater de Gabriela Michetti y hombre muy preocupado por la orientación política del gobierno nacional, dijo: "Nuestros alumnos son rehenes de los conflictos familiares, sociales, políticos y gremiales. Esto pasa aquí, en nuestra ciudad y en nuestro país."
Pero ya que hablamos de la educación privada y los intereses de la Iglesia, tampoco es casual el lugar que ocupa Palmeyro si vemos que prácticamente la mitad de las escuelas porteñas son emprendimientos privados y de entre ellos las instituciones religiosas son la mayoría y por lo tanto se llevan la mayor parte de los 577 millones de pesos con los que el Gobierno de la Ciudad subsidia a estos emprendimientos mientras retacea fondos para la educación pública. Por caso, el Consejo Superior de Educación Católica (Consudec) se queda con la nada despreciable cifra de 320 mil pesos mensuales.
Macri, un muchacho que estudió en el Cardenal Newman y se recibió de Ingeniero en la Universidad Católica, sigue apostando a la educación privada y religiosa. Pero ojo que no discrimina. A la escuela del Club River Plate, que cobra cuotas en el orden de los $500, le gira 160 mil pesos por mes. Lo que se dice, un tipo generoso… con los de su clase.
Está visto que la opción por la educación que hace este gobierno es la de incentivar el traslado de alumnos hacia la enseñanza privada, mientras la escuela de gestión estatal es pensada como un espacio para la contención del pobrerío, y se mantienen a buen resguardo las instituciones donde la elite forma a sus hijos.
Digámoslo con todas las palabra. Esta es la derecha de la dependencia. Nada de educación pública de calidad. Nada de investigación + desarrollo. Nunca lo hicieron en sus empresas, nunca lo harán para el país. A cambio de sus privilegios regalan la Argentina a los países centrales. Ya lo dijo Macri en pleno conflicto con los empresarios agropecuarios: dejemos el desarrollo industrial para Alemania. Qué más se puede agregarr.
Ardi Beltza
Es el gobierno que eligieron los porteños... creo que el otro candidato (Filmus) los hubiera favorecido...
ResponderEliminarLos adolescentes de pueblos vulnerados se preguntan ¿Después de la Secundaria que somos? ¡Pordioseros de la educación! Porque no hay continuidad para seguir estudiando una carrera de Tecnicatura Superior Universitaria. De la Educación al Trabajo. Aprobado por el Consejo Federal de Educación. Título Nacional. Ley 26 206 de Educación Argentina ¡Cumplan con lo prometido! ¡Queremos educación Tecnicatura Superior Universitaria!
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