"Toda la pretendida complejidad de los problemas sociales ha servido, en el pasado, como cortina de humo para negar a los trabajadores sus derechos naturales a reclamar mejores condiciones de vida. En esa época, en que el capital deshumanizado era el principal enemigo y el Estado –que lo apoyaba- el instrumento legal de la explotación, pedir mayor producción a los trabajadores era pedirles que contribuyeran con más sudor, con más sacrificios, con mayores esfuerzos a la riqueza de pocos y a la miseria de muchos. Nuestra actualidad y la política de justicia de nuestro líder, el general Perón, han invertido los términos del problema. Ahora no son nuestros enemigos los que nos indican que produzcamos más; somos nosotros mismos los que comprobamos que produciendo más viviremos mejor, y que trabajando con mayor conciencia social estaremos labrando el grandioso porvenir de nuestra Patria."
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