Otra Muerte Para el pensar neurótico y unidimensional, sólo existe La muerte, como única y soberana. Pero, a no dudarlo: ¡Existen Las Muertes! En la dramática subjetiva, vale decir, en la existencia concreta de alguien, acontecen variados y heterogéneos modos de morir. Resumidamente, se puede morir de una manera boba –a imaginar por cada quién-; o bien, morir de un modo trascendente. Esto último sucede cuando la interrupción de la vida de alguien resulta coherente con la concepción ética o moral –por qué no- que se haya sustentado; en estos casos la muerte es una parte necesaria –paradójicamente- de la trama del deseo, en la vida del que fuere. Descubrir que la muerte hace a lo constitutivo del deseo equivale a afirmar que no hay una única muerte para todos sino la que vaya a ocurrir en cada quién. Leer con el deseo conduce al amor. Amor que se refiere no tanto a un sentimiento sino a una decisión. En este sentido, el amor es algo que se debe probar o demostrar, como el pago de un tributo o un impuesto; o la validez de una hipótesis. Un don de amor puede ser dar la vida. Entonces, perder la vida por una causa –concordemos o no con ella- equivale a dar dichas pruebas, requeribles en el proceso de amar. Los testimonios fueron más que suficientes para juzgar como trascendente la muerte de Néstor Carlos Kirchner: su salud personal no tuvo ningún privilegio respecto a cómo fueron concebidos por él los asuntos políticos; recibieron el mismo trato.
Otra Muerte
ResponderEliminarPara el pensar neurótico y unidimensional, sólo existe La muerte, como única y
soberana.
Pero, a no dudarlo: ¡Existen Las Muertes!
En la dramática subjetiva, vale decir, en la existencia concreta de alguien, acontecen
variados y heterogéneos modos de morir.
Resumidamente, se puede morir de una manera boba –a imaginar por cada quién-; o
bien, morir de un modo trascendente. Esto último sucede cuando la interrupción de la vida
de alguien resulta coherente con la concepción ética o moral –por qué no- que se haya
sustentado; en estos casos la muerte es una parte necesaria –paradójicamente- de la
trama del deseo, en la vida del que fuere.
Descubrir que la muerte hace a lo constitutivo del deseo equivale a afirmar que no hay
una única muerte para todos sino la que vaya a ocurrir en cada quién.
Leer con el deseo conduce al amor. Amor que se refiere no tanto a un sentimiento sino a
una decisión.
En este sentido, el amor es algo que se debe probar o demostrar, como el pago de un
tributo o un impuesto; o la validez de una hipótesis.
Un don de amor puede ser dar la vida.
Entonces, perder la vida por una causa –concordemos o no con ella- equivale a dar dichas
pruebas, requeribles en el proceso de amar.
Los testimonios fueron más que suficientes para juzgar como
trascendente la muerte de Néstor Carlos Kirchner: su salud personal no tuvo ningún
privilegio respecto a cómo fueron concebidos por él los asuntos políticos; recibieron el
mismo trato.
Dr. Carlos Norberto Mugrabi