A la sensación de inseguridad, se le agrega la sensación de inflación. Ambos son problemas reales aunque se minimize o amplifique la incidencia en la vida cotidiana de nuestro pueblo. La cuestión es que la oposición al tranformarlos en temas de campaña impide una real comprensión de estos problemas
En el caso de la inflación, la oposición insiste en adjudicarle la responsabilidad al gobierno como si los precios aumentaran por decreto, criticando por un lado los acuerdos de precios y por el otro criticando la falta de politicas antiinflacionarias. Obviamente, siempre sin que se les caiga una idea y en el mejor de los casos si dan alguna se trata de las mismas recetas ortodoxas que nos llevaron al desastre.
De hecho, desde los sectores conservadores le adjudican la responsabilidad al incremento de salarios, al consumo, cuando en realidad y como siempre se trata de la ineficiencia y pereza de una “burguesia empresaria” que pretende maximixar ganacias sin realizar inversiones.
Aunque también está el factor desestabilizante, resulta extraño que la oleada inflacionaria se de en momentos preelectorales. Tenemos experiencia, ya lo hicieron con Alfonsín, cuendo buscaron y lograron reordenar la economía a su favor mediante un golpe de mercado.
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