Anticuarentenas y liderazgos

Se expande un tipo de desvío mental y emocional que hace que el odio se manifieste en argumentos inconexos. La única conspiración evidente es la de la ultraderecha del mundo contra cualquier solución que no sea poner todo en marcha de nuevo. Sólo la comunidad organizada podrá, con suerte, encontrar un rumbo en esta oscuridad. 

1 comentario:

  1. No estoy de acuerdo: si de ellos dependiese, apoyarían que todo se ponga en marcha, exceptuando aquello que no los beneficia directamente. Si de ellos dependiese, no debería volver a ponerse en marcha ninguna clase de ayuda social, ni las indemnizaciones por despido (que se encubren con quiebras reales o fingidas), ni el blanqueo de empleados en negro, ni las jubilaciones a los que se vieron obligados a trabajar en negro, ni los sindicatos (alguien sabe qué es de la vida de los sindicalistas durante la pandenmia?), ni los aumentos de sueldos y jubilaciones. Ni tampoco nada que no sea la concentración ilimitada en pocas manos.

    Mientras tanto, nosotros no somos capaces de poner el marcha un IFE que compense siquiera a nivel de no-indigencia a los millones de tipos que no pueden salir a trabajar, ni tampoco prohibirle taxativamente a Larreta autorizar a los runners.

    La comunidad organizada fue un lindo sueño cercano en otros tiempos; hoy es una utopía irrealizable. Aún así, hay que seguir peleándola: rendirse no es una opción.

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